Las mujeres sostenemos el sistema de salud. Según datos del Minsal (2017), hay 437.337 técnicos y profesionales de salud inscritos en el Registro Nacional de Prestadores Individuales de la Superintendencia de Salud, de los cuales 83% son mujeres. Sin embargo, existe una brecha de género profesional en el área. El estudio de la Superintendencia de Salud (2017) identifica que solo el 41% de médicos cirujanos son mujeres, mientras este porcentaje es de 83% en el grupo de auxiliares y técnicos, según datos del Minsal.
Sostenemos también las mujeres el sistema de educación. La suspensión de las clases presenciales en el contexto de la pandemia ha puesto de manifiesto que quienes asumen principalmente la tarea de formar a niños, niñas y adolescentes son también las mujeres. En este sentido, la página del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas del Ministerio de Educación, da cuenta que el 73 % de la dotación docente del sistema escolar son mujeres (171.650 personas) y 27 %son hombres. En la educación parvulario el porcentaje de mujeres llega a casi al 100%, en el grupo asistentes de la educación, las mujeres representan el 74% y en la matrícula de pregrado en carreras del área educación, el 73%.
Las mujeres sostenemos a otras familias. Las trabajadoras de casa particular han hecho alzar la voz por la situación de precarización y falta de protección ante esta pandemia. De acuerdo a cifras entregadas por el INE en 2019, 296.548 personas se encuentran trabajando bajo la modalidad de trabajador o trabajadora de casa particular, y de ellos, 138 mil recibe menos del salario mínimo, mientras que otros 120 mil se desempeñan sin contrato de trabajo. De este número total, según cifras de la Fundación Sol (2015), el 97% son mujeres.
Pero, además, las mujeres sostenemos las labores domésticas y de cuidados de manera no remunerada. Fundación Sol, en el estudio “No es amor, es trabajo” (2020), concluye que del total de personas que se encuentran inactivas por tener que realizar quehaceres en el hogar, un 96,6 % son mujeres y sólo un 3,4 % hombres. Sumado a ello, las mujeres ocupadas trabajan, en promedio, 41 horas a la semana en tareas de trabajo no remunerado, es decir, una jornada laboral más por semana. Los hombres sólo destinan 19,9 horas en promedio.
Las cifras demuestran que, en una aplastante mayoría de los casos, la persona encargada de los cuidados es una mujer. De hecho, de las excedencias solicitadas en 2016 para atender a un familiar, el 90,87% fueron pedidas por una mujer, según datos del Ministerio de Empleo. De las aproximadamente 400.000 personas que asisten a personas dependientes en el ámbito familiar, el 89% son mujeres, según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Según el estudio CuidadorES, de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y Lindor (2016), el 88,5% de los cuidadores en España son mujeres y, en el 47% de los casos, es un familiar quien realiza esta labor.
Esta crisis nos llama a reconocer, por tanto, que las mujeres siempre hemos estado en primera línea. Nos llama a replantear el modelo económico que nos rige y que desprecia e invisibiliza las labores a las que históricamente las mujeres hemos sido relegadas. Esta crisis nos llama a poner de relieve las tareas de sostenibilidad de la vida en todas sus dimensiones. De esta crisis no salimos con las mismas respuestas de hace 40 años. De esta crisis salimos con feminismo, haciéndole frente a la división sexual del trabajo, la discriminación y la incapacidad del modelo neoliberal de asegurar una vida digna para todos y todas.
REFERENCIAS:
- Schonhaut, C. (12 de abril de 2020). Trabajos feminizados en la pandemia: remunerados y no remunerados. Obtenido del Diario El Desconcierto:
- Estudio CuidadorES, de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y Lindor (2016).