Allá por el año 2010, en pleno estallido de la crisis financiera, la Junta publicó un documento titulado “Tiempo y desigualdades de Género: distribución social y políticas del tiempo” que podéis consultar aquí y que me parece muy relevante rescatar para complementar el enfoque socioeconómico de las políticas de igualdad que se propone en el bloque 3 de nuestra asignatura.
En él, primeramente se hace un estudio de las desigualdades de género en la distribución social del tiempo. Seguidamente, se reflexiona sobre qué son las políticas del tiempo y cómo se han puesto en práctica en otros países europeos y en otros lugares del reino de España. Por último, se proponen recomendaciones y buenas prácticas para promover el diseño y la puesta en marcha de políticas del tiempo en Andalucía.
Pero ¿qué son las políticas del tiempo y por qué creo que son necesarias en estos tiempos de crisis? Pues bien, basándonos en las ideas que expone el texto, podemos decir que las políticas del tiempo hacen avanzar a las sociedades que las practican hacia una distribución del tiempo diario basado en los principios de equidad e igualdad, ya que combaten el esquema tradicional de jerarquización establecido por la división sexual del trabajo y superan la identificación de tiempo de trabajo con horario laboral; resignificando este concepto de manera mucho más amplia donde el horizonte puesto es el tiempo de vida. (Torns,2004).
Y esta redistribución temporal se hace muy necesaria en nuestra sociedad actual, ya que, según Maria Teresa Torns (2004), España es un país cuya fragilidad del Estado del bienestar es muy alta y la tradición familista es muy fuerte, lo que significa que las mujeres siguen arrastrando un marcado rol de cuidadoras que las somete a una carga de trabajo total agotadora.
Las políticas del tiempo promueven una intervención trasversal, a nivel local, que debe atravesar todos los aspectos de la vida cotidiana. Para ponerlas en práctica siempre debe hacerse un diagnóstico o estudio previo que nos permita contextualizar las acciones. Y por supuesto, deben estar acompañadas de procesos de seguimiento y evaluación que buscan el consenso social e impulsan la sensibilización a través de procesos de debate y negociación. Todo esto confiere a las políticas del tiempo un perfil marcadamente participativo que debe contar con la colaboración de la totalidad de los agentes sociales de la comunidad. Este carácter trasversal y la relevancia que otorgan al diálogo social, las convierten en elementos clave para avanzar hacia una nueva forma de gobernabilidad que se hace muy necesaria en estos tiempos en los que la ciudadanía en general, y las mujeres en particular, parecen estar sufriendo un retroceso en cuanto a derechos.
Las propuestas que se ofrecen se basan en dos ideas principales muy interrelacionadas: la idea del tiempo multidimensional, que trata de promover la autogestión de la vida cotidiana, para que todas las personas puedan tener control sobre su propio tiempo y, de esta forma, impulsar una distribución equitativa e igualitaria del tiempo diario; y la de crear procesos participativos, democráticos y trasversales que capaciten e integren a diversos agentes e instituciones para que se fomenten acuerdos y se creen vínculos entre entidades privadas y públicas, se activen mesas de negociación y procesos de debate y de sensibilización.
Las propuestas que se concretan a partir de estas ideas se agrupan en torno a las cinco líneas de intervención que se enumeran a continuación
- Investigación-Acción. Esta línea trata de impulsar la investigación y el desarrollo de programas sobre el tiempo en la vida cotidiana desde una perspectiva de género.
- Crear un observatorio del tiempo de la vida cotidiano.
- Administración Pública, comercio y servicio. El objetivo es crear una comunicación e intercambio más fluido entre la ciudadanía y la Administración Pública.
- Redefinir los horarios de atención al público en los servicios y en la Administración Pública.
- Simplificar los trámites e incentivar la utilización de las nuevas tecnologías.
- Descentralizar los servicios.
- Crear oficinas del tiempo.
- Promover bancos de tiempo.
- Crear espacios de debate y negociación entre los comercios, las personas usuarias y autoridades locales.
- Infancia, vejez y otras situaciones que precisan atención especial. Se pretende la adecuación de los servicios de atención a la vida diaria (SAD), así como de escuelas y guarderías. De esta forma, se garantizaría una mejora de la calidad de vida en la infancia, en la población mayor u otras personas que precisan de dichos servicios.
- Promover servicios de atención a la vida diaria (SAD) de carácter público, universal e individualizado.
- Fomentar el desarrollo e implantación de una adecuada cobertura de servicios públicos infantiles.
- Promover franjas horarias amplias y flexibles de entrada y salida en escuelas y guarderías.
- Promover en las escuelas otros servicios y actividades.
- Integrar las instalaciones de las escuelas y guarderías en municipios y barrios.
- Jornada laboral. El objetivo es la reducción y reorganización de la jornada laboral desde una perspectiva de género.
- Integrar las instalaciones de las escuelas y guarderías en municipios y barrios.
- Organización más flexible de la jornada laboral y adecuación de los ritmos laborales.
- Permisos laborales.
- Permisos parentales.
- Permisos y excedencias por motivos personales.
- Políticas laborales antidiscriminatorias.
- Estructuración del espacio y movilidad. Se busca adaptar la movilidad en relación a las necesidades y demandas específicas de colectivos concretos.
- Pactos para la movilidad.
- Racionalización de los flujos circulatorios y del parque de automóviles.
- Promover el uso de medios de transporte no motorizados.
- Fomento y mejora del transporte público.
- Programas de educación cívica.
- Revitalización social.
Todas estas propuestas pretenden constituir procesos de participación que promueven una mayor democratización de la gestión local. Y como vemos, se dirigen hacia la creación y consolidación de tiempos colectivos y de sociabilidad, superando la desincronización característica de las sociedades contemporáneas. De hecho, intentan recoger desde los aspectos micro (dimensión temporal del cuerpo, que se relaciona con la edad y el ciclo vital) hasta los aspectos macro (que hace referencia, entre otros, a la planificación y organización de los ritmos colectivos).
Bibliografía.
Legarreta Iza, Matxalen (2010) Tiempo y desigualdades de Género: distribución social y políticas del tiempo. Sevilla: Instituto Andaluz de la Mujer. Junta de Andalucía.
Torns Martín, María Teresa (2004) “Las políticas de tiempo: un reto para las políticas del estado de bienestar” Trabajo: Revista Iberoamericana de Relaciones Laborales Nº13 pp145-164. Huelva: Universidad de Huelva.