Covid-19, Impacto en el empleo y la valoración de los trabajos de cuidados

Sin duda este es uno de los periodos de tiempo que perduraran en la historia de toda la humanidad, es el que estamos viviendo el día de hoy, la crisis sanitaria, reconocida oficialmente como pandemia el 11 de Marzo, solo unos pocos días antes de que España ingresara en un Estado de Alarma, situación que prácticamente nos aisló de todo tipo de contacto social y físico con las personas, se inició el confinamiento y se paralizaron las actividades económicas no esenciales.

Sin embargo es en este tiempo, tanto a nivel personal como comunitario nos replanteamos una nueva mirada de mundo y nos cuestionamos acerca del valor de las cosas, la importancia real de las actividades que realizamos día con día y sobre todo cuales son las cosas necesarias e indispensables para la vida.

Es este contexto que se pone especial énfasis y se reconoce la importancia de las profesiones y actividades de cuidado y lo vital que son para el desarrollo humano como ser la educación y la salud;

De acuerdo a las estadísticas estos sectores en España se encuentran dentro del top 10 de profesiones feminizadas en las que destacan las empleadas de hogar (501 mil mujeres por 78 mil hombres), las profesoras (926 mil mujeres por 448 mil hombres) o todas las que abarcan el sector sanitario y de servicios sociales (1.337 mil mujeres por 409 mil hombres) seguidas de las dependientas, costureras, recepcionistas, camareras de planta, contables y administrativas o veterinarias, profesión en la que el número de mujeres en activo duplica al de hombres.

Sin embargo como mencionaba en un artículo anterior, las brechas de género en el mercado laboral se hacen evidente en todos los sectores, ocupando las mujeres puestos laborales con menores jornadas laborales y por ende con un menor salario, ya sea por falta de conciliación entre la vida familiar y laboral al caer sobre ellas la responsabilidad de cuidados de los hijos e hijas o incluso de las personas mayores dependientes de ellas.

En esta situación general y según los datos registrados en el mes de marzo se refleja el impacto extraordinario en el empleo producido por la crisis sanitaria. De acuerdo al Registro del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el mes de marzo ha sumado 302.265 nuevos demandantes respecto al mes de febrero, suponiendo un aumento del 9,31%. El total de desempleados se sitúa en un total de 3.548.312 de los cuales, el desempleo femenino representa el 56,91%. Esto supone en términos numéricos que de cada 10 personas sin trabajo aproximadamente 6 son mujeres. Y de todas las mujeres desempleadas, la mitad son mayores de 45 años (49,51%).

Sin duda alguna la crisis sanitaria producto del Coronavirus, afecta a toda la población en general, sin embargo tiene un efecto mucho mayor para las mujeres en cuanto al empleo y a la economía en general debido a las brechas existentes al momento de acceder a un empleo y al momento de definir los cuadros salariales.

Por ello es de vital importancia visibilizar estas desigualdades y al mismo tiempo enfatizar en la importancia y el valor que tienen estas actividades consideradas de cuidados, sean remuneradas o no (como es el caso del trabajo doméstico) puesto que son vitales y necesarias para el sostenimiento de la economía y de la vida misma, que ahora están al frente de toda esta crisis sanitaria, cuidando de los enfermos y de los más vulnerables de esta sociedad como lo son los niños y ancianos.

Fuentes:

https://www.farodevigo.es/sociedad/2020/03/08/mujeres-prefieren-profesoras-enfermeras-cuidadoras/2259741.html

https://mujeresenelsectorpublico.com/presente-laboral-y-mujer-empleo-y-desempleo-feminizado-sesgo-de-ocupaciones/

La brecha de género en el empleo en España

En el reciente informe presentado por ClosinGap y elaborado por PwC, tiene como principal objetivo abordar las brechas de género en el mercado laboral español, visibilizando las barreras y desigualdades existentes en el mismo a través de un análisis tanto cualitativo como cuantitativo.

Son muchas las causas que inciden en la brecha de género en el empleo pero entre las principales destacan la incorporación tardía de la mujer en el mercado laboral, por lo que tiene repercusiones en la antigüedad, y por ende en las cotizaciones de la seguridad social lo que repercutirá a una edad más avanzada al percibir menores prestaciones, así como la interrupción laboral por embarazo y/o lactancia, donde la mujer detiene su carrera profesional, lo que impacta negativamente su trayectoria, condiciones laborales y su salario.

Igualmente las mayoría de las mujeres optan por un empleo de media jornada debido a falta de corresponsabilidad en los roles familiares y domésticos puesto que la responsabilidad de los cuidados de los hijos, mayores, y del hogar generalmente cae en manos de las mujeres, por lo cual tienen menos tiempo para realizar algún trabajo remunerado, e incluso menos tiempo para el ocio; de igual manera la brecha en educación que se abre a partir de los estereotipos de género respecto a la elección de ciertos carreras y profesiones consideradas para mujeres siendo estos los relacionadas con los cuidados que son a la vez los empleos menos reconocidos por la sociedad y por ende con menor remuneración económica, lo cual pone de manifiesto una brecha salarial.

Como se mencionó líneas más arriba, las mujeres españolas tienden a trabajar en su mayoría en jornadas parciales, para el año 2018 la brecha de género en relación al tipo de jornada laboral era de 17% es decir que por cada hombre que trabaja a tiempo parcial existe 3,5 mujeres en la misma situación, en porcentajes las mujeres trabajan un 28% menos horas en comparación de los hombres

En cuanto a la brecha existente respecto a la educación superior, en España la mayoría de las mujeres cuentan con estudios superiores en un porcentaje mayor al de los hombres, sin embargo a la hora de acceder a un empleo, la mayoría se encuentra sobre cualificada; igualmente la mayoría de los empleos con una mayor remuneración económica son los relacionados con la ciencia y tecnología, sectores que destacan por la ausencia de representación femenina. Igualmente en cuanto a las estadísticas se demuestra los obstáculos en cuanto al acceso de las mujeres a cargos directivos o de gerencia (Techo de Cristal).

Respecto a la brecha salarial, en España, La brecha salarial en España en 2017 fue de un 21,9%, anual inferiores a las de los hombres, representando una diferencia anual de 5.784 € en el salario de las mujeres respecto al de los hombres. Igualmente esta brecha se amplía aún más, cuando se considera el empleo a tiempo parcial, En concreto, la diferencia salarial por hora entre género con jornada parcial es de 1,8 €, es decir, las mujeres cobran un 14,9% menos por hora que los hombres en las mismas condiciones.

Otra razón por la cual es conveniente, no solo para las mujeres sino también para toda la sociedad en general, el conseguir que estas brechas disminuyan, está en el hecho de que en el caso de que la tasa de empleo de la mujer se igualase a la de los hombres, el PIB español podría incrementarse en 201.913 millones de euros, lo que representa un 16,8% del PIB del año 2018. Este incremento vendría impulsado por la creación de empleo femenino (2,3 millones de puestos de trabajo para ser más exactos).

La reducción de estas brechas debería ser uno de los principales objetivos a conseguir, para ello se plantea la necesidad de conseguir una igualdad retributiva tanto a nivel público como privado, un acuerdo justo en cuanto a la conciliación familiar y laboral, que exista una igualdad en oportunidades tanto para los hombres como para las mujeres y por último la concientización de la sociedad en general, traducido en una mejora en la educación y la cultura, para así eliminar los estereotipos de género que limitan las opciones de las mujeres en el campo profesional y laboral.

Bibliografía:

Coste de oportunidad de la brecha de género en el empleo, Resumen Ejecutivo, Febrero 2020

Desigualdades en América Latina y el Caribe

De acuerdo al último informe publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) documento presentado en la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, llevado a cabo en Chile en Enero pasado, conseguir la igualdad de género es de suma importancia para conseguir un avance en el desarrollo, considerando que la región tiene uno de los mayores índices de desigualdad y pobreza.

En este pequeño apartado solo haré referencia a la situación de desigualdad en el marco económico y laboral de las mujeres de acuerdo a este informe.

De acuerdo al documento presentado, la escasa diversificación productiva de los países de la región, así como la vulnerabilidad de sus economías frente a los factores externos, repercuten negativamente en la posibilidad de alcanzar la igualdad, ya que impiden el dinamismo del mercado laboral lo que se traduce en una distribución desigual de los beneficios del crecimiento económico.

En materia de autonomía económica, de acuerdo al informe, se reconoce que persiste como un reto superar la desigual distribución del trabajo no remunerado y de cuidados, lo que refuerza la necesidad de incrementar la corresponsabilidad entre hombres y mujeres.

En la región se observa una clara tendencia creciente a la sobrerrepresentación de las mujeres en los hogares en situación de pobreza que se refleja en el índice de feminidad de los hogares pobres y en extrema pobreza. Según las estadísticas el índice de feminidad de los hogares en situación de pobreza, (datos de 18 países) en 2017 se había incrementado hasta 113 mujeres por cada 100 hombres.

Además, el porcentaje de mujeres sin ingresos propios es superior al de hombres en la misma situación, puesto que el promedio ponderado de mujeres sin ingresos propios en América Latina es del 28,1%, en tanto que para los hombres en similar situación era del 13,2% (Datos del 2017). Esto quiere decir que cerca de un tercio de las mujeres de la región depende totalmente de otros para su subsistencia.

La situación socioeconómica de las mujeres en la región no se explica necesariamente por su nivel educativo, ya que este es en muchos casos superiores, sin embargo, esto no ha sido suficiente para superar las desigualdades de género al momento de acceder a puestos laborales bien remunerados.

El embarazo y la maternidad en niñas y adolescentes es otro de los obstáculos importantes para la autonomía de las mujeres. La raíz de este problema se encuentra, entre otros, en los patrones culturales que asocian a las mujeres con la maternidad; Esto además se relaciona con el abandono escolar, los matrimonios precoces y una temprana asignación de responsabilidades de cuidado.

La mayor carga de trabajo doméstico y de cuidados de las mujeres se experimenta durante todo el ciclo de vida. De acuerdo a las encuestas realizadas por la CEPAL, un promedio del 70,2% de las mujeres de entre 20 y 59 años de edad presenta razones familiares (cuidado de niños y niñas o personas dependientes, trabajo doméstico o la prohibición por parte de miembros del hogar) como motivo principal para no buscar activamente o desempeñar un trabajo remunerado. Así, la desigual distribución de las responsabilidades de trabajo doméstico y de cuidados que recae mayoritariamente en las mujeres opera como una barrera a la participación y reproduce las desigualdades en el mercado laboral.

Las desigualdades del mercado laboral en cuanto a acceso, contrataciones, representación en la economía informal y monto de los salarios recibidos, entre otros factores de discriminación, se trasladan al sistema de pensiones, resultando determinantes para la exclusión de las mujeres de este beneficio.

Si bien es cierto que las políticas publicas por si solas no terminaran con las desigualdades, sin embargo para los países de esta región es un primer paso. La importancia de la intervención de los Estados con la creación de políticas públicas con perspectiva de género es necesaria para reducir las barreras que impiden la plena participación de las mujeres en la economía de los mismos, sin embargo, darle este el rol del Estado no ha sido fácil para los países de la región, ya que el reconocimiento de las desigualdades de género como asunto público aún no cuenta con un amplio consenso y legitimidad por parte de la sociedad. Por ello es de vital importancia la visibilización del trabajo de las mujeres y el reconocimiento de la existencia de desigualdades entre hombres y mujeres en todos los ámbitos, incluyendo al acceso al mercado laboral.

Bibliografía

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), La autonomía de las mujeres en escenarios económicos cambiantes (LC/CRM.14/3), Santiago, 2019.