LAS EMPLEADAS DEL HOGAR, UN SECTOR VULNERABLE ¿QUÉ ES DE ELLAS CON LA CRISIS DE COVID-19?

El trabajo y el empleo según plantea la documentación de esta asignatura son dos conceptos muy diferentes; trabajo, actividad humana orientada a la satisfacción de necesidades a través de la producción de bienes y servicios, actividad que puede realizarse en diferentes contextos sociales (Recio, 1997). Y empleo, conjunto de las modalidades de acceso y salida del mercado de trabajo, así como la traducción de la actividad en status sociales (Maruani, 1997).

Estas definiciones se han ido desarrollando con la configuración del capitalismo como sistema económico y social, relacionando el trabajo con la actividad humana, predominantemente masculina, objeto de valoración social y eje de relaciones sociales, proporcionando el mayor valor a la producción la cual está estrechamente relacionada con la esfera pública. El sistema capitalista tiene reservada la esfera privada al otro sector de la población, la mujer. Entendiéndose dentro de esta las actividades relacionadas con el mantenimiento del hogar, actividades que no “merecen” remuneración. Formando así ciertas relaciones de poder, situando al varón en lo alto de la pirámide y a la mujer en la base (De Dios Herrero, 2006).

Este reparto de las esferas da a suponer que el trabajo realizado por la mujer no merece, ni posee ningún tipo de valor social, invisibilizando la realidad. Gracias al trabajo doméstico la esfera pública se mantiene y da sus frutos, sin el trabajo no remunerado de las mujeres la sociedad capitalista no podría desarrollarse de la misma forma, por ello tiene sentido que la mujer este en la base de la pirámide, si se mira desde una perspectiva inversa, la base es la que mantiene los cimientos de toda la pirámide.  

Con la entrada de la crisis de 2008 las esferas públicas y privadas se vieron claramente desdibujadas, convirtiéndose en necesidad el abandono de la mujer de lo privado e incorporándose a lo público. Y como muchas de estas mujeres no poseían ningún tipo de formación, se vieron obligadas a recurrir al trabajo doméstico, pero ahora fuera de su hogar, haciéndolo en el hogar de otras personas. Condicionando este oficio a un oficio precario y mal pagado, situando a la mujer en una posición de vulneración económica.

Y si de por sí, la mujer empleada del hogar representa a uno de los colectivos más empobrecidos y vulnerables que será de ellas y que consecuencias tendrán después de la crisis del Covid-19.

La medida aprobada por el Gobierno consiste en una prestación económica del 70% de su base de cotización y tendrá como tope el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que actualmente es de 950 euros.

 Pero ¿quién pude solicitar este tipo de prestaciones económicas? Solo a aquellas que estuviesen dadas de alta en la Seguridad Social antes del 14 de marzo de 2020, día en el que se decretó el estado de alarma. Por tanto, las empleadas domésticas que no estuviesen dadas de alta antes del 14 es decir, trabajando pero en situación irregular no tendrán derecho al subsidio (López Trujillo, 2020).

Y ahora, os planteo ¿creéis que todas las trabajadoras del hogar están dadas de alta en la seguridad social?

Muchas de estas mujeres trabajan sin contratos, muchas son incluso inmigrantes, viviendo situaciones casi de “esclavitud” y en estos momentos, muchas se ven en un estado de aún más precariedad, sin seguir siendo reconocidas, sin seguir otorgándoles el valor que su trabajo merece. De una forma u otro continúan siendo invisibilizadas, aunque por primera vez se las considere como un sector que necesita beneficiarse de prestaciones.

REFERENCIAS

De Dios Herrero, M. (2006). El trabajo de las empleadas domésticas: entre lo doméstico (privado) y lo asalariado (público). Recuperada 15 Abril 2020, de http://www.biblioteca.unlpam.edu.ar/pubpdf/aljaba/v10a10dios.pdf

López Trujillo, N. (2020). Derecho a subsidio durante la crisis del coronavirus para las empleadas del hogar: preguntas y respuestas | Newtral. Recuperado 15 Abril 2020, de https://www.newtral.es/derecho-a-subsidio-durante-la-crisis-del-coronavirus-para-las-empleadas-del-hogar-preguntas-y-respuestas/20200401/

Global Employment Trends

The following diagram shows us the employment according to gender between 1996 and 2006 in different regions in the world. According to this we can see the radical difference between the employment of woman and man. An examination of the gender gap, i.e. the proportion of economically active females per 100 males indicates the magnitude of gender inequality. In the advanced states the rate of the employment in case of mans are 70% meanwhile less than 50% of the woman employed. In the Middle and North Europe the rates are the same. Otherwise in North Asia this rate is different 83% of the man and 69% of the woman employed in this area. In the South part of Asia the rate of the man is still 81%, but on the other hand the rate of the woman in the Pacific area is only 60%, and in South Asia it is 37%. In Latin America and the Caribbean the rate of the man are reduces with only 1% in this period of time and on the other hand the rate for the woman increased from 47% to 52% in the same time. In Africa the difference is really high between the genders in the Middle East and North parts of Africa 80% of the man and 30% of the woman employed. In the Sub-Saharan Africa the rate is more than twice as high in case of the woman as it is 61% and 81% of the man employed in the labor market.

This diagram shows us the unemployment rate in the whole World and after in the following areas: Developed Economies and European Union, Central and Eastern Europe, East Asia, South East Asia and the Pacific, South Asia, Latin America and the Caribbean, Middle East and North Africa and at Sub-Saharan Africa. So basically in the same areas as the other diagram what we have seen above.

We can consider the same fact that there are high difference in the employment rate according to these diagram and mostly in the Middle East and North Africa. We can say that the differences are much more higher in the African areas.

What can cause these effects what we see in the diagrams? What do you think about these areas?

Do you think that the educational systems and the cultural difference can cause these effects? Or the different judgment of woman and man makes the radical discrepancy between the rates?

ESTADISTICAS, INVISIBILIDADES Y OTROS JUEGOS PERVERSOS.

El articulo de Carrasco y Mayordomo «Los modelos y estadísticas de empleo como construcción social: la encuesta de población activa y el sesgo de género», me ha permitido incorporar y reafirmar, en mi discurso vital, argumentos que hasta ahora no había podido respaldar con la rigurosidad científica que se nos exige a las mujeres, sobre todo cuando hablamos de «lo no oficial». Las autoras reconsideran el concepto de trabajo, pues señalan que a partir del siglo XX, dicho concepto, para los hombres no coincide necesariamente con el de las mujeres; o como el trabajo doméstico, realizado fundamentalmente por las mujeres, pasa a la esfera de la invisibilidad económica y del modelo productivo.

Si tomamos la EPA (Encuesta de Población Activa) como referente no sólo para conocer el mercado laboral, personas ocupadas, desempleadas, activas, etc, hemos de tener en cuenta que esta herramienta es mucho más que una fotografía más o menos real, porque es a partir de ésta de donde los poderes públicos diseñan sus estrategias de creación de empleo. Pero si en la EPA aparece que en España hay 10´5 millones de mujeres que «no trabajan» y que de éstas 5,2 millones se dedican al no trabajo de las «labores del hogar», no parece que esa fotografía nos muestre toda la realidad. Sin embargo, un hombre dedicado al «no trabajo» está desempleado… Curioso cuanto menos…

También las autoras son muy clarificadoras en su exposición sobre los términos Empleo y Desempleo, y de cómo se juega con los conceptos, para determinar, dependiendo del género, que dichos términos fueron pensados para un modelo económico en el que se eliminó la parte del soporte vital, afectivo y de cuidados que realizan las mujeres, y que por supuesto, no está presente, pues no está monetarizado.

Las propuestas que ponen sobre la mesa pasan por rehacer las estadísticas, para que sean inclusivas, para que de ellas podamos extraer información más completa, sin tanto sesgo de género, sobre todo porque, a partir de ahí, se podrían diseñar políticas que intervinieran en la población de forma más completa.

Para mi, ha sido uno de los mejores artículos que he leido en mucho tiempo, y os invito a su lectura…

P.D.: he intentado encontrar una imagen de mujeres invisibles, y todo lo que me sale en google son mujeres de comic con una estetica tan machista, que me abstengo de insertar  imagen alguna que reproduzca el estereotipo de las peliculas (escritas por hombres, para hombres, ya sea comic, ficción o cualquier otra irealidad). Las mujeres invisibles son muchas, son otras, y están en nuestras casas haciendo una labor impresionante y muy poco valorada socialmente.

La solución está en las mujeres

En las últimas semanas el debate acerca del retraso en la edad de la jubilación está copando los espacios informativos en televisión, radio y prensa, sin mencionar que es el tema principal de la conversación de un sector mayoritario de los españoles y españolas a los que les afectaría, directa o indirectamente, este hecho.

Para intentar paliar esta “medida” frente a la crisis, los sindicatos proponen una alternativa en la que las mujeres somos las protagonistas. Se expone que con el incremento de la tasa de actividad femenina en un punto cada año, la garantía de las pensiones estaría asegurada.

Si la mayor parte de los trabajadores activos son hombres, serían ellos los que padecieran ese retraso de la jubilación en mayor proporción, en caso de que esa medida llegara a implantarse. Si la mejor solución fuera que sus mujeres empezaran a trabajar en la esfera pública, a ganar dinero, a tener cierta independencia económica, etc., ¿lo aceptarían?

Es hora de que todas aquellas mujeres que lo deseen salgan del ámbito doméstico y se incorporen, de tú a tú, al mundo laboral, en igualdad de condiciones y salario. Hace mucho tiempo, que se decidió que la mujer debía estar confinada al hogar y a sus hijos, mientras que los hombres se erigían como sustentadores de la familia. En mi opinión, ya ha llegado la hora de que los papeles se inviertan o, al menos, se equiparen.

Las mujeres somos necesarias, no solo para salir de la crisis en la que estamos inmersos, sino también para contribuir a un cambio social necesario, para romper con los esquemas y roles tradicionales. Basta ya de príncipes que salvan a doncellas, de dictaduras domésticas y de la asunción de un segundo plano de forma permanente en todos los ámbitos de la vida.

La solución pasa por las mujeres. No se puede avanzar, sin contar con más de la mitad de la población. Los hombres y las mujeres deben luchar en el mismo bando, siendo un grupo compacto y sólido, en pos de unos intereses y unos objetivos comunes. Esa es la única forma de mejorar, de romper con imposiciones vacías de contenido y de dejar atrás la lacra de una inferioridad biológica imaginaria, pero asumida de forma social.

Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos dejar de ponerle aceite” (La Madre Teresa de Calcuta). Todas las mujeres, ya seamos niñas, adolescentes, adultas o ancianas, debemos estar unidas para que la llama que nos guía hacia una sociedad igualitaria de pleno derecho, no se apague nunca y llegue el día en que esa sociedad se haga realidad.

La mujer lleva toda la historia de la humanidad trabajando

Hoy he leído en El País un artículo de Angeles Caso que constata que hacia 1670 se realizó un censo de población en Florencia en el que destaca que el 76% de las mujeres de más de 12 años trabajaba, pero quizás no sea este dato el más sorprendente. Afirma que en el París de finales del siglo XIII las mujeres trabajaban en la mayoría de los oficios que hoy son desarrollados por hombres y que en el Würzburg del siglo XV la construcción era un trabajo mayoritariamente de mujeres, ya que había 2500 jornaleras de albañilería y carpintería frente a 700 jornaleros.  ¿No nos resulta esto sorprendente?

Así que se ha borrado esta parte de la historia que es tan cierta como la que nos contaron, pero al sistema patriarcal le interesó más contar que la mujer llevaba siglos dedicada por una parte a las tareas del hogar no retribuidas y por otra a tareas más “adecuadas” para las mujeres como la costura, la cocina, la educación, el cuidado de niños y personas mayores. La historia que tergiversó la realidad al contarnos que Colón descubrió América, la historia que nos repite que la mujer no podía realizar las tareas eminentemente masculinas por falta de fuerza, sacrificio o perseverancia. Todo esto como si estuviéramos hablando de la “naturaleza” de la mujer.

Pero de las jornaleras de Würzburg me quedo con otro dato. Ganaban de media 7,7 peniques mientras que los jornaleros se embolsaban unos 11,6 peniques diarios. Así sabemos que la brecha salarial no empezó hace pocos años con la incorporación de la mujer a ciertos trabajos reservados hasta entonces a los hombres. Si comparamos la estructura salarial de las y los jornaleros, la brecha salarial existía ya en la Alemania del  siglo XV.

Debemos recuperar la voz de estas mujeres en las páginas de nuestra historia para que nuestros hijos puedan mirar más allá de la visión patriarcal y hegemónica y para que reciban una educación realmente más igualitaria en la que no se les encasille contándoles la historia que han escrito los hombres blancos, los ganadores de las guerras, los pueblos ricos.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Toda/vida/trabajando/elpepiopi/20100308elpepiopi_5/Tes

La División Sexual del Trabajo en España y El Salvador

 

Una de las categorías de análisis a tener en cuenta para estudiar la inserción laboral de las personas en la economía o en el mercado de trabajo desde la perspectiva de género es la División Sexual del Trabajo (DST), la cual ubica en espacios de diferente valor a hombres y mujeres, marca las oportunidades de desarrollo de uno u otro género y conduce a procesos de discriminación laboral. Un estudio sobre masculinidad desarrollado por la CEPAL- UNIFPA expone que desde la literatura feminista la DST

es uno de los pilares en los que se sostiene el sistema patriarcal. Se trata de tareas excluyentes y de distinto valor social según el sexo. Desde el orden social de género a los hombres y a las mujeres se les asignan dos espacios o ámbitos excluyentes: para los primeros, el público, en el cual se realizan actividades productivas, el lugar de la economía, de la política, de quienes ejercen el poder con plena investidura, (…). Para las mujeres, el privado, en el cual se realizan actividades reproductivas, domésticas, la crianza de los hijos e hijas, con menor valor y reconocimiento social que lo realizado en el ámbito público” (CEPAL-UNFPA, 2005: 127).

Es importante agregar que el sistema patriarcal es una sociedad que se basa sobre la sobrevaloración de lo masculino y desvalorización de lo femenino, lo que consecuentemente refuerza a la DST, atribuye derechos y deberes distintos y desiguales a hombres y mujeres en la sociedad (OIT-IPEC, 2004).

Ahora bien, sobre la base de esa definición de DST, esta nota tiene como propósito hacer una aproximación sobre el estado de la DST en dos economías con distinto nivel de desarrollo: España ubicado entre los países desarrollados y El Salvador dentro de los países en vías de desarrollo, y que tanto difiere la inserción de las mujeres y hombres al mercado de trabajo.

A inicios del siglo XXI la participación de las mujeres y hombres en el mercado de trabajo se observa que está determinada por la DST; en ambos países se presenta una mayor participación de los hombres en el espacio público (actividad), al analizar la población de 16 años y más –población en edad de trabajar- se constata una mayor participación de los hombres en la fuerza de trabajo (población activa), como se observa en la gráfica el 69,2% de los hombres españoles están en situación de actividad en relación a un 51.4% de la mujeres españolas. En El Salvador la brecha es mucho más marcada, la tasa de actividad de los hombres es del 81,4% y de las mujeres es del 47,3%.

Continuando con el análisis de la gráfica y tomando en cuenta la definición de la DST, podría afirmarse que las mujeres están relegadas al espacio privado al presentar mayores tasas de inactividad con respecto a los hombres, el 48,6% de las españolas y el 52,7% de las salvadoreñas están en situación de inactividad y/o en algunas labores de tipo reproductivas, en tanto que para los hombres la tasa es del 30,8% y 18,6% respectivamente.

La DST plantea que las mujeres en el ámbito privado se encuentran dedicadas a las actividades reproductivas, domésticas, la crianza de los hijos e hijas; este rol asignado a las mujeres es confirmado por las estadísticas oficiales de ambos países. Al estudiar la población inactiva en El Salvador, el 70,7% de las mujeres inactivas tienen como principal motivo de inactividad las obligaciones familiares y los quehaceres domésticos, para los hombres este porcentaje es del el 4,5%. El principal motivo de inactividad de los hombres salvadoreños son los estudios, estos representan el 41,8% y sólo el 14,1% de las mujeres están en la población inactivas por estar estudiando.

Para España el escenario es similar, el 45,2% de las mujeres en situación inactividad presentan como principal razón de la misma las labores del hogar en relación a un 4,3% de los hombres, para éstos la principal razón es la jubilación o prejubilación (60,9%). También, el porcentaje de mujeres que presentan como motivo de inactividad estar estudiando (12,7%) es menor con respecto a los hombres (18,4%)

A manera de conclusión, las estadísticas constatan que en ambos países la DST aún condiciona la inserción de las mujeres y hombres en el mercado de trabajo, en condiciones desfavorables para las mujeres al relegarlas al espacio privado con menor valor en comparación al público. En El Salvador el impacto de la DST en la delimitación de los roles de género es mucho más fuerte, lo cual se evidencia en una mayor participación de las mujer salvadoreñas en las labores domesticas en relación con las españolas, en tanto que la participación de los hombres españoles y salvadoreños en dicha actividad es prácticamente igual y significativamente baja con respecto a las mujeres. España presenta un escenario de mayor equidad en cuanto a la participación en la fuerza de trabajo, en tanto qué El Salvador tendrá que reforzar sus acciones para reducir las brecha de desigualdad.

Bibliografía

CEPAL-UNFPA (2005). Masculinidad y factores socioculturales asociados al comportamiento de los hombres: estudio en cuatro países de Centroamérica. UNFPA-CEPAL, Nicaragua.
DIGESTYC (2009. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2008. Dirección General de Estadísticas y Censo. Ministerio de Economía. El Salvador
INE (2009) Mujeres y hombres en España. Instituto Nacional de Estadística en colaboración con el Instituto de la Mujer. España
OIT-IPEC (2004). Explotación sexual comercial y masculinidad: un estudio regional cualitativo con hombres de la población general. OIT-IPEC. Costa Rica.

IGUALDAD EN LA UE

Las mujeres ganan un 17.6% menos que los hombre en España. 12/03/2009
 
No podemos tolerar una situación en la que las mujeres de la UE ganan menos que los hombres» ha declarado Vladimir Spidla, comisario de Empelo y Asuntos Sociales.
 

Un estudio realizado por el Ejecutivo comunitario arroja que en toda la UE los sueldos de las mujeres son menores que los de los hombres. En este texto se muestra que las mujeres en España ganaron en 2007 un 17.6% menos de media que los hombres. Este porcentaje no es el más elevado de la UE. Los países que registran las mayores diferencias son:
a) Estonia (30.3%)
b) Austria (25.5%)
c) Eslovaquia, Eslovenia y Países Bajos (26.3% cada uno)

En la mitad de los casos la diferencia es una discriminación directa y es por eso por lo que Bruselas, ha encargado un estudio de las diferentes legislaciones en Europa para ver si son eficaces para combatirla, sin descartar la idea de presentar más adelante una propuesta legislativa comunitaria para reforzar el principio de igualdad.

¿Cómo afrontar la situación?

Vladimir Spidla ha pedido combatir esta discriminación luchando contra la segregación laboral de las mujeres y promocionándolas para ocupar puestos de responsabilidad en las empresas, sobre todo en los tiempos que estamos viviendo en la actualidad. Ha afimado que «las mujeres no pueden ser una variable de ajuste a la crisis,» y ha advertido que la crisis se está cobrando el doble de puestos de trabajos femeninos en comparación con los de los hombres.

Fuente: COMFIA

PERFIL DE LAS MUJERES EMPRESARIAS EN ESPAÑA

En diciembre de 2008 se reunieron en Cordoba La Comisión Mujer Empresa del Consejo Superior de las Cámaras de Comercio españolas:

En esta reunión se intento analizar la actualidad de la mujer empresaria en España, llegando a las siguientes conclusiones, el perfil de las empresarias en nuestro pais no es homogéneo pero suele responder a dos figuras representativas:

  1. la primera, a la trabajadora independiente, que emprende por necesidad (mayoritariamente) en el comercio, la hostelería u otras actividades de servicios personales; trabaja un número importante de horas y lleva su negocio bajo el modelo de autoempleo, lo que limita el alcance del mismo.
  2.  Por el contrario, la segunda, responde a las empleadoras que reúnen a mujeres jóvenes, con formación universitaria, que emprende por oportunidad y dirige su negocio bajo un «modelo empresarial» previamente definido.

     

Estructura del empleo femenino

De acuerdo a los datos anteriores, en torno a 1.087.000 mujeres trabajan actualmente en España por cuenta propia, lo que representa el 13 por ciento del empleo femenino. Según situación profesional, el 60 por ciento son trabajadoras independientes (autónomas sin asalariados); el 24 por ciento empleadoras (con asalariados) y el 2 por ciento restante pertenecen a cooperativas o socias trabajadoras de una sociedad laboral.

 

Sectorialmente, se ubican mayoritariamente en el sector servicios (80 por ciento) principalmente en las ramas de comercio (31); servicios a las empresas (13) y hostelería y restauración (12).

Por otra parte, y según se ha analizado en la reunión, la incorporación al empresariado femenino de un nuevo perfil de mujeres, más jóvenes y con alto nivel de formación, y que desempeñan actividades de servicios a las empresas (con alto valor añadido en contraposición a las actividades tradicionales) es una señal de la importante transformación que está experimentando el empresariado femenino.

Tras leer el artículo,  podemos observar que la situación de las empresarias españolas  no es muy diferente del resto de las mujeres del pais. Aunque parece esperanzador el dato de  las nuevas empresarias con personal asalariado, esto se queda un poco vacio de significado cuando vemos que la mayoria de la actividades desarrolladas por mujeres se siguen siendo en el sector servicios.

TENDENCIAS MUNDIALES DEL EMPLEO DE LAS MUJERES

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La Organización Internacional del Trabajo, OIT, cree que la crisis  económica mundial creará nuevos obstáculos en el camino hacia el crecimiento sostenible y socialmente equitativo, y hará aún más difícil el trabajo decente para las mujeres. También hace una llamada a todos los países  para generar “soluciones creativas” que aborden la brecha de género.

El informe Tendencias Mundiales del Empleo de las Mujeres señala que de las 3.000 millones de personas empleadas en el mundo en 2008, 1.200 millones son mujeres (40,4 por ciento). Y agrega que, en 2009, la tasa de desempleo mundial de las mujeres podría aumentar hasta 7,4 por ciento, comparada con 7,0 por ciento la de los hombres. Las proyecciones para 2009 muestran un deterioro de los mercados laborales a nivel mundial, tanto para mujeres como para hombres. La OIT estima que la tasa de desempleo mundial podría aumentar y registrar entre 6,3 y 7,1 por ciento este año. La tasa de desempleo femenino aumentaría a entre 6,5 y 7,4 por ciento (comparado con entre 6,1 y 7,0 por ciento para los hombres). En números absolutos, se habla de un aumento de entre 24 y 52 millones de personas desempleadas en el mundo, de las cuales entre 10 y 22 millones serían mujeres.

Efectos en América Latina y el Caribe :En el caso de la región, de acuerdo a las estadísticas del informe Tendencias Mundiales del Empleo de las Mujeres, llama la atención la distancia en materia de desempleo (3.5 puntos porcentuales) que existe actualmente entre hombres y mujeres: 5.8% para los primeros, contra un 9.3% para ellas. Así, América Latina y el Caribe se ubica entre las regiones del mundo con mayor brecha entre ambos grupos. A nivel mundial, la distancia promedio es bastante menor: 5,9% para los hombres y 6,3% para las mujeres.

La crisis  está provocando un aumento del desempleo pero es posible que la brecha entre hombres y mujeres disminuya. “Lo que hemos visto en situaciones críticas pasadas, es que la brecha de desempleo abierto entre hombres y mujeres tiende a disminuir. Ello, por varios factores: porque hay mujeres que se ‘retiran’ de la fuerza de trabajo (a la espera de mejores oportunidades laborales) y ante la falta de oportunidades laborales son menos las mujeres que ingresan buscando suplir las carencias familiares. Por otra parte, si bien las áreas de servicio, donde hay una fuerte presencia de mujeres, se verán afectadas; también lo estarán sectores especialmente masculinos, como la construcción y la industria según los datos de la OIT.

El informe Tendencias Mundiales del Empleo de las Mujeres da cuenta también de un fenómeno que se ha mantenido constante en América Latina y el Caribe: el aumento en la tasa de participación laboral de las mujeres. Mientras en 1998, ésta era de 44,2%, para 2008 llega a 52,6% (y 81,9% para los hombres).

“En períodos de crisis tienden a aumentar las inequidades, el empleo informal y la desprotección social especialmente entre mujeres de sectores pobres. Los gobiernos de la región están haciendo importantes esfuerzos para evitar la pérdida de trabajo remunerado y generar las condiciones para que las mujeres conserven sus empleos y el poder adquisitivo de sus salarios”.Según la OIT.

De acuerdo a experiencias de crisis económicas pasadas, estos procesos no los viven igual hombres y mujeres, pues a estas últimas tienden a afectarlas una serie de variables (sociales, culturales, económicas) que pueden generar una mayor profundización de las desigualdades de género, un tema central de preocupación de la OIT, que este año lleva adelante la campaña mundial “La igualdad de género en el corazón del trabajo decente”. http://www.ilo.org/gender/Events/Campaign2008-2009/lang–es/index.htm

Las consecuencias de la crisis, además, deben analizarse a la luz de una serie de cambios que se han registrado en los países de América Latina y el Caribe y que, en materia de políticas, debiesen implicar nuevos desafíos. Por ejemplo, que cada vez más hay una mayor proporción de hogares biparentales en que ambos miembros de la pareja trabajan. O que, en algunos países, la proporción de jefas de hogar es altísima. De hecho, a nivel regional, el promedio es de 30%.

La Organización Internacional del Trabajo piensa que la  igualdad de género debería ser un principio fundamental en cualquier respuesta política, ya que los efectos de la crisis económica y financiera superan el ámbito de las mujeres en el mundo del trabajo y tienen un impacto en la estabilidad general de la sociedad, considerando los diversos papeles que las mujeres desempeñan.

En  declaraciones, la OIT dijo que    “La desigualdad de género en el mundo del trabajo está entre nosotros desde hace tiempo, pero es probable que se acentúe como consecuencia de la crisis. En tiempos de turbulencia económica, las mujeres con frecuencia experimentan las consecuencias negativas con mayor rapidez y se benefician de la recuperación más lentamente. Y ya antes de la crisis la mayoría de las trabajadoras eran parte la economía informal, con ingresos más bajos y menor protección social” y cita un número de medidas políticas que podrían ayudar a equilibrar el peso que cargan las mujeres y enfrentar el impacto de la globalización, como por ejemplo: empleos sostenibles y de calidad tanto para hombres como mujeres, una protección social más amplia, incluyendo beneficios de desempleo y sistemas de seguro que reconozcan la posición vulnerable de las mujeres en el mercado del trabajo, y un diálogo social que incluya de manera activa a las mujeres en los procesos de toma de decisiones.

Informe “Tendencias Mundiales del Empleo de las Mujeres”, por favor contacte el Departamento de Comunicación de la OIT communication@ilo.org

 INFORME http://www.ilo.org/global/About_the_ILO/Media_and_public_information/Press_releases/lang–en/docName–WCMS_103456/index.htm  (Disponible en inglés)

 VER VIDEO…       «MUJER, EMPLEO Y EMPRESAS»     http://www.youtube.com/watch?v=Yrc0IBHfs1s&hl=es

INDICADORES LABORALES DE LA PROVINCIA DE CÁDIZ

mujerestrabajo-400x300Las cifras relativas al mercado de trabajo a través de los indicadores laborales no hacen más que poner de manifiesto lo que la sociedad intuye que pasa. Normalmente, corroboran lo que una cree que sucede.

Es muy importante por lo tanto que estas cifras se faciliten desagregadas por sexos. De esta forma, se sacan a la luz las verdaderas situaciones de desventaja en las que nos encontramos las mujeres ante el mercado laboral. Es también fiel reflejo de los roles y estereotipos asignados en función al sexo. Además, proporcionan datos concretos que pueden facilitar a la sociedad en su conjunto la búsqueda de soluciones para atajarlos.

El mercado de trabajo puede tener ciertas similitudes en el contexto nacional, pero a su vez existen, por otro lado, una serie de divergencias que vienen marcadas por el entorno más cercano. Es evidente que el contexto laboral del País Vasco o Navarra no tiene nada que ver con el de Andalucía o Extremadura. Es más, incluso dentro de la propia Comunidad Autónoma pueden existir divergencias. Así, Cádiz desgraciadamente tiene un contexto laboral peculiar unido al desempleo tanto a nivel nacional como autónomo. Estas diferencias van a condicionar sin lugar a dudas la situación del mercado de trabajo en general y de la mujer en el mismo en particular.

Pero además, en Cádiz existen grandes diferencias entre dos grandes zonas como son la rural y la urbana. El mundo rural en general ha visto crecer la economía sumergida ante la falta de trabajo en la agricultura, beneficiándose de una mano de obra que en ocasiones no puede plantear grandes exigencias laborales. Ante esta situación la mujer ha sido una de las más perjudicadas.

 

Así, la incorporación de la mujer de la provincia de Cádiz al mercado de trabajo es considerablemente inferior a la de la Unión Europea, estando también por debajo de la de la mujer española e incluso andaluza. Concretamente, podemos decir que de todas las mujeres en edad de trabajar de la provincia, sólo el 41% busca activamente o posee un empleo. Si se procede a desagregar por zonas rurales y urbanas, se observa una mayor tasa de actividad en general en los municipios rurales. Cuando se diferencia entre la tasa de actividad masculina y femenina, se contempla cómo la primera está muy por encima de la segunda.

Desde un punto de vista más general, el desempleo en España es mayor que en la Unión Europea (y actualmente mucho más con la crisis), y aún mayor en Andalucía, registrándose la peor tasa en Cádiz. En cuanto al desempleo, la mujer también se ve más afectada por el mismo. Como fenómeno económico y social, en el caso de la mujer adquiere una trascendencia especial. Así, los datos de desempleo femenino son desalentadores, dado que tanto en España como en Andalucía como en Cádiz el desempleo femenino es mayor que el masculino, llegando a ser en algunos casos casi el doble. Dadas las grandes diferencias entre el desempleo en la provincia y la Unión Europea o España, la situación del desempleo femenino en la provincia se torna en un dato muy negativo, de forma que casi la cuarta parte de las mujeres que buscan activamente empleo en la a (23%) no lo encuentran.

Todos estos datos que aporto y muchísimos más los pueden encontrar en el Informe sobre  «El Mercado de Trabajo en la Provincia de Cádiz desde la Perpectiva de Género”, realizado por la Diputación de Cádiz.

Con esta realidad con la que las mujeres gaditanas nos encontramos a diario, no queda otra salida que seguir en la lucha, para reivindicar esas desigualdades laborales que aún nos limitan. Es necesario que tomemos conciencia como colectivo de estas diferencias que padecemos únicamente por pertenecer al género femenino, y que ejerzamos medidas de presión para que las políticas públicas vayan encaminadas a que se genere empleo de calidad para mujeres y hombres y se penalice de una vez por todas a las empresas que fomentan medidas discriminatorias, aunque lo hagan con sutilezas.