La conciliación familiar y laboral en el Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo

La familia es el primer agente de socialización que tienen los/as bebés al nacer por lo que ésta es esencial en el desarrollo y crecimiento durante los primeros años, y muchas veces durante toda la vida, por lo menos a mí me sigue haciendo falta mi familia para muchos aspectos de mi día a día. No obstante, no todos/as tenemos la suerte de tener una familia donde padres, madres y viceversa, dispongan del tiempo suficiente para poder estar con la familia, de ahí que requieran y demanden medidas y apoyos que les ayuden a conseguirlo con efectividad.

El motivo por el que no se dispone del tiempo suficiente, la mayor parte de las veces, es por el trabajo. Por ello, se hace necesario que se adopten políticas y se desarrollen programas que creen óptimas condiciones laborales, familiares, sociales, económicas… Y es que especialmente las familias monoparentales y las que carecen de una red de apoyo familiar, no cuentan con las condiciones sociales, laborales, ni con los recursos suficientes para la conciliación familiar.

Así y teniendo en cuenta las constantes demandas que las familias reclaman, se ha hecho un hueco para que las necesidades sean atendidas, y al mismo tiempo, se pueda  promover la igualdad entre la mujer y el hombre dentro de las familias, ya que realmente merecemos de una vez por todas, que se nos considere igual de esenciales tanto a madres como a padres, indiferentemente de cómo esté formada nuestra familia.

Por ello, escuchar hablar de la igualdad puede ser muy común, incluso dentro de las medidas políticas, aunque no por parte de todos los partidos. Estos propones medidas, estrategias y planes que abogan por la igualdad. Así, insertos en el marco político en el que nos encontramos, se han desarrollado diversos planes de igualdad, dentro del que encontramos la conciliación familiar y laboral. Esta incluso, tiene un día señalado en el calendario. Concretamente, hace dos años, se estableció el 23 de marzo como el  Día Nacional de la Conciliación de la vida personal, familiar y laboral y la corresponsabilidad en la asunción de responsabilidades familiares. Gracias a ello, se aboga por transmitir a la sociedad la importancia de la conciliación para las mujeres y los hombres.

Teniendo en cuenta estas políticas de igualdad, me gustaría señalar las que se han recogido en nuestro gobierno en el Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación.

Algunas de las medidas que incorpora esta nueva normativa son:

  • Señala el embarazo durante el periodo de pruebas en una empresa.
  • Registro de salario.
  • Posibilidad de adaptar la jornada (sin reducirla) para conciliar la vida laboral.
  • Permiso retribuido por nacimiento de un hijo.
  • Aumento del permiso de lactancia.
  • Aumento del permiso de paternidad.
  • Aumento de las causas de despido nulo.
  • Derecho de información de los representantes legales de los trabajadores.

Como he señalado anteriormente, estas son las últimas medidas que se han incorporado a la normativa legal para la igualdad entre mujeres y hombres empleados/as. Pero ¿realmente son eficaces? ¿Son efectivas e igualitarias para todas/os las/os empleadas/os? ¿Llegaremos gracias a ella a la igualdad entre mujeres y hombres?

Efectivamente las medidas expuestas son necesarias, y más aun, las de conciliación familiar, entre las que destaco las del aumento del permiso de paternidad o la de lactancia, ya que anteriormente las medida existentes no eran las suficientes, al menos desde mi opinión. Estas son precisas para poder establecer los vínculos y las ayudas necesarias a nuestra propia familia, además de fomentar gracias a ello, la igualdad entre las mujeres y hombres en el sentido de paternidad y maternidad con respecto al empleo.

Haciendo doble clic podréis acceder a la página oficial del Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación

Covid-19 y la reprivatización de los cuidados

En esta entrada me gustaría hacer referencia a los cuidados en tiempos de crisis de Covid-19, ya que he visto recientemente noticias que hablaban de ello.

Como hemos podido aprender de esta asignatura, desde los años 60 en los países integrantes de la Unión Europea, el crecimiento e incorporación de las mujeres en el mercado de trabajo ha supuesto un considerable aumento de las tasas de actividad laboral de las mujeres y por tanto, de la economía.

No obstante, el cómo afecta el reparto de trabajo por cuestión de género y llevar a cabo una conciliación laboral efectiva, siempre ha dado lugar a la menor actividad laboral femenina, ya sea en tipos de trabajo, jornada laboral, salario, etc. Incluso, aun teniendo en cuenta que una parte de las tareas de cuidado ha sido mercantilizada por el Estado a través de las escuelas infantiles, colegios, centros y residencias de mayores, entre otras instituciones, que posibilitan que tanto las mujeres como los hombres, mucho más las primeras, pudieran acceder al mercado de trabajo dando lugar a una posible igualdad laboral junto a los hombres.

La mujer ha tenido y sigue teniendo asignada las tareas del hogar, incluyendo dentro de ellas, el cuidado de las personas. A pesar de que cada vez más, las mujeres estaban liberadas de la privatización de estas tareas, con la enorme crisis que se está produciendo a raíz de la aparición del Covid- 19 en España, esta vuelve a resurgir y a demostrar una vez más, que las tareas de cuidado siguen estando asignadas a las mujeres.

Esto puede demostrarse a causa del cierre de los colegios, de los centros de día de mayores… ya que no existe un lugar donde puedan ser “cuidados/as”, mientras que las mujeres se encuentran en su lugar de trabajo, o teletrabajando como lo están muchas de ellas en estos momentos. Así que esto supone una reprivatización de los cuidados. Es decir, vuelve a lo privado, al hogar, donde las mujeres sin coste alguno dan todo de ellas para cuidar a los/as más vulnerables y a los/as que más las necesitan.

Esto no solo conlleva a la carga física de desarrollar día tras día estas tareas, sino también en la carga mental y la responsabilidad que les supone el cómo enfrentar el confinamiento, el teletrabajo y las tareas del hogar y los cuidados.

Por otro lado, estas tareas del cuidado también suponen la exposición de las mujeres cuidadoras al virus, ya que debemos de tener en cuenta que cuando los cuidados son realizados dentro de casa el confinamiento establecido por el estado de alarma puede cumplirse con eficacia, pero cuando debemos de trasladarnos para cuidar a nuestros/as mayores a sus hogares, las medidas establecidas para un correcto confinamiento cambian. Este cambio no solo supone el contagio de las mujeres al trasladarse de un lugar a otro, sino también al contagio de las personas dependientes que están a cargo de dichas mujeres, que aun sin salir a la calle pueden ser receptoras del virus.

En definitiva, considero que la privatización de los cuidados nos lleva a retroceder en el tiempo y a poner mochilas a las espaldas de las mujeres, que tanto les ha costado poder salir del hogar, y a recalcarles a muchas otras que siguen estándolo, que su lugar está en el hogar y su misión en estos momentos de Covid-19 es la de cuidar de los demás. Realmente considero que es una situación frustrante, que afectará a la economía desde luego, pero que también, sin duda alguna, afectará a la vida de las mujeres.

Ahora me hago unas preguntas que dan lugar a la reflexión y que también os propongo compañeras/os para que lo hagáis vosotros/as, ya que es un tema que viéndose y analizándose desde la perspectiva de género vuelve a cavar un hoyo para las mujeres, ¿dónde están las propuestas de igualdad para las mujeres y hombres? ¿Cómo aguantara la economía frente a la importante reprivatización de los cuidados ¿Por qué somos otra vez nosotras las que tenemos la responsabilidad de ser cuidadoras? ¿Quién nos cuida a nosotras frente al Covid- 19?

Espero que os resulte interesante, tanto como a mí me ha resultado informarme y escribir sobre ello.

Os dejo los enlaces a las noticias que he podido visitar y que hablaban de la temática:

https://www.publico.es/sociedad/crisis-coronavirus-coronavirus-evidencia-carga-mujer-cuidados-familiares.html

https://elpais.com/elpais/2020/03/19/3500_millones/1584610961_994547.html

https://www.publico.es/economia/coronavirus-desigualdad-genero-mayor-riesgo-contagio-precariedad-carga-oculta-coronavirus-mujeres.html

¿Economía de género o economía feminista? Contemplando sus diferencias

El patriarcado ha imperado en nuestra sociedad con el paso de los años e incluso lo sigue haciendo hoy día, dando lugar a relaciones asimétricas de poder entre la mujer y el hombre, siendo estos últimos los que tienen mayor predominio y poder frente a las mujeres.

Esta visión patriarcal y androcéntrica de situar al hombre como superior frente a la mujer se ha ido desarrollando en todos los aspectos sociales de nuestra vida, haciendo que lo público sea un contexto para los hombres, mientras que la mujer se encarga de lo privado, es decir, el hogar.

Dentro de lo público nos encontramos nuestra temática de estudio, la economía. Como no podía ser de extrañar, la economía ha sido tratada por los hombres, ya que se ha visto que la mujer no disponía de los conocimientos que poseía el hombre para trabajar con esta temática, la economía política o la economía neoclásica, o en tiempos no muy atrás, donde señalaban que el motivo era que no disponía del tiempo suficiente para compaginar, las tareas del hogar y el cuidado, con el trabajo remunerado de la economía. Por lo que en definitiva, los hombres eran los creadores de una economía hecha por ellos y para ellos, donde la mujer no tenía presencia.

Con el paso de los años, y con la lucha por incorporar a la mujer en lo público y por ende, en todos los espacios sociales, que ya trataban los hombres, se ha dado lugar a ir incorporando progresivamente a la mujer al mundo de la economía y con ello, han surgido términos como economía feminista y economía de género.

Pero… ¿qué quieren decir economía feminista y economía de género? Aquí voy a centrarme para conocer las características de un término y otro.

La economía de género:

  • Tiene en cuenta los marcos establecidos por la economía e incorpora a la mujer a lo ya establecido, como es la economía neoclásica o marxista, pero desde una perspectiva de género.
  • Es vertiente económica de dos enfoques, los estudios de equidad y el empirismo feminista.
  • Desarrolla críticas negativas hacia el efecto que produce el trabajo doméstico en las mujeres.
  • Pretende salvar las experiencias femeninas en los conceptos no revisados y adscritos a lo capitalizado de la economía y el trabajo.
  • Explicar y abogar por erradicar la desigualdad entre mujeres y hombres en el mercado y el trabajo.

La economía feminista:

  • Establecer una nueva visión de la economía y eliminar lo ya establecido por la economía androcéntrica
  • Cuestiona la división sujeto/objeto establecida anteriormente.
  • Ampliar la perspectiva del mercado, incorporando entre otros los trabajos del cuidado.
  • Incorporar a la mujer dentro de la economía como agentes económicos.
  • Aboga por presentar la economía como un proceso social y no individual, ligado a conflictos sociales.
  • El análisis del funcionamiento de los sistemas económicos y de las políticas económicas atiende al bienestar, desarrollo, pobreza.

Así y teniendo en cuenta las características que se asocian a ambos conceptos, destaco cómo la economía feminista desde ya comenzados los años 80, ha aparecido para romper con el androcentrismo que imperaba en los espacios de la economía, dando paso a una nueva visión, que poco a poco conseguirá que la mujer pueda ser vista al igual que el hombre dentro del mercado y la economía.

Espero que os sea de interés y os ayude a asimilar estos conceptos que llevan un tiempo en auge y que son tan importantes para la igualdad en nuestra sociedad.

Os dejo las referencias bibliográficas de las fuentes consultadas para la comparación y extracción de las características de los conceptos:

-Pérez Orozco, Amaia. (2005). Economía del género y economía feminista, ¿conciliación o ruptura? Revista venezolana de estudios de la mujer10(24), 43-63.

-Carrasco, Cristina. (2006). La economía feminista: una apuesta por otra economía. En Vara, María Jesús (Coord.), Estudios sobre género y economía (pp.29-xx). Madrid, España: Ediciones Akal.