Durante el año 2016, según los registros, más del 80% de las causas abiertas en los tribunales sobre conciliación familiar fueron abiertos por mujeres. Entre todas las causas, en torno a un 25% pertenecían a reducción de jornada para el cuidado de los hijos, en torno a un 15% sobre cuestiones de maternidad, más del 20% cuestiones de lactancia y casi el 15% causas relacionadas con permisos de embarazo. Sin embargo, sólo poco más del 5% pertenecían a permisos de paternidad.
Con todos los datos anteriores no es arriesgado decir que unos de los problemas de la mujer en la sociedad es la conciliación de su trabajo y su familia.
Y es que, por mucho que podamos pensar que España tiende a una evolución dónde la mujer pueda no verse obligada a estar atada a una familia estamos muy lejos de países como Noruega dónde el permiso de maternidad asciende a 46 semanas, a diferencia de las 16 que se otorgan en España, y contando con el 100% de su sueldo. O también podemos citar a la mayoría de países nórdicos, dónde se da una ayuda económica para criar a los hijos hasta los 18 años.
Pero este problema se agrava en las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, dónde el transporte local obliga a gastar dilatados tiempos en los desplazamientos por la ciudad. Si al tiempo utilizado en los desplazamientos unimos la falta sistemática de guarderías públicas y el alto precio de las privadas, podemos ver como en contra de las políticas de igualdad, se está condenando a la mujer a unas dificultades exorbitadas si quiere mantener la libertad que le otorga tener su propio trabajo.
En 2012 se dejó a 260 niños sin guardería pública a pesar de que tuvieran una plaza asignada y el año anterior el mismo ayuntamiento tuvo que hacer la vista gorda ante guarderías sin licencia que surgieron por la ciudad ante la falta de plazas públicas que pudieran hacer frente a los niños que las necesitaban.
Teniendo en cuenta que una guardería pública puede costar alrededor de los 250€ mientras que una privada puede ser el doble y un cuidador un mínimo de 700€ al mes, se puede entender la gran demanda de las plazas públicas.
No obstante, esto no sólo se traduce en problemas con la familia si no también para la creación de esta. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su encuesta sobre fecundación en 2018, las mujeres que desean tener hijos, retrasan estos hasta incluso 5 años más que en cifras anteriores, dependiendo del nivel de estudios, a mayor éste mayor el retraso, esto lo achacan directamente a los problemas de conciliación entre la vida familiar y laboral y a dificultades económicas.
Entre las mujeres de 30 años y menores sin hijos, la segunda preocupación a la hora de acceder a un puesto laboral es las posibilidades de conciliación familiar que pueda ofrecer la empresa.
No, no es la obligación de la mujer el cuidar de la familia, esto no ha sido más que un rol impuesto socialmente hasta ahora, pero no olvidemos tampoco que tiene el derecho de hacerlo, y el derecho a trabajar y conciliar su tiempo laboral y familiar, y si ese es su deseo la sociedad no sólo debe tratar de que le sea posible, debe además garantizar las medidas necesarias para que disponga de todos los medios necesarios para ello.
BIBLIOGRAFÍA:
https://elpais.com/diario/2011/08/29/catalunya/1314580039_850215.html
https://elpais.com/diario/2011/10/13/catalunya/1318468040_850215.html
https://www.iceditorial.com/blog/277-medidas-conciliacion-familiar
https://www.iceditorial.com/blog/277-medidas-conciliacion-familiar