El gobierno del César no sólo debe decirse feminista, también debe serlo

Los espacios de injerencia para quienes centramos nuestro quehacer en las políticas de equidad se puede tambalear junto con los intereses y posiciones ideológicas de las propuestas políticas de los países, territorios e instituciones. El trabajo en políticas de equidad de género históricamente, se ha caracterizado por tener avances y retrocesos en su apoyo y cumplimiento, esto se atribuye en gran medida a que colinda con los terrenos movedizos de las construcciones simbólicas e imaginarias de las personas y los imaginarios colectivos.

Así, algunos gobiernos enarbolan la bandera de la equidad mientras que otros la colocan a media asta; sin embargo no siempre todo lo que brilla es oro, en especial cuando de política y sus intereses se trata. Un ejemplo interesante al respecto se ilustra en un artículo del New York Times, publicado de forma reciente, bajo el título “¿Qué es un gobierno feminista? Canadá y Trudeau lo debaten”; en él se indica que el Primer Ministro de Canadá y su gobierno, están siendo cuestionados, y el peso de dichos reclamos pesan más al declararse como un gobierno feminista.

El artículo describe que en el parlamento Canadiense, durante un día de involucramiento cívico, alrededor de trescientas mujeres, apenas el primer ministro se dispuso a hablar, se levantaron y le dieron la espalda, el acto fue en protesta a las acciones llevadas en contra de Jody Wilson Raybould, primera fiscala general indígena.

Jody Wilson Raybould  renunció después de acusar al despacho del Primer Ministro por presionarla para que considerara una acción civil y no penal hacia la compañía SNC-Lavalin, una multinacional dedicada a la construcción e ingeniería con sede en Montreal acusada de sobornar a funcionarios Libios para ganar contratos ahí. El gobierno reconoció que presionó a la ex funcionaria porque una sanción penal le habría costado a la empresa los contratos gubernamentales, y habría puesto en peligro empleos canadienses.

El partido liberal, en el gobierno, cuenta con un 50% de su gabinete conformado por mujeres y se ha distinguido por sus políticas a favor de la equidad tales como, destinar miles de millones de dólares a un programa que otorgue dinero a las familias que tienen hijos menores de 18 años y promover los derechos sexuales y reproductivos fuera del país, de acuerdo a los últimos datos, el partido oficial, se ha rezagado en las encuestas con miras a las elecciones a realizarse en otoño.

Se señala que la oposición ha creado la etiqueta #FakeFeminist (falso feminista) en Twitter como un arma en contra del Primer Ministro, además, a este se le critica el trato dado a una mujer fuerte y capaz, al considerarla por sus acciones como alguien con quien es difícil trabajar, algo que las mujeres viven todo el tiempo cuando cuestionan las estructuras de poder, señala Tracey Ramsey, integrante del parlamento del Nuevo Partido Democrático, según el artículo.

Los resultados de las elecciones en Canadá estarán por verse, sin embargo, es valioso realizar una reflexión en torno a la importancia que tiene que los gobiernos logren ser consecuente en las acciones a favor de la equidad de género.

 La discusión en torno a la situación suscitada en Canadá se centra también en un tema  ético, un gobierno feminista debe en esencia responder a una nueva lógica en torno al ejercicio del poder. ¿Radicará en ello la resistencia de muchos políticos a incorporar la perspectiva de género en sus gobiernos? Parece además que la ciudadanía demanda que el poder sea ejercido alejado de la corrupción y esta parece una ventaja y desafío para las propuestas emanadas desde la lectura particular de los feminismos.

Referencias bibliográficas

Lyall Sarah, (17 de abril 2019) “¿Qué es un gobierno feminista? Canadá y Trudeau lo debaten En: The New York Times Es. Recuperado de: http://The https://www.nytimes.com/es/2019/04/17/justin-trudeau-feminista/?emc=edit_bn_20190418&nl=boletin&nlid=8271302120190418&te=1

Los modelos de Estado de Bienestar ¿y el bien estar?

«El Estado de Bienestar es un Estado que se compromete “con la intervención en el juego de las fuerzas sociales o de mercado, con el fin de asegurar ciertas condiciones de vida y facilitar la integración de las clases y grupos sociales” (Inés Campillo )

Un estado de bienestar es el que funge de mediador entre el mercado, las condiciones de existencia y el aseguramiento de que todas las personas tengan las condiciones necesarias para acceder a sus derechos humanos y por lo tanto a su ciudadanía, como su palabra lo indica funge como mediador para el aseguramiento de un “bien estar” de la ciudadanía, es también un pacto social con la población para asegurar al mismo tiempo una paz social y el resguardo de la misma entre la comunidad.

 Estas condiciones, establecen un bienestar en una doble vía, tanto por parte de la ciudadanía o quienes adquieren ciudadanía gracias a las medidas de un Estado de Bienestar como por parte del mismo Estado, el que sin una buena distribución del gasto y políticas adecuadas y atinentes no podría conservar condiciones para la misma gobernabilidad, por lo tanto es el conceso y la validación de un pacto social que beneficia a ambas partes.

En cada territorio de nombran y se definen palabras diferentes, para el concepto de “Estado de Bienestar”, acorde también a las condiciones prevalecientes, Ferrera (1995) y Moreno (1997) consideran diferentes modelos de estado de Bienestar difuminados por Europa, tales como el modelo nórdico, continental, anglosajón y mediterráneo, estos modelos distan en cuando a sus diversas concepciones para el apoyo a la ciudadanía por medio de programas sociales, caracterizándose en particular el modelo nórdico por establecer una mayor apertura en lo referente a prestaciones sociales como derecho inherente de la ciudadanía.

La conformación de un Estado de Bienestar, tiene concepciones diferentes del otro lado del océano, y sin embargo América Latina hereda condiciones que presenta el modelo de Bienestar Mediterráneo, tal como lo son la existencia de dictaduras, el retraso del proceso de modernización, la importancia de la religión, secularización de la política social.

En muchas latitudes no es siquiera discusión la necesidad de establecer prestaciones sociales como derecho a la ciudadanía, donde si bien las políticas estatales establecen algunos procesos de mediación, estas se ven debilitadas frente una serie de condiciones como la crisis fiscal, el debilitamiento del papel del Estado y sus instituciones y su pérdida de credibilidad, así como la corrupción, la falta de políticas sociales como política, así como también la existencia de un estado de crisis permanente que hace que la planificación pase a un segundo nivel de importancia, ya que se atiende lo inmediato, debido a los niveles de vulnerabilidad al que quedan expuestos sus habitantes.

La realidad de latinoamérica también cuenta cuenta con particularidades entre sus países, la realidad de América del sur no es la misma que en América Central por ejemplo, o del Caribe por ejemplo a América Latina también la marcan concepciones de desarrollo o falta de las mismas.

Un aspecto a desatacar es que parte de esta herencia también ha incluido un concepto de Bienestar centrado en el trabajo, teniendo consecuencias diferentes tanto para hombres como para las mujeres, estas últimas no son siempre las que pueden acceder a un empleo remunerado, a pesar de realizar un trabajo a lo interno de los hogares, sin embargo la situación de desigualdad se perpetua aún más cuando a pesar de contar con condiciones de formación para acceder al empleo no son consideradas en condiciones de equidad para acceder a puestos ya que privan condiciones de discriminación por género.

La situación se complica ante la precariedad del empleo al ser economías de enclave con suma dependencia de los vaivenes de las empresas trasnacionales, se trata de un mercado laboral que ha pasado de agrícola industrial a prestación de servicios, donde la producción agrícola se encuentra centrada en productos de segunda necesidad

El caso específico de Costa Rica es un ejemplo de como el llamado “Estado Benefactor” , instituido durante las décadas de 1940 a 1950, determinó una serie de políticas fundamentales en diferentes campos marcaron una diferencia su ciudadanía frente al acceso a sus derechos; una de las políticas que mejor nos atañe, fue el establecimiento de un sistema de salud universal bajo la gestión de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) garantizada para toda la población.

El sistema de salud universal gestionado por la CCSS, ha permitido que toda la población tenga acceso a la atención de salud, incluyendo a los pobres y al 40 por ciento más pobre, ha sido así como la esperanza de vida al nacer mejoró de 61,6 años en 1960 a 72,5 años en 1980 y a 79,7 años en 2012, similar al promedio de la OCDE de 80,7 años, sin embargo para el año 2016, se registra que las mujeres cuentan con una esperanza de vida de 82,2 años mientras que los hombres 77,45 años.

Costa Rica ha logrado tener altos indices de esperanza de vida, especialmente para las mujeres quienes en promedio viven cinco años más que los hombres, sin embargo estos mismos indicadores, colocan al país frente a una paradoja, la población está viviendo más y los servicios de salud no están pudiendo abarcar a tanta población, y esto repercute de especial forma en este caso a las mujeres, frente a una significativa disminución demográfica, una de la más baja en Latinoamérica; al mismo tiempo, la juventud no se está insertando laboralmente y no está generando el colchón necesario para que las prestaciones sociales puedan brindarse a toda la población, se prevé que para el año 2050 la población adulta mayor será mayor a la que sea en ese momento económicamente activa.

Los modelos de Bienestar tienen consecuencias reales en el desarrollo de los países y en la calidad de vida de sus habitantes, y requieren de políticas de evaluación, y seguimiento de forma tal que logren una sostenibilidad y se adapten a las condiciones cambiantes en las que habitan actualmente las poblaciones, aspectos como el desempleo la migración y la precariedad laboral no eran temas de los que hace cincuenta años se hablara, con tanta frecuencia en un país como Costa Rica, sin embargo son una constante en nuestros días y afectan de forma diferenciada a hombres y mujeres, por lo tanto se requieren nuevos replanteamientos para hacer frente a esta nueva realidad.

Referencias bibliográficas

Campillo Inés “La ciudadanía social perspectivas y propuestas feministas” En: VII Congreso español de Ciencias Políticas y de la Administración: Democracia y Bienestar.

Ferrera, Maurizio. 1996. “The ‘Southern Model’ of Welfare in Social Europe”, Journal of European Social Policy, 6/1: 17-37.

Moreno Luis, “Bienestar Mediterráneo y “super mujeres” ” Recuperado en: http://www.ub.edu/ciudadania/hipertexto/bienestar/introduccion/El%20modelo%20mediterr%E1neo.pdf,

Oviedo, Ana Maria, Susana M. Sanchez, Kathy A. Lindert, and J. Humberto Lopez. 2015. Costa Rica’s Development: From Good to Better. Systematic Country Diagnostic. Washington, DC: World Bank. License: Creative Commons Attribution CC BY 3.0 IGO

https://datosmacro.expansion.com/demografia/esperanza-vida/costa-rica

Las brechas y el estancamiento de un país

Hombres y mujeres se insertan a la fuerza laboral desde antes de la revolución industrial sin tomarse en cuenta por parte de los Estados , las condiciones para que las personas puedan también atender la vida familiar y doméstica, privando al parecer un principio tácito, el de “sálvese quien pueda”, donde la salida del barco hundido, no establece prioridad para mujeres ni para niños y niñas.

La crítica que plantean las autoras feministas a la forma en que se concibe la economía, cuestiona las bases de un tambaleante sistema capitalista que no reconoce al ser humano dentro de una fuerza de trabajo y no toma en consideración de las particularidades de la conformación de la sociedad.

Julie Nelson en “Feminismo y Economía”, señala la figura del “hombre económico” como un personaje de ficción creado por las teorías económicas predominantes, así la autora señala: El hombre económico … no tiene niñez ni vejez, no depende de nadie, y no tiene ninguna responsabilidad hacia nadie más que a sí mismo..

Ese personaje inventado acorde de los requerimientos del capitalismo, parece que permite validar un sistema económico mediado por el mercado, sin que intervengan aspectos vitales como lo son el mantenimiento de la vida y las consecuencias que esto históricamente a tenido tanto para hombres y mujeres. Sin embargo, el costo de sostener dichas ideas caducas y concepciones de seres humanos, familia y trabajo aisladas de la realidad tiene un peso contundente en los índices de progreso social de los países.

Así por ejemplo,  la tasa de participación laboral femenina en Costa Rica, se mantiene estancada, luego del dinamismo que mostró en los años noventa, al aumentar de un 32% en 1990 a un 44% en el 2005, desde entonces no registra crecimientos. Esto significa que menos de la mitad de las mujeres en edades para trabajar no tienen un empleo o están buscando uno. En los hombres participan dos terceras partes, lo cual revela una amplia brecha de género de casi 30 puntos porcentuales. 

Los datos anteriores revelan una falta de aprovechamiento del recuso femenino, una disminución de ingresos de las familias y denuncia además cómo los roles de género siguen tendiendo un peso social, traducido en la falta de políticas para el cuido como un compromiso constante del país.

La consideración de lo humano dentro de la economía transformaría la concepción abstracta de mercado en la economía por considerar en primer término la valoración de la vida como aspecto esencial en el desarrollo humano y del país, el que un país no alcance una mayor productividad se debe a diferentes aspectos que muchas veces se atribuyen a la falta de competitividad, de innovación, tecnología, infraestructura y falta de capacitación, sin embargo la discusión se aleja de considerar aspecto tales como políticas de conciliación que permitan una efectiva incorporación de la mitad de la población a la fuerza productiva del país y con ello un efectivo crecimiento del país que a su vez permita una distribución más equitativa del ingreso.

Referencias

https://www.blog.estadonacion.or.cr/index.php/42-mujeres-costarricenses-enfrentan-triple-barrera-en-el-mundo-laboral?fbclid=IwAR2XXQsQWPg90-zLk3sLQ0wolW2wLO9B0QsChRP-zTAoXqy8MnDWPiCV-CQ