La Construcción de la Igualdad

La semana pasada, en un curso de formación para personas desempleadas, impartiendo el módulo obligatorio de «Sensibilización en Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres», una alumna me trasladó que no sabía para qué servía el Ministerio de Igualdad.

¿Estaríamos mejor, igual o peor si no tuvieramos Ministerio de Igualdad?. Porque poner en duda este Ministerio, y no otros, es muy significativo.

Nadie se cuestiona la educación medioambiental (o su Ministerio). La concienciación ha calado en este ámbito, pero la defensa de la Igualdad es casi sancionada socialmente, o al menos despierta muchas susceptibilidades.

http://www.migualdad.es/ss/Satellite?c=Page&cid=1193049657073&language=cas_ES&pagename=MinisterioIgualdad%2FPage%2FMIGU_SinContenido

Y al mismo tiempo, se pone en evidencia una actitud personal de absoluta pasividad, en la que se espera que «el tema de la igualdad» lo resuelva la Administración, o el Gobierno.

La Igualdad, como los grandes conceptos (Libertad, Sociedad, Estado), es algo que construimos individualmente, con pequeñas acciones, en la educación igualitaria de nuestras criaturas, en nuestros empleos, denunciando situaciones discriminatorias tanto en retribuciones como en acoso sexual, contratos o economía sumergida; en la denuncia cuando presenciamos actos de violencia de género, o cuando los sufrimos directamente.

Y luego podremos exigir a las Administraciones, a los Gobiernos que cumplan con sus políticas, y si no lo hacen, pedirles responsabilidades. Las exigencias han de empezar por una misma, en nuestro dia a dia. Porque las enormes posibilidades que nos ofrece el Estado de Derecho, el Estado Social y Democrático de Derecho, es la construcción comunitaria a través de nuestras acciones personales, individuales. Es la participación la que genera cambios reales.

Y sobre todo, y ante todo, lo público como generador de bienestar social, es un paso más.  Es, como dice Cristina Carrasco, la Ciudadanía Social, «concebida como un factor de integración social, de reducción de las desigualdades, de legitimación de una socialdemocracia, que a la vez que garantiza unos derechos económicos y sociales, mantiene las diferencias ideológicas y de clases sociales.»

Os dejo un enlace a un video, que a pesar de estar en inglés, es muy ilustrativo…

¿Dónde están las obreras en la construcción?

No cabe duda que uno de los sectores más masculinizados es el de la construcción, las cifras de la EPA desvelan que en el último trimestre de 2009 el 7,92% de las personas empleadas eran mujeres. Pero ¿qué sexo tiene más prejuicios en la ocupación de las mujeres en el sector? Si damos un paseo por las obras que se están realizando tan sólo encontramos hombres que siguen piropeando al sexo opuesto y cuando vemos alguna mujer suele ser limpiando zonas comunes o alguna joven en puestos con cualificación como prevención de riesgos laborales o administración, lo que nos demuestra que la presencia de estas, aunque está aumentando, se concentra en diferentes profesiones y niveles. ¿Qué ocurre? ¿Las mujeres no tienen interés en trabajar como obreras o por el contrario los empresarios son los que ponen las barreras?

El Estado impulsó la creación de empleo a través del PlanE, entre otros, alarmados por las cifras de desempleo de los “cabezas de familia” del sector de la construcción afectados por la crisis y su preocupación crece cuando piensan en los jóvenes que no cualificados por haber estado en el sector y que difícilmente podrán volver al mercado laboral. Tenemos que recordar que son muchas las mujeres, cualificadas o no, que forman parte de la tasa de paro (27,73% frente al 25,27% del sexo masculino según la EPA en el 4º trimestre de 2009), que son aptas para desempeñar oficios y mantener la economía familiar.

Llama la atención el gran numero de actividades formativas que existen y en las que la participación femenina es cada vez mayor evitando perpetuar los roles. Un ejemplo es el proyecto “Construyendo Futuro: una oportunidad de empleo para las mujeres” http://www.juntadeandalucia.es/empleo/equal/boletinequal/www/pdf/125.pdf. Pero esto no se está traduciendo en el acceso al empleo cuando las mujeres no se visibilizan como obreras donde no es necesaria la cualificación y donde la fuerza física y el sexo no es una excusa para discriminarlas según nuestra legislación.