SEGREGACIÓN HORIZONTAL. CONOCIENDO LOS SECTORES SEGREGADOS DE ESPAÑA

El trabajo y el empleo según plantea la documentación de esta asignatura son dos conceptos muy diferentes; trabajo, actividad humana orientada a la satisfacción de necesidades a través de la producción de bienes y servicios, actividad que puede realizarse en diferentes contextos sociales (Recio, 1997). Y empleo, conjunto de las modalidades de acceso y salida del mercado de trabajo, así como la traducción de la actividad en status sociales (Maruani, 1997).

A lo largo de la historia, cuando la mujer se incorporaba al mundo laboral no era exactamente a los empleos y trabajos más estandarizados, sino que la sociedad tenía preparado para las mujeres otro tipo de sectores laborales. Como por ejemplo los sectores relacionados con los cuidados ajenos, maestras, enfermeras, etc. Concretamente esto se define como segregación horizontal, que se caracteriza por la distribución irregular de mujeres y hombres en sectores profesionales determinados. Normalmente los puestos de trabajo dirigidos a las mujeres suelen ser o de una baja aceptación social o de menos remuneración (Ribas Bonet, 2004).

Según se cita en Ribas Bonet, (2004) “estudios sobre la composición por sexo de los mercados de trabajo occidentales han mostrado un crecimiento constante de la participación femenina, (…) Sin embargo, la presencia de las mujeres en otros sectores tradicionalmente masculinos, y especialmente en las posiciones de poder y responsabilidad históricamente asignadas a los hombres, no se ha incrementado al mismo ritmo”

A continuación, se pueden observar la segregación horizontal en España desde 2015 hasta 2018, para así poder comprobar si existe alguna diferenciación de un año a otro. Se han seleccionado sectores que se piensan que pueden estar más divididos. Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)

Azul: hombres

Naranja: mujeres

Sectores masculinizados

-Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca  

-Construcción

Sectores feminizados

-Actividades administrativas y servicios auxiliares

-Educación

-Actividades sanitarias y de servicios sociales

Como se puede ver a simple vista aún en 2018 existían profesiones claramente divididas por sexo, además con un nivel de diferenciación muy alto.

Según Vida Mujer, (2006), las profesiones ocupadas principalmente por las mujeres son las relacionadas con las labores domésticas, siendo el 97,7% del porcentaje total. En segundo lugar, la enseñanza, con una presencia del 96,7%. Le siguen la profesión de cuidadora, auxiliar de enfermería y del sector de limpieza. Concordando esto exactamente con las estadísticas mostradas anteriormente.

Para superar esta brecha es necesario concienciar y cuestionar sobre el valor que se le otorgan a los trabajos asociados a las mujeres, pero para ello el patriarcado y el sistema reconozcan la necesaria labor y la importancia que siempre han tenido los trabajos realizados por las mujeres, desde el trabajo doméstico hasta la lucha ejercida por las mujeres para llegar a los puestos ocupados, generalmente, por hombres. Estos pasos aunque difíciles pueden conseguirse si seguimos visibilizando las brechas de género que aún continúan en nuestra sociedad.

BIBLIOGRAFÍA

Bonet, M. A. R. (2004). DESIGUALDADES DE GÉNERO EN EL MERCADO LABORAL: UN PROBLEMA ACTUAL. Departament d’Economia Aplicada-Universitat de les Illes Balears.

¿Qué consideramos trabajos feminizados? – Vida Mujer. (2006). Recuperado 22 Abril 2020, de https://www.vidamujer.es/que-consideramos-trabajos-feminizados/

https://www.ine.es/jaxiT3/Tabla.htm?t=10943

LAS EMPLEADAS DEL HOGAR, UN SECTOR VULNERABLE ¿QUÉ ES DE ELLAS CON LA CRISIS DE COVID-19?

El trabajo y el empleo según plantea la documentación de esta asignatura son dos conceptos muy diferentes; trabajo, actividad humana orientada a la satisfacción de necesidades a través de la producción de bienes y servicios, actividad que puede realizarse en diferentes contextos sociales (Recio, 1997). Y empleo, conjunto de las modalidades de acceso y salida del mercado de trabajo, así como la traducción de la actividad en status sociales (Maruani, 1997).

Estas definiciones se han ido desarrollando con la configuración del capitalismo como sistema económico y social, relacionando el trabajo con la actividad humana, predominantemente masculina, objeto de valoración social y eje de relaciones sociales, proporcionando el mayor valor a la producción la cual está estrechamente relacionada con la esfera pública. El sistema capitalista tiene reservada la esfera privada al otro sector de la población, la mujer. Entendiéndose dentro de esta las actividades relacionadas con el mantenimiento del hogar, actividades que no “merecen” remuneración. Formando así ciertas relaciones de poder, situando al varón en lo alto de la pirámide y a la mujer en la base (De Dios Herrero, 2006).

Este reparto de las esferas da a suponer que el trabajo realizado por la mujer no merece, ni posee ningún tipo de valor social, invisibilizando la realidad. Gracias al trabajo doméstico la esfera pública se mantiene y da sus frutos, sin el trabajo no remunerado de las mujeres la sociedad capitalista no podría desarrollarse de la misma forma, por ello tiene sentido que la mujer este en la base de la pirámide, si se mira desde una perspectiva inversa, la base es la que mantiene los cimientos de toda la pirámide.  

Con la entrada de la crisis de 2008 las esferas públicas y privadas se vieron claramente desdibujadas, convirtiéndose en necesidad el abandono de la mujer de lo privado e incorporándose a lo público. Y como muchas de estas mujeres no poseían ningún tipo de formación, se vieron obligadas a recurrir al trabajo doméstico, pero ahora fuera de su hogar, haciéndolo en el hogar de otras personas. Condicionando este oficio a un oficio precario y mal pagado, situando a la mujer en una posición de vulneración económica.

Y si de por sí, la mujer empleada del hogar representa a uno de los colectivos más empobrecidos y vulnerables que será de ellas y que consecuencias tendrán después de la crisis del Covid-19.

La medida aprobada por el Gobierno consiste en una prestación económica del 70% de su base de cotización y tendrá como tope el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que actualmente es de 950 euros.

 Pero ¿quién pude solicitar este tipo de prestaciones económicas? Solo a aquellas que estuviesen dadas de alta en la Seguridad Social antes del 14 de marzo de 2020, día en el que se decretó el estado de alarma. Por tanto, las empleadas domésticas que no estuviesen dadas de alta antes del 14 es decir, trabajando pero en situación irregular no tendrán derecho al subsidio (López Trujillo, 2020).

Y ahora, os planteo ¿creéis que todas las trabajadoras del hogar están dadas de alta en la seguridad social?

Muchas de estas mujeres trabajan sin contratos, muchas son incluso inmigrantes, viviendo situaciones casi de “esclavitud” y en estos momentos, muchas se ven en un estado de aún más precariedad, sin seguir siendo reconocidas, sin seguir otorgándoles el valor que su trabajo merece. De una forma u otro continúan siendo invisibilizadas, aunque por primera vez se las considere como un sector que necesita beneficiarse de prestaciones.

REFERENCIAS

De Dios Herrero, M. (2006). El trabajo de las empleadas domésticas: entre lo doméstico (privado) y lo asalariado (público). Recuperada 15 Abril 2020, de http://www.biblioteca.unlpam.edu.ar/pubpdf/aljaba/v10a10dios.pdf

López Trujillo, N. (2020). Derecho a subsidio durante la crisis del coronavirus para las empleadas del hogar: preguntas y respuestas | Newtral. Recuperado 15 Abril 2020, de https://www.newtral.es/derecho-a-subsidio-durante-la-crisis-del-coronavirus-para-las-empleadas-del-hogar-preguntas-y-respuestas/20200401/

¿ES LA TASA ROSA UN FACTOR QUE INCREMENTA LA SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD DE LA POBLACIÓN FEMENINA?

Qué es la Tasa Rosa exactamente, según S. Alonso, (2019), es el impuesto que se conoce como el sobreprecio que pagan las mujeres por hacerse con productos y servicios que cuestan menos en su versión masculina. Es decir, según el diario 20Minutos, (2018)  es el precio añadido que se aplica a productos destinados al público femenino a pesar de que sus características sean idénticas a otros destinados al público masculino.

Este aumento de precio tiene que ver con el IVA (Impuesto de Valor Añadido). Este impuesto es indirecto, lo que se traduce como una carga al producto de forma en la que no se tiene en cuenta a quien va dirigido el producto, de esta forma su importe es igual para toda la ciudadanía. En general el IVA es de un 21% (general), pero existen reducciones del mismo según los productos que se consumen, como por ejemplo los productos de higiene femenina como las compresas, tampones, etc. Estos productos tienen un IVA del 10% (reducido), por lo que a estos productos no se les considera de primera necesidad, ya que los productos de primera necesidad tienen un IVA de tipo superreducido del 4%. (ElPaís, 2018)

La Tasa Rosa queda reflejada si se observa la recaudación anual que hace el Estado por estos impuestos, la cual asciende a 18 millones de euros. Pero la bajada de IVA no supone la bajada de precios, aunque si los precios bajasen la economía de las mujeres se vería beneficiada a largo plazo (Castelló, 2020).

Por lo tanto, ¿supone esta tasa una discriminación económica? Personalmente si lo considero así, aunque muchas personas pueden verlo como una oportunidad de beneficio. Desde el marketing consideran que esta tasa tiene que ver con las diferencias de producción, como son el color rosa, las formas curvas de los envases, el uso de palabras como soft, care, confort, estas campañas de marketing hacen uso de los estereotipos ligados al género femenino. Saben que las mujeres son capaces de pagar algo más por productos que se asemejen más a su “personalidad” (Castelló, 2020).

Por todo esto es por lo que lo veo un abuso, es decir, no solo perpetúan los estereotipos del género femenino, sino que crean una demanda de necesidades “falsas” y se aprovechan de que las mujeres pagan más por algo que saben que es exactamente igual al producto masculino, de una forma u otra son campañas vende humo con envoltorio rosa. Y la solución no es solo ser consciente de esta desigualdad y no comprar los productos “rosas”, la solución es que la sociedad comprenda que por el hecho de ser mujer no tengo que pagar más por el mismo producto, que dejen de aprovecharse de esas falsas necesidades creadas en las mujeres.

REFERENCIAS

20Minutos. (2018). ¿Qué es la ‘tasa rosa’?. Recuperado 9 Abril 2020, de https://www.20minutos.es/noticia/3341487/0/que-es-la-tasa-rosa/

Castelló, V. (2020). Tasa rosa: ¿por qué las mujeres pagan más por sus productos personales?. Recuperdo 9 Abril 2020, de https://elpais.com/economia/2020/02/25/actualidad/1582641233_142779.html

ElPaís. (2018). TASA ROSA | ¿En qué consiste? ¿Qué proponen los partidos? | España. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=OAosa2DhxLA

S. Alonso, N. (2019). Tasa rosa, el impuesto que amplía la brecha de género en el súper. Recuperado 9 Abril 2020, de https://www.newtral.es/tasa-rosa-impuesto-encarece-brecha-genero/20191113/