Ir “a la moda” y actualizar nuestro vestuario dos veces al año de manera regular (temporada de invierno y de verano) no es sostenible ni para el medio ambiente ni para la economía de la mayoría de las familias. ¿Qué solución nos queda? Coser. La costura ha dejado de representar la opresión que sufrían las mujeres a mitad del siglo XX en España, siendo la aguja y el hilo los únicos materiales de los que disponían aquellas que no habían podido estudiar para conseguir algún tipo de dinero o bien, ahorrárselo confeccionando ropa para la familia. Esta imagen está comenzando a quedarse atrás en defensa de una confección sostenible con el medio ambiente y asentada en redes de apoyo, donde las mujeres juegan un papel especial al ser en la gran mayoría de los casos las promotoras y/o integrantes de los grupos.
Hoy en día nos encontramos ante la proliferación de cadenas low cost con prendas de escasa calidad, que contribuyen a crearnos la necesidad de actualizar nuestro vestuario con demasiada frecuencia. A pesar de que empresas como H&M o Calzedonia poseen iniciativas (temporales o permanentes) para la recogida de ropa usada, obteniendo con ello un pequeño descuento para futuras compras. El impacto que todo ello genera en el medio ambiente se ha situado como base para concienciar e impulsar a crear nuevas prendas más sostenibles o reutilizar las que ya tenemos. No es descabellado considerar que este tipo de prácticas se encuentran en sintonía con los Objetivos del Desarrollo Sostenible, en concreto con el objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. El mensaje no es dejar de producir/comprar ropa, sino que debemos hacerlo situando en primer plano el futuro de nuestro planeta y atender a los beneficio socio-comunitarios que podemos obtener.
La proliferación de esta práctica se ha visto promovida también desde la televisión pública. En 2013 RTVE retransmitió la serie “El tiempo entre costuras” y Amazon España vio como sus ventas con respecto a las máquinas de coser aumentaron un 135% y portales similares de venta de este tipo de maquinaria obtuvieron un aumento del 60%. En 2018, presentó el novedoso formato de “Maestros de la costura”, siendo tan grande el éxito que repitieron el formato al año siguiente con una segunda edición. En muchas de las pruebas que debían superar los concursantes tenían que reutilizar materiales o prendas y dales un segundo uso, que pudiera ser utilizado en la vida real. Al margen de las críticas que puede recibir cualquier talent show, lo cierto es que estos programas han ayudado a olvidar la idea de que aquella persona que remienda la ropa o la reutiliza es porque no tiene dinero para comprar una nueva. Ahora se remienda por compromiso con el medio ambiente, por acabar con el ciclo de comprar-tirar-comprar que promueve el capitalismo mediante prácticas como la obsolescencia programa.
En respuesta a estas imposiciones, han comenzado a surgir asociaciones o espacios comunitarios donde llevar a cabo la confección de ropa o de algún tipo de complemento. Ejemplo de ello lo encontramos en la marca Cocoro, creada por la cooperativa Femmefleur SCCL (especializada en artículos de higiene femenina), donde lo novedoso de las bragas que venden es que retienen el fluyo menstrual. Al igual que otras marcas españolas de este tipo, como The Nude Label o Maripuri Tijeritas, este tipo de marcas concienciadas se caracterizan por hacer uso de materiales sostenibles al mismo tiempo que crean prendas para mujeres «normales» y no para el canon que se no impone; sexualizado y dirigido por el discurso patriarcal.
Desde el punto de vista del tejido social, en Barcelona existe la Asociación Casal del Infants que se dedica a impartir talleres de preparación básica para que después estas mujeres puedan divulgar lo aprendiendo en los barrios donde viven. El beneficio que ofrece este tipo de prácticas, además de los conocimientos adquiridos, es crear un punto de encuentro para mujeres inmigrantes que se encuentran solas y aquí pueden encontrar una red de apoyo donde comenzar a crear lazos de amistad o incluso un oficio.
_____________________
Fatás, Marisa (5 de junio de 2018). Sostenible y para todos los cuerpos. Así es la nueva lencería feministas. Yo! Moda. Recuperado de: https://www.elmundo.es/yodona/moda/2018/06/05/5b0be576268e3e32068b4594.html
Objetivo 12 de los ODS. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/sustainable-consumption-production/
Página oficial de la cooperativa Femme Fleur http://femmefleur.es
Velasco, Carolina (3 de abril de 2019). Coser en el siglo XXI: aguja e hilo para hilvanar feminismo y sostenibilidad. Cultura. Recuperado de: https://www.elsaltodiario.com/culturas/coser-siglo-xxi-aguja-hilo-para-hilvanar-feminismo-sostenibilidad