LA DEMOCRACIA O ES PARITARIA O NO ES DEMOCRACIA.

La Real Academia Española de la Lengua no recoge en su definición de democracia el concepto de paritaria. Define la democracia como el poder político ejercido por los ciudadanos, una definición que obvia a la mitad de la ciudadanía, las mujeres, que deben participar, pero ¿de qué forma? ¿se garantiza la igualdad en la toma de decisiones?

En los últimos años hemos conocido muchas opiniones al respecto, pero lo evidente es que, si el Parlamento representa al pueblo español y este está constituido por hombres y mujeres en unos porcentajes muy similares, ese poder legislativo representativo debe responder, no a cuotas de grupos específicos de la sociedad, sino a la realidad social que es una misma representación de hombres como de mujeres.

Actualmente la participación equilibrada de género en todos los procesos decisorios está presente en textos de Derecho Internacional aprobados por Organizaciones Internacionales como las Naciones Unidas, la Unión Interparlamentaria, los órganos del Consejo de Europa, especialmente el Comité de Ministros, la Asamblea Parlamentaria y el Congreso de Poderes Locales y Regionales, para garantizar la igual participación de mujeres y hombres en todos los ámbitos de poder.

En el marco de la Unión Europea, la exigencia de la participación equilibrada de mujeres y hombres en los procesos decisorios se ha extendido progresivamente a todos los ámbitos de la toma de decisiones de los Estados miembros y de las propias instituciones europeas, promoviéndose la paridad de género, esto es, 50/50 de cada sexo. En España la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres introduce en nuestra Ley Orgánica del Régimen Electoral General el concepto de democracia paritaria con una presencia de al menos el 40% de alguno de ambos sexos en todos los ámbitos de poder público.

Si vemos los datos de mujeres que han obtenido acta de diputada o senadora en las Cortes Generales en las últimas elecciones de 2019 podemos observar que la Ley electoral ha favorecido un resultado paritario que sitúa en el 44% la presencia de mujeres en el Congreso de los Diputados y en el 39’9% en el Senado. Una paridad ajustada pero que ¿realmente es paritaria nuestra democracia?

Pilar Llop Presidenta del Senado y Maritxell Batet Presidenta del Congreso.

La paridad democrática implica algo más que una representatividad equilibrada de mujeres y hombres, para hablar de democracia paritaria hay que tener en cuenta la vertiente estructural y la de funcionamiento o adecuación de las instalaciones y actividades que se desarrollan mujeres y hombres en el Parlamento. Las mujeres siguen asumiendo la doble tarea de trabajar como profesionales y atender el trabajo de cuidados familiares, esto implica habilitar horarios flexibles, jornadas adecuada a los horarios escolares y servicios de ludoteca para la organización de actividades dentro y fuera del horario convencional del trabajo en el Parlamento, entre otras medidas. Además, hay que tener en cuenta que puestos ocupan las mujeres dentro del Parlamento, si presiden comisiones, a que comisiones pertenecen, porque suelen ser educación o bienestar social, roles asignado a los cuidados y no defensa o economía, identificado con los hombres.

Éstas cuestiones aún no se han llegado a superar y son fundamentales para empezar a promover la igualdad entre mujeres y hombres, es el poder político, el Parlamento quien elabora las leyes y determina los avances sociales, son las Cortes quienes tienen que definir el futuro, por eso considero que la democracia o es paritaria o no es democracia. Hay que trabajar desde el Estado, con la participación equilibrada e implicada de hombres y mujeres para identificar donde están las barreras a la igualdad real y efectiva y derribarlas para siempre.

Fuentes:

Instituto Nacional de Estadística. Datos de representación de las mujeres en las Cortes Generales tras el resultado de las Elecciones Generales de noviembre de 2019: https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925595398&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param1=PYSDetalle&param3=1259924822888

Saldaña Díaz, M. N. Alcance del principio de participación equilibrada de género en el marco jurídico internacional: Naciones Unidas, Unión Interparlamentaria, Consejo de Europa y Unión Europea.

Díaz, M. N. S. (2010). Derechos humanos y democracia paritaria en las Naciones Unidas. In Jaque a la democracia (pp. 75-110). Editorial Sepha.

Real Academia Española de la Lengua https://dle.rae.es/democracia

LA ESTRATEGIA 2020 DE LA UNIÓN EUROPEA AJENA A LOS OBJETIVOS DE IGUALDAD DE GÉNERO

La Comisión Europea presentó en el año 2010 una estrategia a nivel europeo para diez años marcando un nuevo principio y haciendo que la Unión Europea saliese más fuerte y unida de la crisis económica y financiera sufrida a nivel global.

Europa 2020 propone tres prioridades que se refuerzan mutuamente como son el crecimiento inteligente, sostenible e integrador y además lo hace con objetivos específicos.

Analizando la Estrategia 2020 desde una perspectiva de género es destacable que no encontramos ningún objetivo explícito sobre la igualdad de género, ni tampoco se muestra de forma destacable el perjuicio que conlleva para las mujeres una ruptura de la cohesión social tan importante como la que se ha dado en Europa después de la crisis económica y financiera.

La única referencia a la mujer es en el análisis de las tasas de desempleo, teniendo una tasa de desempleo mayor que la de los hombres, dándonos una imagen de la realidad desigual de hombres y mujeres para afrontar la crisis. Además, con todo lo que ello conlleva de pobreza, falta de conciliación familiar, exclusión social, violencia de género, etc.

La Comisión recoge dentro de la prioridad de crecimiento integrador, conseguir una economía con un alto nivel de empleo que promueva la cohesión económica, social y territorial y desde aquí precisar políticas que promuevan la igualdad de sexos, esta es la única referencia en todo el texto de la Estrategia 2020.

Pero más allá de las referencias, los objetivos implícitos para una igualdad de género son muchos, que pasa por conseguir la emancipación de la mujer, aumentar su tasa de empleo, mejorar sus niveles educativos, evitando el fracaso escolar, esto debería conllevar mejores puestos de trabajo y evitar la desigualdad salarial, permitir una mejor conciliación laboral o estudiantil y familiar con guarderías y centros de atención para otros dependientes, insistir en la corresponsabilidad de las tareas de cuidado.

Erradicar la pobreza y la exclusión social, es mejorar la vida de las mujeres y disminuir la brecha social de género. La economía y el bienestar social, son cuestiones ligadas, además nuestra historia ha venido desarrollando los modelos de Estados del Bienestar que no podemos perder y que, llegados a nuevas crisis, tenemos que tener las herramientas para superarlas con éxitos y avanzar en el crecimiento de forma comparativa con otras potencias emergentes y muy competitivas.

La nueva realidad hoy es aún más abrumadora, una nueva crisis ha golpeado a Europa, en este caso producida por la pandemia global del coronavirus que nos está poniendo en cuestión todos nuestros sistemas sanitarios, nuestro potencial económico, nuestras carencias tecnológicas y de teletrabajo, ahondado aún más en la brecha social con unas consecuencias aún incuantificables.

 Por suerte para este nuevo tiempo, tenemos un recorrido en el trabajo por conseguir una igualdad de género mucho más evidente que en 2010, cuando se elabora la estrategia, pues todos estos años han supuesto un conocimiento y crecimiento de forma amplia de la igualdad de género como objetivo en el desarrollo no sólo europeo, sino en el desarrollo mundial como lo pone de manifiesto el objetivo 5 dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles en la Agenda 2030 propuesta por las Naciones Unidas para poner fin, no sólo a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas, sino que además es crucial para el desarrollo sostenible. Se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial.

Aunque las mujeres hayan accedido al mercado de trabajo y los estados hayan desarrollado legislación en favor de la paridad democrática, contra la violencia de género, en contra de la desigualdad salarial, o mejorando la conciliación familiar y laborar, aún hay mujeres que viven en situación de grave desigualdad con respecto a los hombres y les condiciona una vida con peores oportunidades y más limitaciones.

Por tanto, de cara al futuro la Unión Europea tiene que revisar sus estrategias y englobar, como lo hace la Agenda 2030, la igualdad de género como uno de sus objetivos para superar con éxito los nuevos desafíos que tenemos en el futuro y que, según las consecuencias de esta nueva crisis global provocada por la pandemia del coronavirus, habrá que definir los nuevos objetivos globales y proponer las diferentes estrategias para asumir por parte de la Unión, de los Estados y sus regiones en favor de una política de crecimiento y bienestar.

Fuentes:

Comisión Europea, Estrategia 2020 https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52010DC2020&from=ES

Instituto Nacional de Estadística https://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=11180#!tabs-tabla

El teletrabajo una oportunidad para la conciliación y el incremento de la corresponsabilidad en las tareas de cuidado.

En el último mes hemos escuchado hablar de teletrabajo en múltiples ocasiones, para muchas personas incluso la primera vez que ha oído hablar de este término que lo define la Organización Internacional del Trabajo (OIT en adelante) como “trabajo a distancia facilitado por las tecnologías de la información y las comunicaciones”.

La crisis generada por el Covid-19 y las medidas de confinamiento han puesto en práctica esta modalidad de trabajo desarrollada desde casa y la sociedad ha retomado el debate de teletrabajo si, teletrabajo no como una nueva alternativa. Muchos son los informes que hablan de las ventajas del mismo pero la realidad es que debemos analizarlo desde una perspectiva de género a ver si es igualmente eficaz para hombres y mujeres y si permite o mejora las relacionales y condiciones laborales de ambos, así como la conciliación.

Desde hace varios años en el mundo empresarial se ha estado hablado del teletrabajo como una oportunidad, por una parte, para los trabajadores conciliando la vida familiar y laborar, así como la mejora de la flexibilidad y la reducción de estrés y, por otra parte, para las empresas reduciendo costes y mejorando la productividad. La OIT argumenta en uno de sus documentos referente a “los derechos de las trabajadoras y la igualdad de género” que el teletrabajo es una oportunidad laborar para las mujeres, en especial para aquellas instruidas en los países en desarrollo, los nuevos empleos surgidos en este ámbito están desprovistos de estereotipos de género y suponen una vía de acceso a la igualdad de trato y de oportunidades para las mujeres, la preocupación es la falta de control y de supervisión de los derechos laborales.

Pero más allá de la creación de nuevos empleos en modalidad de teletrabajo, lo importante que nos interesa analizar es adaptar los trabajos tradicionales que puedan hacerlo a la modalidad de teletrabajo, esto permitiría la conciliación familiar, dedicarle el tiempo necesario a la familia, la educación de hijos, el tiempo a uno mismo, además incide en que la corresponsabilidad de los cuidados se pueda dar de mejor forma entre hombres y mujeres, pues permite organizar tu horario de trabajo y así atender las necesidades de menores o mayores a cargo, así como las tareas dentro del hogar.

Otra ventaja que se considera importante son los beneficios para el medio ambiente, la reducción de desplazamientos diarios y lo que ello conlleva de disminución de emisiones de gases contaminantes y la descongestión de las grandes ciudades con menos accidentes de tráfico.

Las desventajas también suponen un riesgo, pero las empresas deberían de formar en buenos hábitos para el teletrabajo evitando la fatiga y el sedentarismo, el no desconectar del trabajo, el control de rendimiento, evitar el aislamiento, reducir las diferencias sociales a causa de la brecha tecnológica.

Atendiendo a los datos facilitados por Eurostat en 2018, en la Unión Europea sólo un 5,2% del personal activo afirmaba trabajar normalmente desde casa, pero si analizamos los últimos diez años vemos que esta tasa no se ha incrementado mucho a pesar del incremento exponencial de las tecnologías. En España era solo el 4,3% de los trabajadores en 2018, ahora todo ha cambiado, la crisis del Covid-19 ha revolucionado los modos de trabajo y hasta el profesorado esta teletrabajando desde casa, una oportunidad forzada que nos ha dado la historia para poner a prueba la capacidad de adaptar nuestro mercado de trabajo a las nuevas tecnologías, mejorando la conciliación familiar y la corresponsabilidad en los cuidados entre hombres y mujeres tan importantes y necesarios en nuestra sociedad, las mujeres deben acceder al mercado de trabajo y desarrollar sus capacidades y aptitudes en plenitud sin el límite cultural androcéntrico de la responsabilidad, ajena al mundo laboral, que implican las tareas de cuidado.

Fuentes:

Foro Económico Mundial  https://es.weforum.org/agenda/2020/02/la-union-europea-le-da-la-espalda-al-teletrabajo-desde-casa/

ABC de los derechos de las trabajadoras y la igualdad de género Ginebra, Oficina Internacional del Trabajo, 2008 https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—gender/documents/publication/wcms_092707.pdf página 175.

Iberdrola https://www.iberdrola.com/talento/ventajas-y-desventajas-del-teletrabajo

Libertad Digital https://www.libertaddigital.com/profesionales/beneficios-del-teletrabajo-como-herramienta-de-conciliacion-y-mejora-de-la-rentabilidad-1276373718/