Las multinacionales hacen negocio con productos obligatorios para la menstruación, compresas y tampones, ocultando alternativas más saludables y respetuosas con el medioambiente como la copa menstrual.
Sin ir más lejos, en España, de promedio, las niñas tienen la primera regla a los 12 años y la última a los 51. Si tenemos en cuenta que la regla tiene lugar cada 28 días, 13 veces al año y durante 39 años, el resultado es un total de 507 periodos a lo largo de la vida.
Las primeras compresas llegaron a España, aproximadamente, en los años sesenta, treinta años después empezaron a aparecer anuncios relacionados con los tampones. A una media de 17 unidades sanitarias por menstruación durante 39 años de promedio, resulta que una sola mujer usa 7.752 compresas y tampones en su vida. Este hecho, además de generar miles de toneladas de residuos, genera también miles de millones de euros a multinacionales como Procter&Gamble, dueña de Evax, Tampax y Ausonia.
Hoy día existen alternativas más saludables y respetuosas con el medioambiente, como por ejemplo la copa menstrual, pero al no ser tan rentables para el mercado y no asegurar las cantidades desmesuradas de dinero que aseguran las compresas y los tampones, las multinacionales no quieren oír hablar de ellas.
La copa menstrual es un invento del siglo XIX, el Museo de la Menstruación y Salud de la Mujer en Maryland (EE UU.) asegura que ya existían modelos desde 1867. La primera patente es de los años 30, la inventó una mujer, Leona W. Chalmers y se trataba de un recipiente fabricado con caucho vulcanizado. En 1963 dejó de fabricarse, sobre todo porque no era rentable y dos décadas más tarde, en 1987, apareció en el mercado la copa menstrual de látex, reutilizable y en dos tamaños, cuyo éxito marcó el inicio del camino que llevó al año 2000, cuando se fabricó la primera copa de silicona.
Una investigación realizada por varios hospitales españoles sobre el efecto del uso de la copa menstrual para la higiene menstrual femenina en comparación a otros métodos, ha dado como resultado que la copa menstrual es mejor que los tampones y las compresas frente a la sequedad vaginal, el olor, el confort, la actividad física y la duración, concluyendo además que la copa menstrual disminuye las alteraciones de la flora y el PH vaginal, las infecciones vulvovaginales, las alergias, las alteraciones dérmicas, el coste económico, el impacto medioambiental, favorece el conocimiento del cuerpo y es compatible con métodos anticonceptivos y práctica de relaciones sexuales.
En pleno siglo XXI y existiendo alternativas más saludables y respetuosas con el medioambiente siguen siendo las compresas y los tampones líderes de la menstruación, seguimos con la venda en los ojos, contribuyendo de forma activa en un negocio considerado un veneno para el medioambiente y para nuestra salud.
Referencias:
Jiménez, Lourdes. (16 de noviembre de 2017). Las «piradas» que hablan de la menstruación. Saltamontes. Recuperado de: https://www.elsaltodiario.com/saltamontes/piradas-que-hablan-de-la-menstruacion