FEMINISMO VR CAPITALISMO. PARTE 3: CAPITALIZANDO EL FEMINISMO.

¿Cuáles son esas formas que tiene el Capitalismo de combatir el surgir de ese nuevo sistema que lo derrocará, como dice la profecía? Pues bien, como sabemos, el capitalismo es el sistema que engloba la economía de los estados, y la economía de los estados se basa en la producción, de la producción pues, se encarga las empresas, es ahí donde vamos aponer el foco de atención en esta última entrada, en las empresas.

Los lemas y luchas feministas que han tomado más fuerza en los últimos años no nos cogen de nuevas. Esa crítica y cuestionamiento del Estado Capitalista y de los gobiernos ha continuado siendo la mejor estrategia para insistir en las demandas de las mujeres, pero estos se han valido de técnicas para convertir es demanda en algo inofensivo para el capital, permitiendo que las banderas de lucha de las mujeres se mezclen con las banderas de empresas capitalistas. Poniendo el foco de atención en las empresas, como se ha mencionado anteriormente, estas buscan asesoramiento para dialogar con los feminismos y distorsionar la lucha de las mujeres y usarla a su favor, incluyendo esta en sus agendas y publicidades. Trabajan con la idea del empoderamiento de las mujeres, de la ruptura de estereotipos, de juguetes no sexistas, de nuevos estilos de vida más inclusivos, etc., pero ¿las empresas quieren verdaderamente empoderar a las mujeres, que con sus productos sientan ese “poder” y sean solidarias unas con otras? o ¿no es más que una estrategia de marketing para obtener el mayor lucro convirtiendo el feminismo en un nicho de mercado y viendo una gran oportunidad de riqueza en este? (Assunçao & Valle, 2016).      

Una técnica muy conocida de aprovechar la lucha feminista es el llamado “Purple washing”. Según la revista digital Feminarian es literalmente un “lavado de cara morado, es decir, aprovechar la causa feminista para un beneficio empresarial, usarlo a la ligera con eslóganes que luego no son aplicados al entramado empresarial y social”. Es simplemente sacar tajada de un movimiento que les queda grande (Feminarian, 2019).

Cada vez que se acercan fechas, al igual que el día de la madre o de San Valentín, los medios de comunicación y redes sociales se llenan de anuncios de productos para la ocasión, lo mismo ocurre cuando llega el 25 de noviembre (Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer) o más aún el 8 de marzo (Día de la Mujer, o mejor dicho “mes de la mujer”). Inditex, Corte Inglés, Cortefiel, Iberdrola, cadenas de televisión, empresas relacionadas con la menstruación, productos de higiene, etc., hacen un lavado de su imagen ofreciendo una concepto de la mujer empoderada, de morado por todas partes, de que sus productos son aliados feministas, y de que su lucro será reembolsado en asociaciones y fundaciones dedicadas a la protección y salvación las mujeres del mundo.

Veámos ahora unos datos:

  • El número de mujeres en puestos directivos en España se sitúa en un 30%.
  • La Bolsa española sigue dominado por hombres. En concreto, está formado por 455 consejeros (hombres) y solo con 108 consejeras (mujeres), según el VII informe de Mujeres en el IBEX.
  • Aunque el 53% de los integrantes de la judicatura son mujeres es un ejemplo más en el que nosotras, sencillamente, somos menos.
  • Mujeres en la lista Fortune 500, no llega al 6%.
  • Sólo 9 de las 50 universidades públicas existentes en España están dirigidas por mujeres.
  • Según la OIT de los 168 millones de niños de entre 5 y 17 años que trabajan en el mundo, más de 5 millones y medio lo hacen en los países asiáticos. Los sueldos oscilaban entre los 20 y los 66 euros de media mensual. Por cada 8 horas de trabajo corresponden 10 minutos de descanso.

(Datos de La Vanguardia, Diario de Sevilla y El Diario)

Y se podría decir mil cosas más, entonces ¿de qué nos sirve que las cadenas de televisión nos vendan el 8M y el empoderamiento de las mujeres, si después no incentivan la inclusión laboral de las mismas en los puestos directivos? ¿de qué nos sirve que Inditex nos venda la camiseta con Frida Kahlo, si después a sus empresas las sitúan en territorios de dudable regulación laboral y social donde esclavizan a mujeres y niñas a una producción sistemática y en condiciones deplorables? ¿de que nos sirve que los beneficios obtenidos durante estas campañas vayan destinados a esas mismas mujeres y niñas que explotamos? Estamos pues ante una capitalización del feminismo, pero no solo de eso, el Capitalismo se apropia de muchos movimientos sociales, como el movimiento del colectivo LGTBIQ+, o la lucha contra el Cáncer de mama, o la lucha contra en hambre en el mundo.

En conclusión, el Feminismo y el Capitalismo son antiguos enemigos en esta sociedad en la que convivimos todas las personas. El Feminismo cuestiona este sistema económico basado en la explotación de lo reproductivo, en definitiva, de las mujeres y propone un nuevo sistema más inclusivo, más justo, más ecológico y más sostenible. La subordinación de las mujeres no se origina con este sistema de maximizar beneficios a todo coste, pero sí que la retroalimenta, que la mantiene y la renueva con el apoyo indiscutible del patriarcado y con técnicas de mercado que encatusan y empoderan, no a las mujeres, sino a los Estados Capitalistas y si la base de todo sistema es ostentar el poder, quien posea el dinero, en definitiva, posee el poder.  

REFERENCIAS:

Barbijaputa (2016). ‘Purple washing’ o acordarse del feminismo cuando interesa. eldiario.es. Recuperado de: https://www.eldiario.es/zonacritica/burkini-barbijaputa-purple_washing_6_553004709.html

C.D. (2019) Las rectoras se plantan: Sólo nueve de las 50 universidades públicas españolas están dirigidas por mujeres. Diario de Sevilla. Recuperado de: https://www.diariodesevilla.es/sociedad/rectoras-universidades-publicas-espanolas-dirigidas_0_1411958935.html

Feminarian (2019) Purple washing. Recuperado de: https://feminarian.es/2019/01/28/purple-washing/

Gerehau, Moha (2016) Qué han hecho Inditex, El Corte Inglés y Cortefiel tras las denuncias de abusos en fábricas de Asia. Eldiario.es. Recuperado de: https://www.eldiario.es/economia/Inditex-Corte-Ingles-Cortefiel-Carrefour_0_480852401.html

PAN Y ROSAS. Estado Español (2016) El feminismo como nicho de mercado y asimilación capitalista. Mujeres pan y rosas. Recuperado de: http://mujerespanyrosas.com/feminismo-nicho-mercado/

Autoría ilustración: desconocida.

FEMINISMO VR CAPITALISMO: PARTE 2: ¿UN NUEVO SISTEMA?

Cuando habl seamos de Feminismo, no podemos caer en la trampa de creer en un único movimiento unicelular cuyo objetivo es únicamente uno, valga la redundancia. Estamos ante una corriente que recoge diferentes ideologías feministas, en plural, desde el feminismo de la igualdad y el feminismo de la diferencia, al feminismo radical más puramente crítico. Pero, si hay algo en común, es cuando alguien se considera feminista al reivindicar a las mujeres, cuando no acepta inequidades e injusticias, cuando observa que simplemente por ser asignado de un determinado sexo tienen una mayor o menor posibilidad de acceso a recursos, servicios, empleos, economías, etc. 

Como se ha dicho en la entrada anterior, el capitalismo es un sistema que se nutre de las mujeres, de su sobreexplotación en el trabajo doméstico y en ámbito de los cuidados, ya que, si verdaderamente este ámbito fuera retribuido o cuantificable, el sistema eclosionaría, como estamos siendo testigos, con una crisis detrás de otra. El ámbito público, es decir, el empleo remunerado, la producción, las empresas, la banca, etc., amparado por este capitalismo para esa acumulación de riquezas al mínimo coste, se sostiene en el ámbito privado, el reproductivo, el de los cuidados, el del hogar, el del trabajo doméstico, ¿pero quien se encarga?, las mujeres, y si las mujeres del mismo hogar también están en el ámbito público y no pueden conciliar, recurren a otras mujeres de la familia o externas al grupo familiar, al fin y al cabo, esas tareas recaen en las mismas, por lo tanto estamos ante una sobrexplotación. Ante esta y la dificultad de conciliar, se hace difícil pensar en el capitalismo como sistema héroe de esta solución si está a punto de estallar. Es cuando desde el feminismo se piensa alternativas (Maffía, 2006, p. 1-5).

El feminismo más puramente crítico propone romper con esos parámetros tradicionales de análisis de la realidad que parten del derecho, la ciencia, la filosofía, la política, etc., terminar con esos discursos que eran normativos y sistemáticos, que no tienen ninguna eficacia y crear un nuestras propias visiones del mundo, que no sean dicotómicas, sino que incluyan la pluralidad de identidades, no solo las de género, romper con los establecido de “lo femenino” y “lo masculino”, discutir las jerarquías, discutir la subordinación, repensar el sistema al fin y al cabo (Maffía, 2006, p. 9-10).

Muchos estudios sobre feminismo y capitalismo, se han basado en las teorías de la filósofa y feminista Nancy Fraser, quien aboga por el nacimiento de un sistema nuevo que sea anticapitalista, antirracista y ecologista, sin olvidar también las cuestiones de identidades de género y movimiento queer. Un nuevo sistema que se ha dado cuenta de que los modelos establecidos no ayudan, y que tiene en cuenta cuestiones de clase, racialización, género, identidad, circunstancias territoriales, diversidades funcionales, etc. Para Fraser,e mundo ha sido pensado de una manera muy estrecha identificándolo con el “trabajador varón blanco, que pertenece a una nacionalidad mayoritaria”, esa ha sido la imagen de la clase trabajadora sin entender la importancia de la reproducción social y lo relevante de esta para el sistema capitalista. Como se ha mencionado anteriormente, el capital se nutre del trabajo no asalariado, del trabajo doméstico y de los cuidados de los que se encargan las mujeres, que también supone una fuerza de trabajo, aunque no sea asalariada. Fraser aboga por un aprendizaje de esos sistemas financieros, y a través de la experiencia de las luchas feministas dar respuesta a esa crisis identificando como enemigo ese capitalismo neoliberal agresivo que agota anergias y destruye el trabajo social reproductivo. La filósofa ofrece el feminismo como alternativa, ya que los principales partidos están colapsando y la gente pide soluciones (Valdés, 2019).

Recapitulando y a modo de conclusión, de la primera entrada sacamos en clave que el Capitalismo no es el creador de las desigualdades, pero sí las sustenta y se nutre de ellas para seguir existiendo. Ahora, en esta segunda entrada vemos como este sistema agresivo con el ámbito de la reproducción y con las mujeres en sí, está en crisis y ¿Qué soluciones se proponen?, pues desde el Feminismo la creación de un nuevo sistema que tenga en cuenta no solo el trabajo remunerado y el ámbito de la producción, sino también el trabajo invisible, el no remunerado, el de la reproducción, el de las mujeres “Superwomans” tratando de conciliar empleo y trabajo doméstico,  y no solo eso, sino también incluir toda la diversidad de identidades. Ahora bien, el capitalismo en un sistema fuerte y como gran amigo del patriarcado, renace y tiene sus armas para combatir este surgir de nuevo sistema, pero hasta aquí puedo leer, nos vemos en la siguiente entrada. 

REFERENCIAS:

Fraser, Nancy (2015) ¿Feminismo resurgente? Afrontar la crisis capitalista en la era neoliberal. Recogido en: Fortunas del feminismo. Del capitalismo gestionado por el estado a la crisis neoliberal. (P.219-263). Madrid: traficantes de sueños

Maffía, Diana (2006) Desafíos actuales del feminismo. Recuperado de  http://dianamaffia.com.ar/archivos/Desaf%C3%ADos-actuales-del-feminismo.pdf

Valdés, Isabel (2019) Entrevista a Nancy Fraser. “El feminismo es la respuesta a esta crisis del capitalismo”. El País. Recuperado de:  https://elpais.com/sociedad/2019/03/25/actualidad/1553514109_148315.html

Autoría ilustración: desconocida. 

FEMINISMO VR CAPITALISMO. PARTE 1: VOCES ENCONTRADAS.

Si el principal lema del capitalismo es “máxima ganancia al mínimo coste” no nos debe sorprender que las empresas se justifiquen con este lema y lo lleven a los límites más insospechables de lo ético y lo moral. Éstas, bajo el dogma de ganar más invirtiendo menos y aprovechando el poco o nulo interés que tienen algunos estados y organismos públicos por elaborar legislación que proteja laboral y socialmente a las personas, se sirven de estos vacíos de protección para extraer la máxima energía humana para la producción, no teniendo en cuenta que esa energía es agotable, que cae enferma, que tiene que descansar, que tiene un coste, que tiene que tener acceso a la formación y a diferentes servicios, que tiene que tener libertad y que tiene que tener derechos. Como sabemos, la mano de obra más barata, más fácil y en situación de mayor vulnerabilidad, son las mujeres y niñas, el sistema lo sabe y se retribuye de ellas.

Hay algunas voces y entre ellas la de Nekane Jurado en su artículo “El Feminismo será no-capitalista o no vencerá”, que defienden la idea de que la subordinación de las mujeres no fue inventada por el capitalismo, sino que ha existido de forma diferente en todas las sociedades desde la primera división del trabajo en esas primeras sociedades, “separar la creación de personas de la obtención de ganancias, asignando el primero de esos trabajos a las mujeres y subordinándolo al segundo”, es decir, otorgándole mayor importancia a la obtención de recursos para el grupo o comunidad de personas que a la propia creación de esas mismas personas. Esta diferenciación de la “reproducción social” ha justificado las diferencias del trabajo históricamente, y en la actualidad, los estados se nutren de ella exigiendo más horas de trabajo asalariado por hogar mientras que retira el apoyo estatal para el bienestar, exprimiendo a las familias, a las comunidades y sobre todo a las mujeres, encargadas no solo de ese ámbito reproductivo sino también del productivo, porque un solo salario en el hogar no es suficiente. Por lo tanto, es una cuestión feminista esta de la que hablamos, puesto que confluyen no solo cuestiones de sexo, sino también de género, clase, racialización, nación, división sexual del trabajo asignando el productivo a hombres y el reproductivo más el productivo mal remunerado a mujeres, etc. y si el feminismo quiere comprender los ejes de la dominación debe incluir esa amplia perspectiva (Jurado, 2019).  Hablamos de nuevo pues, de esa máxima ganancia al mínimo coste pues el Estado actúa también como una empresa, obteniendo de los hogares lo máximo, pero no retribuyendo lo justo y obviando, por supuesto, el coste de lo reproductivo asignado a las mujeres situándolas en una posición de vulnerabilidad.

Por lo tanto, se puede decir que el capitalismo no es el culpable del origen de la desigualdad de las mujeres, pero sí que contribuye a ella.  Sin embargo, hay otras voces que lo justifican y lo colocan como motor del empoderamiento de las mujeres. Cómo es el caso, por ejemplo, de Juan Ramón Rallo en su artículo “El capitalismo empodera a las mujeres”, en el que defiende y cito textualmente que “la clave del empoderamiento social de la mujer ha sido en todo lugar y en toda época el desarrollo económico, pues este ha permitido fracturar la división sexual del trabajo de corte más tradicional y opresora, facilitando con ello que cada mujer explore vías para realizarse vitalmente distintas de dedicarse obligatoriamente al cuidado de su propia familia”. Justifica su respuesta basándose en datos en los que muestra que, en países pobres o subdesarrollados, como él expresa, donde la mujer permanece en casa y no tiene acceso a la educación, la posición socioeconómica de las mismas es inferior y se encuentra subordinada a la de los hombres. Sin embargo, en las sociedades más desarrolladas es la mujer quien disfruta de un bienestar mejor en comparación a los hombres, es decir, y dicho en cristiano, a mayor desarrollo menos desigualdad (Ramón Rallo, 2019).  

Pero, si eso es así, ¿cómo se justifica pues, la mano de obra feminizada y esclava en esos países “subdesarrollados”, la brecha salariar en todos los sistemas y la desigualdad en general?  ¿Como justificamos que haya estados que no “opten por el desarrollo” y, por tanto, eliminar esa subordinación y esa desigualdad?

A modo de conclusión, podemos decir que el capitalismo y los sistemas económicos en sí mismos, se nutren de esos vacíos de protección, de la división sexual del trabajo, y de lo gratuito que salen los cuidados y trabajo doméstico en sí, sin embargo, encontramos dualidad de opinión sobre este tema, algunas que ponen el capitalismo como solución y fin último frente a las problemáticas, pero “el fin no justifica los medios”. Pese a las previsiones, el sistema está en crisis y, por tanto, nos encontramos en una búsqueda continua de soluciones que implican cada vez más medidas de austeridad, liberalización laboral e individualismo, que se traduce en menos medidas de protección y seguridad de las personas, y en esa cadena la que se encuentra en una situación de vulnerabilidad mayor son las mujeres.  Por lo tanto, ¿Qué se pretende desde el feminismo?

Y hasta aquí puedo leer, nos vemos en la siguiente entrada.

REFERENCIAS:

Assunçao, Diana., Valle, Flavia (2016) El feminismo como nicho de mercado y asimilación capitalista. PAN Y ROSAS. Estado español. Recuperado de: http://mujerespanyrosas.com/feminismo-nicho-mercado/       

Rallo, Juan Ramón (2019). El capitalismo empodera a las mujeres·. Laissez faire- El Confidencial. Recuperado de:https://blogs.elconfidencial.com/economia/laissez-faire/2019-03-08/8m-dia-mujer-capitalismo-empoderamiento_1868658/

Valdés, Isabel (2019) Entrevista a Nancy Fraser. “El feminismo es la respuesta a esta crisis del capitalismo”. El País. Recuperado de:  https://elpais.com/sociedad/2019/03/25/actualidad/1553514109_148315.html

Moreno, Tica (2019) Feminismo contra el capitalismo: acumulado de las mujeres en lucha en América Latina. Pueblos, revista de información y debate.  Recuperado de: http://www.revistapueblos.org/blog/2018/05/18/feminismo-contra-el-capitalismo-acumulado-de-las-mujeres-en-lucha-en-america-latina/

Jurado, Nekane (2019) El feminismo será no-capitalista o no vencerá. Kaosenlared. Recuperado de: https://kaosenlared.net/el-feminismo-sera-no-capitalista-o-no-vencera-2/

Autoría ilustración: Desconocida.