Las Medidas de Acción Positiva: El Complemento por Maternidad.

Es indiscutible que la discriminación por razón de género sigue persistiendo hoy en día en nuestra sociedad. Desde el mercado de trabajo, hasta las relaciones personales, existe una desigualdad social que encasilla a hombres y a mujeres de todas las partes de España. Por ello, el Estado, juntos con los demás poderes públicos, decidieron actuar mediante planes, normativas y leyes que combatiesen esta situación. Una de las medidas adoptadas por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social para acabar con la desigualdad en el ámbito laboral han sido las conocidas como Medidas de Acción Positiva, pero, ¿qué es la Acción Positiva?

Según el Ministerio, la Acción Positiva es “una estrategia temporal destinada a remover situaciones, prejuicios, comportamientos y prácticas culturales y sociales que impiden a un grupo social minusvalorado o discriminado (en función de la raza, sexo, situación física de minusvalía, etc.), alcanzar una situación real de igualdad de oportunidades. (…) Se dirige a modificar tanto una situación –la de un grupo social marginado- como las acciones concretas de discriminación indirecta que sufre la persona individual por el hecho de pertenecer a ese grupo”

De esta manera, las Medidas de Acción Positiva son las herramientas que permiten llevar a cabo estas estrategias que pretenden igualar la situación en el mercado laboral a través de la discriminación positiva. Con respecto a la desigualdad de género, las medidas que se aplican son diversas, como la integración de las empleadas de hogar en las cotizaciones, con un salario y pensión regulada, o en análisis de los periodos cotizados para calcular la pensión final. Todas estas maniobras promueven que las mujeres contribuyan y participen en la vida laboral lo más equitativamente posible, sin embargo, como en todos los ámbitos, no están exentas de críticas.

Un de las medidas más criticadas es la llamada “Complemento por maternidad”. Esta medida entró en vigor el 1 de enero de 2016 y hace referencia a un incremento en las pensiones contributivas aplicable a las mujeres jubiladas a partir de esa fecha. La finalidad de esta medida es, según el Ministerio, “reconocer, mediante una prestación social pública, la contribución demográfica al sistema de Seguridad Social de las mujeres trabajadoras que han compatibilizado su carrera laboral con la maternidad”. Este complemento está orientado a mujeres con hijos naturales o adoptados, y se aplicaría siguiendo los siguientes criterios:

  • Con dos hijxs: Se aplica un 5%
  • Con tres hijxs: Se aplica un 10%
  • Con cuatro o más hijxs: 15%

La primera crítica a esta medida es, si sólo se les aplica a las mujeres jubiladas a partir de 2016, ¿qué hacemos con las mujeres que han contribuido demográficamente anteriormente a ese periodo, y que, en muchas ocasiones, tienen pensiones bajas? ¿no se les ayuda con este incremento? Según el gobierno, esta medida permite premiar a las mujeres que han aportado descendencia para la sostenibilidad del sistema de pensiones. Sin embargo, bajo mi punto de vista, el gobierno incentiva que las mujeres solo nos centremos en ser “fabricantes de personas”, que, a su vez se traduce en capital humano para sostener el sistema capitalista actual.

La segunda crítica viene de la mano al incremento a partir de los dos hijxs. Se trata de un complemento excluyente puesto que descarta a las mujeres que han tenido un hijx o aquellas que no han sido madres. ¿Acaso las mujeres con un solo hijx no han contribuido al sistema demográfico? ¿y las mujeres que no han sido madres?, ¿no siguen sufriendo la desigualdad en las pensiones contributivas? Como bien anunciaba una compañera en un post anterior, la brecha de las pensiones se encuentra en un 37%, por lo que ahí debe de haber mujeres que se encuentren en diferentes situaciones. No se sabe si esta medida incentivará o no la natalidad, pero si es cierto que se da un mensaje erróneo sobre la posición de las mujeres en la sociedad y, sobre todo, en la capacidad de decisión sobre sus vidas.

Fuente: http://www.seg-social.es/Internet_1/Masinformacion/TramitesyGestiones/PrestaciondeMaterni43344/index.htm

Canarias, pionera en eliminar su tasa rosa, ¿no?

Según anunciaba el diario La Vanguardia en octubre del año pasado, Canarias iba a ser la primera Comunidad Autónoma en poner fin a la conocida como “Tasa rosa”. (Enlace Noticia La Vanguardia) Esta medida, pionera en España, da un paso hacia la visibilización de las necesidades básicas femeninas, aunque, antes de analizar este “progreso”, ¿qué es la “tasa rosa”?

La “tasa rosa” es el impuesto indirecto que pagamos todas las mujeres por el simple hecho de serlo, es decir, es la tasa que se le incorporan a los productos como compresas o tampones, destinados únicamente a la higiene intima femenina. Pero, la tasa rosa no sólo se refiere a este impuesto, sino también a la diferencia que existe entre productos que el mercado nos quiere vender como diferentes pero que, a la hora de la verdad, son aparentemente iguales. En este caso podemos ver como las cuchillas, los desodorantes, las bicicletas e incluso las colonias, sufren esta desigualdad de precios.

Entonces, ¿qué es lo que ha eliminado Canarias? El gobierno de Canarias eliminó el 1 de enero de 2018 el impuesto conocido como IGIC (el Impuesto General Indirecto Canario) sobre los productos de higiene personal femenina, es decir, sobre aquellos usados para la menstruación, sin embargo, su eliminación no tiene nada que ver con la verdadera “tasa rosa”, ese agravante que llevan determinados productos sólo por ser destinados a mujeres pero que luego son idénticos.

No obstante, esta crítica no pretende restar importancia a la medida adoptada por el gobierno canario, ya que ha sido el primero en visibilizar esta problemática para las mujeres, sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer y, la primera medida que creo que habría que abordar debería estar relacionada con las empresas productoras de estos determinados artículos y la utilización de este marketing en el que aprovecha los estereotipos de genero para hacernos pagar más por lo mismo.

¿Cuánto debe durar la baja por paternidad?

En medio del debate (aún activo) sobre los permisos de maternidad y paternidad, Ikea ha decidido incorporar hasta siete semanas de permiso por paternidad a aquellos trabajadores que la soliciten. Desde esta perspectiva, los empleados de Ikea tendrán más tiempo de hacerse cargo de los cuidados de los y las hijo/as y con ello, permitir que las mujeres que han sido recientemente madres puedan desarrollarse también en el ámbito laboral. Noticia Ikea.

Actualmente, en España, la baja por maternidad asciende a un total de 16 semanas (112 días aproximadamente) en las que 6 son obligatorias y 10 voluntarias. Esta excedencia puede llegarse a ampliar siempre y cuando las mujeres sean conscientes de que las empresas no son obligadas a pagar el 100% del salario a partir de esa ampliación. Estos datos se adaptan al mínimo que propone la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a pesar de que España se encuentre entre los países por debajo de la media de la Unión Europea en conceder estos permisos.

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Bien es cierto que la mujer, por los cambios físicos y psíquicos que se producen en su cuerpo y mente, necesita de un tiempo superior de recuperación antes de incorporarse al mercado de trabajo, por ello, es necesario que su pareja le acompañe en este periodo de adaptación en la crianza y cuidados de los y las menores. Por ello, desde el 1 de enero de 2017, la baja por paternidad en España ha ascendido de 2 a 4 semanas con la totalidad del salario anteriormente establecido, permitiendo que los hombres pasen más tiempo al cuidado de su descendencia. Esta medida ha sido deseada a la vez que aclamada ya supone un gran paso hacia la equidad y la no discriminación laboral de las mujeres, pero, ¿es suficiente?

Según publica La Vanguardia en una entrevista a Anna Gines, profesora de Derecho Laboral de ESADE, “la baja por maternidad puede ser un hecho decisivo para acabar decantándose por un hombre en una empresa” es decir, si las mujeres siguen teniendo un periodo superior de baja por maternidad que los hombres, las empresas pueden seguir queriendo contratar a éstos ya que, puestos a pagar, siguen prefiriendo a aquellos a los que pagan menos y, por tanto, más rentables.

Sin embargo, Anna no propone disminuir el número de días del permiso de maternidad sino aumentar e igualar el permiso de paternidad al establecido actualmente, es decir, a 16 semanas. De esta manera, las empresas no pueden dejarse llevar por los permisos y la contratación o perpetuación de una persona se efectuaría en función de la cualificación de ésta independientemente de su sexo.