Cuantificar la Brecha de Género: Tasas de empleo según grupos de edad y sexo.

Tomando como partida los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, la tasa de empleo, como la proporción de personas que tienen empleo en relación a la población en edad de trabajar por sexo y las tasas específicas por grupos de edad, constituyen un indicador social esencial que nos permite conocer las dimensiones socioeconómicas de los trabajadores/as y su situación de ventaja o desventaja en el empleo por razones de edad o sexo. Esta tasa configura un núcleo de información de gran relevancia, puesto que alrededor de ella, se desarrollan políticas sociales encaminadas a fomentar una economía con un elevado nivel de empleo para todos/as. El INE ofrece una serie de datos que permiten analizar la evolución de la brecha de género en la tasa de empleo por grupos de edad y sexo, en este caso concreto, se analiza de manera general, y se observa su reducción paulatina desde 2011 a 2016 (no se disponen de datos de 2017/18), así como, una comparativa con la Unión Europea. Para ello, es preciso conocer:

Tasa de empleo

En base a la información que proporciona la Encuesta de Población Activa, es el cociente entre el número total de ocupados y la población en edad de trabajar. Se consideran personas ocupadas o personas con empleo, a todas aquellas de 16 y más años que durante la semana de referencia han trabajado al menos una hora a cambio de una retribución (salario, jornal, beneficio empresarial) en dinero o en especie. También son ocupados quienes teniendo trabajo han estado ausentes del mismo durante la semana de referencia pero mantienen un estrecho vínculo con él. Es decir, todos aquellos que estuvieron ausentes por vacaciones, enfermedad o permiso por nacimiento de un hijo, o no estando ausentes por estas razones, verifican que la duración total de la ausencia va a ser inferior o igual a 3 meses o siendo de más de 3 meses reciben al menos el 50% del salario.

Tasa específica de empleo para un intervalo de edad determinado

Es el cociente entre el número de ocupados de un intervalo determinado de edad y la población correspondiente a ese intervalo de edad. Se incluyen medias anuales.

Brecha de género en las tasas de empleo

Es la diferencia en puntos porcentuales entre las tasas de empleo de los hombres y las tasas de empleo de las mujeres.

Con estos datos, se puede observar la evolución de la brecha de género en España con la finalidad de analizar, desde una perspectiva de género, uno de los indicadores más relevantes del momento, que nos ofrece una imagen de la situación de hombres y mujeres en relación al empleo y la edad. Tomando como referencia el periodo 2011-2016, cuyos datos pone a su disposición el INE, remontándonos al año 2011, la brecha de género (hombres-mujeres) en las tasas de empleo de la población de 16 y más años alcanzaba un valor de 11,6 puntos.

Tasa de empleo según grupos de edad. Brecha de género.
 
Tasa de empleo y brecha de género según grupos de edad y periodo.
Unidades: Porcentaje
 
  2016 2015 2014 2013 2012 2011
Hombres
    16 y más años 53,3 52,1 50,3 49,4 50,6 53,3
    De 16 a 24 años 21,8 20,9 19,3 19,1 20,4 24,2
    De 25 a 54 años 77,4 75,1 72,5 70,4 71,3 74,6
    De 55 a 64 años 55,7 54,0 51,2 50,5 52,1 53,8
    De 16 a 64 años 65,8 64,0 61,6 60,1 61,1 64,2
    De 20 a 64 años 69,6 67,6 65,0 63,4 64,6 67,8
Mujeres
    16 y más años 42,2 41,1 40,0 39,6 40,5 41,7
    De 16 a 24 años 19,2 19,2 17,7 18,0 20,1 24,2
    De 25 a 54 años 65,6 63,7 62,3 61,2 62,0 63,4
    De 55 a 64 años 42,8 40,2 37,8 36,3 36,0 35,6
    De 16 a 64 años 55,1 53,4 52,0 51,0 51,8 53,3
    De 20 a 64 años 58,1 56,4 54,8 53,8 54,6 56,1
Brecha de género (hombres – mujeres)
    16 y más años 11,2 11,0 10,3 9,8 10,1 11,6
    De 16 a 24 años 2,6 1,7 1,6 1,2 0,4 0,0
    De 25 a 54 años 11,8 11,4 10,2 9,3 9,3 11,2
    De 55 a 64 años 12,9 13,8 13,4 14,2 16,1 18,1
    De 16 a 64 años 10,7 10,5 9,6 9,1 9,3 10,9
    De 20 a 64 años 11,5 11,2 10,3 9,7 10,0 11,7

tasa empleo periodo

En el periodo 2011- 2016 en España, disminuyó 0,4 puntos la brecha de género de población de 16 y más años , alcanzando un valor de 11,2 puntos en el año 2016; en este descenso de la brecha de género influyó notablemente la menor tasa de empleo de los hombres, como consecuencia de la crisis económica, lo que no quiere decir que las mujeres obtuviesen más puestos laborales, sino que los hombres tenían tasas de actividad más elevadas que las mujeres, lo que unido, a la crisis económica, que fue especialmente perniciosa en sectores entendidos “tradicionalmente como masculinos”, tales como la construcción o la industria, explica esa disminución. Si nos centramos en grupos de edad, el mayor descenso en el valor de la brecha de género en el periodo 2011-2016, se produjo en el grupo de 55 a 64 años con 5,2 puntos de descenso (18,1 en 2011 a 12,9 en 2016), seguido de la población de 20 a 64 años (con 11,7 puntos en 2011 a 11,5 en 2016) y del grupo de 16 a 64 años (con 19,9 puntos en 2011 a 10,7 en 2016), de manera que en ambos grupos de edad, se produjo un 0,2 puntos de descenso, debido a que fueron grupos de edad que se vieron muy afectados por la crisis económica, explicando esa reducción de la brecha de género.

De este modo, podemos observar en el gráfico, una tendencia en el periodo abarcado de 2011 a 2016 de disminución paulatina de la brecha de género, en especial, entre los (55-64) años, aunque sería necesario analizar las causas de esta reducción: caída tasa de empleo masculina (construcción – industria), oficios precarios, temporalidad, etc. Gracias a los datos ofrecidos por el INE en relación con las tasas de empleo masculina y femenina segregadas además por grupos de edad, se puede colegir de manera cuantitativa, que la brecha de género es algo que convive aún en nuestra sociedad, que desciende muy lentamente, y que es bastante persistente entre los 55 a 64 años (12,9 puntos porcentuales) y en los 25 a 54 años (11,8 puntos). Estos datos son de gran relevancia, puesto que nos permiten cuantificar la brecha de género, visibilizarla y sensibilizar a la población en general, de esta lacra que sufrimos en España, y a pesar de que se observa esa reducción, está siendo una lucha muy lenta, prolongada y en la que las mujeres, seguimos saliendo perjudicadas, puesto que muchos de los puestos laborales que se logran son a tiempo parcial, en multitud de ocasiones la tasa de empleo femenina asciende a causa de la reducción de la tasa masculina, lo que no es síntoma de una situación económica próspera, son empleos precarios, bajos salarios, no se corresponden con altos cargos (techo de cristal)…

Asimismo, podríamos afirmar que la brecha de género española mantiene paralelismos con la brecha de género existente en la Unión Europea. De manera que la brecha de género española y la de UE-28 para el periodo 2011-2016 tienen un punto de partida bastante similar, ambas presentan valores elevados para la población de 15 a 64 años, con 11,6 puntos (2011) para UE-28, descendiendo a 10,5 puntos (2016); mientras que España, para el mismo grupo de edad, presentaba un valor de 10,8 en 2011, casi un punto de diferencia con UE-28, para reducirse un 0,3 puntos en 2016.

Si nos fijamos en la tabla, el grupo de edad que más ha reducido la brecha de género en ambos casos es el de (55 a 64), en España disminuyó 5,2 puntos, manteniéndose la brecha de género en un 12,9 en 2016; respecto a UE-28 para el mismo periodo se redujo en 1,8 puntos la brecha de género para este grupo de edad, alcanzando el valor de 13,1 puntos en 2016, siendo una diferencia significativa en relación con España.

Empleo
Tasa de empleo según grupos de edad. Brecha de género.
 
Brecha de género en las tasas de empleo según grupos de edad y periodo. España, y UE-28
Unidades: Porcentaje
 
  2016 2015 2014 2013 2012 2011
De 15 a 64 años
    España 10,5 10,2 9,5 8,9 9,1 10,8
    UE-28 10,5 10,5 10,5 10,6 11,0 11,6
De 20 a 64 años
    España 11,5 11,2 10,2 9,6 10,0 11,6
    UE-28 11,6 11,6 11,5 11,7 12,2 12,8
De 55 a 64 años
    España 12,9 13,8 13,4 14,2 16,1 18,1
    UE-28 13,1 13,3 13,6 14,1 14,5 14,9

http://www.ine.es

PRECARIEDAD LABORAL DE LAS MUJERES INMIGRANTES

Teniendo presente la provincia de Huelva, donde el sector agrícola es de vital importancia, es necesario hacer hincapié en la situación de vulnerabilidad y explotación que sufren  las féminas inmigrantes en relación con dicha industria. Así, CCOO realizó 349 visitas a 306 empresas de Córdoba y Huelva en 57 municipios de ambas provincias que ocupan a 37.041 personas, el 14% de ellas (5.115) extranjeras, con las que ha constatado la precariedad laboral que sufren las personas trabajadoras extranjeras, donde se han atendido a personas de 19 nacionalidades.  Las mujeres tienen una mayor tasa de actividad que los hombres, pero presentan una situación laboral  vulnerable, debido a que trabajan en sectores caracterizados por su elevado índice de precariedad en el empleo, a tiempo parcial, sumergido o irregular e inclusive, en ocasiones, de verdadera explotación laboral. Relejo de esto, es la campaña fresera,  habitual en el incumplimiento del convenio colectivo en varias materias pero de forma especial en lo que se refiere a la productividad.

El programa «Defender el empleo con derechos de personas extranjeras en Andalucía», desarrollado por CCOO en las provincias de Córdoba y Huelva en colaboración con la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias de la Consejería de Justicia e Interior, ha constatado la precariedad laboral que sufren las personas trabajadoras extranjeras.

Dentro del programa, que ha servido para comprobar la situación laboral de las personas inmigrantes en ambas provincias, se llegó a la conclusión, de que en la campaña fresera la discriminación y explotación laboral de las mujeres inmigrantes es escalofriante. Las  empresas utilizan un sistema de control digital de cajas recogidas, de forma que si no se recoge un mínimo se sanciona o despide a las trabajadoras, por lo que se exige un ritmo muy alto de trabajo con posturas muy forzadas que no cumplen la legislación en materia de prevención de riesgos laborales. Para empeorar aún más esta situación laboral, CCOO constató que multitud de fincas freseras, carecían de una infraestructura destinada a sanitarios para las personas trabajadoras. Este problema se ha solventado tradicionalmente con el montaje de servicios portátiles, que no mejora las condiciones higiénicas ni proporciona intimidad a quien necesite usarlas, aunque CCOO señala que esta práctica se ha reducido.

Por otro lado, CCOO, identificó significativas diferencias entre la campaña fresera y la de cítricos. En alusión a esta última, los problemas de contratación resultan más cuantiosos, y se suelen llevar a cabo por medio de Empresas de Trabajo Temporal, incumpliendo las condiciones del convenio colectivo en la mayoría de los casos. Este tipo de contratación lleva implícito un incremento del número de accidentes laborales propiciados por los elevados ritmos de trabajo, y por el empleo de escaleras en un suelo irregular. Además, la mayor parte de las personas beneficiarias del mismo han sido mujeres (74%), que son más activas en las zonas donde se ha centrado el proyecto […]. La mayoría de los hombres objeto del programa se encuentran en situación de desempleo de larga duración, muchos de ellos sin ningún tipo de prestación.

En la ejecución del programa  CCOO, identificó infracciones severas de la normativa laboral, desde falta de alta en la Seguridad Social, pasando por largas jornadas laborales[…] negación de descansos, festivos y vacaciones, o la no coincidencia del alta con la jornada de trabajo desarrollada en realidad. Junto a esto, en relación a los alojamientos, en términos generales están en situación aceptable, aunque en muchos de ellos es necesario mejorar las instalaciones y el mobiliario.

Otro dato muy revelador, es que la mayoría de los trabajadores y trabajadoras que fueron entrevistados en el marco de ese proyecto, no querían ser entrevistados en la misma empresa por temor a las represalias, por lo que la situación de dominio y sumisión es absoluta. Incluso, durante el transcurso del programa  se implementó una campaña en contra de las personas inmigrantes haciendo uso de falsos e intencionados mensajes que fomentaban el rechazo a las personas inmigradas y difunden la xenofobia y el racismo. En este sentido, CCOO, señaló que se habían detectado casos de persecución y amenazas a las personas temporeras inmigrantes en el mismo lugar de trabajo en las campañas de recolección de aceituna y naranja.

Pienso que es sumamente preocupante que no se perciba por parte de elevados sectores de nuestra sociedad, la discriminación y explotación que padecen las personas que trabajan en oficios relacionados con las campañas frutales (fresas, naranjas, arándanos…). Por ello, resulta ser un requisito imperioso visibilizar dicha mácula social, mediante campañas de sensibilización y concienciación de la población, con el fin de emprender una lucha contra estas injusticias y discriminaciones. Unas campañas de sensibilización que podrían complementarse a la perfección con la promoción que se está llevando a cabo de los productos agroalimentarios onubenses (Mejor si es de Huelva).  En definitiva, que las mujeres presenten una mayor tasa de actividad que los hombres en este tipo de empleos (bajo el argumento, en muchas ocasiones, de una «manipulación más suave» de los frutos que los hombres), no quiere decir que gocen de una situación privilegiada, al contrario. Como se ha puesto de manifiesto en ese programa implementado por CCOO, la situación laboral de las féminas inmigrantes es nefasta, caracterizada por la precariedad, de hecho, se ha mencionado la falta de infraestructuras sanitarias adecuadas, e inclusive, se hace un llamamiento por parte de CCOO para que se lleve a cabo una remodelación de los alojamientos, en pro de la intimidad y calidad de vida de las trabajadoras, con el objetivo de garantizar su salud tanto física como psíquica, la temporalidad, la explotación laboral, empleo sumergido….. entre todos/as debemos de divulgar esta realidad social y contribuir a acabar con esa situación de explotación que viven las mujeres de los sectores agroalimentarios, donde se exigen unos ritmos de producción muy elevados, que si no se cumplen, en el mejor de los casos se solventa con una sanción, pero otras veces, las medidas son más severas, y se materializan por medio de despidos, aprovechándose las empresas de la situación de vulnerabilidad que presentan la mayoría de las inmigrantes, puesto que, en muchas ocasiones, son el sustento familiar.

http://industria.ccoo.es/

La brecha de género en España: ellas trabajan siete horas más a la semana.

Tras la huelga del 8 de Marzo, donde las españolas salieron en masa y tomaron  las calles para demandar igualdad respecto a los hombres, se volvió a hacer hincapié en la brecha de género. Esta huelga tuvo un carácter transversal, puesto que afectaba en todas las dimensiones de la vida cotidiana de las mujeres, quienes salen de una u otra forma perjudicadas: salarios más bajos, condiciones más precarias, más horas dedicadas al trabajo doméstico…  En este caso, a propósito de la brecha de género, nos centraremos en las costumbres de los hogares españoles. Esta noticia, publicada en Magnet, utiliza como fuente las cifras del año 2015 publicadas por el Instituto Nacional de Estadística. Se podría pensar, que una vez  pasado los años de crisis, la situación dentro de los hogares españoles podría haber mutado, sin embargo, tomando los datos aportados por el INE, se pone de manifiesto que las mujeres seguimos dedicando un mayor esfuerzo a las tareas domésticas que los hombres. Centrándonos en tres variables: tiempo dedicado al trabajo remunerado (tanto a tiempo parcial como a tiempo completo), tiempo dedicado al trabajo no remunerado  y los desplazamientos,

de media, ellos dedican 39.7 horas en sus puestos de trabajo, mientras que ellas dedican 33.9 horas. En este sentido, los hombres pasan en el trabajo una media de 5.8 horas más.

Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo. 6ª EWCS. 2015. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Observatorio Estatal de Condiciones de Trabajo. Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

No obstante, la brecha de género se hace patente cuando se suma a esa primera variable de trabajo remunerado, la variable de tareas no remuneradas: Horas al día dedicadas a actividades de trabajo no remunerado por trabajadores que realizan dichas actividades.
Según los datos ofrecidos por la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo 2015:

el porcentaje más alto (33,9%) de mujeres trabajadoras que destinan tiempo al cuidado y educación de hijos o nietos les dedican cuatro horas diarias. El porcentaje más alto de hombres (39,7%) que trabajan dedican dos horas diarias a este tipo de cuidados y educación.

Sin título ii

Por lo tanto, al sumar los dos parámetros se genera la brecha desfavorable para la mujer: como señala Magnet: ellos emplean 14 horas a la semana a esas tareas no remuneradas como la limpieza del hogar, cocinar, educación, el cuidado de los niños/as o ancianos, etc. Ellas, de media, 26.5. En cuando al transporte, podemos hablar de igualdad: 2.8 horas y 2.9 horas respectivamente. Así se llega a la conclusión de que las mujeres se dedican a estas actividades (de media) 12.5 horas más.

Si hacemos un cómputo final de las variables, y como mantiene el INE, son más largas las jornadas de trabajo de las mujeres que las de los hombres: ellas dedican  un total de 63,3 horas semanales a estas actividades y ellos 56,5 horas. Por lo tanto, el resultado es que la mujer promedio trabaja aproximadamente siete horas más a la semana que el hombre.

Como se refleja en la encuesta, las españolas dedican, de media, más tiempo al trabajo no remunerado que los españoles en todas sus circunstancias vitales. Además, en la suma final del trabajo remunerado y el no remunerado, ellas tienen jornadas más largas. Asimismo, otro dato que esta brecha pone de manifiesto, es que en el caso de los hombres resulta indiferente que trabajen a jornada completa o parcial, o que tengan o no, hijos/as puesto que el tiempo dedicado a las tareas no remuneradas no se altera significativamente, son siempre inferiores a las mujeres

Ellas, si trabajan menos horas fuera de casa, aumentan su dedicación no remunerada a 30 horas a la semana. Una mujer que trabaja a tiempo parcial gasta más del doble de tiempo en tareas no remuneradas que un hombre en esa misma situación.

En conclusión, las mujeres en cualquier situación personal o laboral, según los datos expuestos, son las que mayor número de horas destinan a las tareas no remuneradas, fundamentales para vivir, y que, presumiblemente, afectan a la hora de desempeñar un trabajo, reforzando esa brecha de género.  La diferencia de horas presentada entre hombres y mujeres, que se materializa en aproximadamente unas siete horas,  pone de relieve esta brecha de género, plasmada en el desigual reparto de las tareas de cuidados, educación, trabajo doméstico, cuidado de personas dependientes (suelo pegajoso), una tendencia que actualmente sigue vigente, que requiere políticas de conciliación junto a la corresponsabilidad  para lograr destruir tal brecha.