Todo el contexto de crisis y sus consecuencias ha complicado aún más la situación de las mujeres en el mercado laboral. Estamos de acuerdo en que el hecho de que ser mujer nos hace partir desde una posición de inferioridad, pero, ¿qué pasa cuando a esta discriminación por género se le unen otras cuestiones? La Fundación Adeco, nos proporciona información y propuestas acerca de la situación y necesidades laborales de mujeres cuya situación es todavía más difícil (con discapacidad, mayores de 55 años, con responsabilidades familiares no compartidas y/o víctimas de la violencia de género).
Centrándonos en las mujeres con responsabilidades familiares no compartidas, vemos que, mas de la mitad son pobres. Esta problemática de precariedad, exclusión y vulnerabilidad afecta también a los menores que están al cargo de ellas. El 88,6% de las familias monoparentales- y “monomarentales”- están encabezadas por mujeres, de la otra parte un 11,4% las encabezan ellos. Los problemas derivados de la dificultad del acceso al empleo, hacen que muchas de estas mujeres se sientan obligadas a aceptar empleos enmarcados en la economía sumergida. Aquí se concentran muchas mujeres, en sectores como la hostelería o la atención a personas dependientes y/o servicio doméstico. Esta práctica desprotege a la trabajadora en diversos ámbitos (médico, económico, social) haciendo que ella y su familia se encuentren en situación de precariedad y de exclusión social. En este panorama la feminización de la pobreza se agrava y como consecuencia acaba aumentando la pobreza infantil.
Desde las propias empresas, se perpetua la discriminación a la mujer, y más aún si esta posee una familia monomarental. El empresario puede prejuzgar su situación, y, considerar que no va a ser capaz de atender a su familia y a la vez desempeñar su trabajo. Sin embargo, según un informe de la Fundación Adeco, el compromiso de estas mujeres con la empresa es mayor ya que “desean trabajar y aportan fidelidad, estabilidad y motivación, valores que se convierten en garantía de éxito en el desempeño del puesto”.
En definitiva, todo tiene relación con lo que venimos comentando a lo largo de los diferentes posts. El hecho de ser mujer influye negativamente en todos los ámbitos. Si además añadimos algún tema discriminatorio como el color de piel, la discapacidad, la edad, etc. Todo esto se convierte en una carrera de obstáculos en la que las mujeres partimos con desventaja siempre.
Extraído de:
https://fundacionadecco.org/informe-empleoparatodas-la-mujer-riesgo-exclusion-mundo-laboral/