(Bloque III)
La República de Ruanda pasó por un gran proceso de alteración de dominio desde una monarquía tribal Tutsi a un periodo de colonialismo europeo, con la división entre tribus Tutsi y Hutu y el desencadenamiento de un genocidio del pueblo ruandés en 1994, tragedia que – en 100 días – mató a más de 800.000 personas y sumó más de 250.000 chicas y mujeres violadas.
Después del territorio pasar por este profundo sufrimiento con conflictos armados y divisionismo étnico-racial, Ruanda tiene un cambio positivo a través de su constitución de 2003. El país subsahariano aumenta el numero de escaños correspondientes a mujeres en el Parlamento (en la Cámara de Diputados y en el Senado corresponde a las mujeres una participación mínima de 30%, respectivamente) y por la inclusión de derechos económicos para las mujeres.
Las cuotas de género produjeron grandes cambios políticos y económicos para las mujeres, que participaron activamente en la reconstrucción del país, la resolución de conflictos, la mediación y la reconciliación entre tribus. Al 2016 las mujeres ocupaban el 64% de los parlamentos (país con la mayor proporción de mujeres parlamentarias en el mundo), 40% del gabinete de ministros, 50% de los juzgados y gobernaciones provinciales y 43% de la corte suprema. Lo que fue destruido por los hombres, fue reconstruido por las mujeres, que pasaron a ocupar puestos de liderazgo en ámbitos laborales y sociales.
Nadine Gasman, representante de la ONU Mujeres, agrega otros cambios en Ruanda: “La educación ha incorporado la igualdad de género en sus matrices de formación. Hubo un aumento en el acceso de la población a la atención médica y una caída significativa de la mortalidad infantil. Las mujeres están más presentes en el servicio público y también se han convertido en propietarias de tierras. En amplios sectores, las mujeres han ampliado su participación, ganando voz y poder de decisión que han ayudado al país a reconstituirse en uno de los casos de guerra más trágicos del mundo.” (libre traducción)
Otras estrategias políticas para la mejora en la cuestión de género local es la inclusión de la Oficina de Monitoreo de Género, que está encargada de supervisar el cumplimiento de la disposición constitucional, el Ministerio de Género y de Promoción Familiar (MIGEPROFE) y iniciativas con colaboradores locales. Ruanda ocupa puestos altos en el ranking global de informe de género del Foro Económico Mundial hace algunos años, en las posiciones (ranking global): 5 (2016), 4 (2017), 6 (2018) y 7 (2021).
Los cambios políticos a través de la constitución son parte importante, pero no garantizan la total igualdad de derechos entre mujeres y hombres. También se incluyen organismos internacionales (como Save the Children, Visión Mundial, International Plan y Women for Women) para la promoción de campañas de equidad e igualdad de género y erradicación de la violencia basada en género. El principal reto actual para la integración de estos proyectos en el día a día del país es la carencia del entendimiento de la cultural local para la aplicación de los mismos. El contexto histórico político y emocional sufrido durante la colonización europea y el genocidio, además del social (lengua, tradiciones y religión), hace con que sea necesario un profundo conocimiento de las necesidades comunitarias antes de la incorporación de patrones de conductas sociales ajenas.
Referencias bibliográficas:
Ávila Toro, Pamela Jael. 2018. Cambios en la política hacia las mujeres de Ruanda para la mejora de derechos de género con la participación de organismos internacionales en el periodo 2003-2016. Ecuador.
Foro Económico Mundial. 2016, 2017, 2018 y 2021. The global gender gap report.
Ministerio de Género y de Promoción Familiar de Ruanda. https://www.migeprof.gov.rw/
Sai, Nancy. 2012. Conflict profile: Rwanda. https://www.womensmediacenter.com/women-under-siege/conflicts/rwanda
Vaz, Camila. 2016. Sobre mulheres no parlamento? Sim, Ruanda. O parlamento mais feminino do mundo. https://camilavazvaz.jusbrasil.com.br/artigos/258098523/sobre-mulheres-no-parlamento-sim-ruanda-o-parlamento-mais-feminino-do-mundo