¿Sabías que la brecha salarial actual podría tardar incluso hasta 200 años en equilibrarse por completo?

La brecha salarial de género representa una de las mayores injusticias sociales en la actualidad. El crecimiento mundial de los salarios en el 2017 no solo fue menor que en el 2016, sino que registró la tasa de crecimiento más baja desde el 2008, situándose muy por debajo de los niveles alcanzados antes de la crisis financiera mundial.

No obstante, Islandia ha elevado su objetivo hasta convertirse en el modelo a seguir en cuestiones de igualdad, es decir, ha sido el primer país en prohibir por ley que los hombres puedan cobrar más que las mujeres en trabajos de la misma categoría. Esta ley entró en vigor el pasado 1 de enero y establece que la diferencia salarial por género es ilegal tanto en empresas privadas como en públicas de más de 25 trabajadores. La primera ministra, Katrin Jakobsdottir, marca 2022 como fecha para acabar con la brecha salarial en un país en el que, pese a estar por encima de la media, sólo el 38% del parlamento está constituido por mujeres.

En el caso de España, la Comisión Europea de Ursula von der Leyen ha presentado su Estrategia para Igualdad de Género para el periodo 2020-2025. Una hoja de ruta que consta de tres pilares centrales: intensificar la lucha contra la violencia y el acoso sexual; acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres; y reforzar la presencia de mujeres en los puestos directivos de las empresas. Para hacer frente a esta desigualdad de remuneración, el Ejecutivo comunitario anuncia una ley de transparencia de sueldos que se presentará a finales de 2020. Asimismo España tiene una puntuación menor (76,7) que la UE (80,4) con respeto a la brecha salarial y el riesgo de estar en situación de pobreza.

A pesar de estar por encima de la media europea en términos de la brecha salarial, Alemania ha dado un paso valiente hacia el cambio, o sea que ha creado una nueva ley que obliga a las empresas de más de 200 trabajadores a dejar que sus empleados conozcan el salario de sus compañeros. Además, si el número de trabajadores es mayor a 500, la compañía estará obligada a emitir cada año un informe sobre medidas adoptadas para eliminar la brecha salarial y qué tan eficaces han sido sus resultados. Angela Merkel ha sido la canciller de Alemania desde 2005, logrando que las mujeres ocupen un tercio de los puestos en el directorio de las empresas alemanas.

Panamá se ha posicionado como el primer país de América Latina y el Caribe en enfrentarse directamente a la problemática de desigualdad salarial entre hombres y mujeres. Ha reducido su brecha en seis puntos porcentuales durante los últimos años y a finales de enero 2018 fue el escenario del lanzamiento de la Coalición Internacional sobre la Igualdad de Remuneración (EPIC).

Aunque es el país europeo con el peor promedio de diferencia salarial con un 18%, Finlandia ha puesto en marcha programas para concientizar sobre la igualdad de género en el trabajo, empezando por las escuelas, buscando educar a las nuevas generaciones sobre la igualdad laboral. Marin lidera una coalición de cinco partidos, todos dirigidos por mujeres, que en el país nórdico también son un tercio de los directores de las empresas finlandesas.

Cabe mencionar a Ruanda, pese a su pobre PIB, esta nación del África subsahariana lo ha hecho mucho mejor que los Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y muchos otros países desarrollados. Destaca sobre todo por su alta representación femenina en política, trabajo y educación. Actualmente, más del 60% de sus parlamentarios son mujeres, la más alta del mundo.

En síntesis, la brecha salarial de género tiene un carácter muy heterogéneo en comparación con la forma y la composición existente en los diferentes países. Por ello, es necesario adoptar un enfoque específico para cada país, ya que los factores que impulsan y explican la brecha salarial de género varían de un país a otro y en las distintas partes de la distribución de salarios. Aunque lo que sí es cierto es que la participación femenina en los gobiernos ha favorecido la implantación de medidas destinadas a paliar las desigualdades existentes entre mujeres y hombres.

Webgrafía

4 países que implementan iniciativas en favor de la igualdad salarial

https://www.lavanguardia.com/internacional/20180104/434059237797/islandia-mujeres-brecha-salarial-ley.html

https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/—publ/documents/publication/wcms_712957.pdf

https://ec.europa.eu/spain/news/20191031_what-tell-us-the-new-report-of-gender-equality%3F_es

LA INFORMALIDAD ES GENERALIZADA ENTRE LAS MUJERES MEXICANAS

En México miles de mujeres, adolescentes y niñas trabajan en total vulnerabilidad e incertidumbre. Este país presenta altos niveles de informalidad laboral del empleo femenino despojando los derechos garantizados por ley. En las zonas urbana aproximadamente un 60% de las mujeres que trabajan lo hacen en un empleo informal, ya sea porque son asalariadas sin derecho a jubilación, cuentapropistas no profesionales o trabajadoras sin remuneración no profesionales. Por otra parte, la gran mayoría de trabajadoras rurales tienen bajo nivel educativo y desempeñan trabajos asalariados diversificados entre el sector primario y comercio, seguidos por servicios domésticos e industria de baja tecnología. La Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) 2017, refiere que de los 2.4 millones de trabajadores del hogar en México, solo 2 por ciento tienen contrato.

Teniendo en cuenta lo anterior y observando la situación actual ante el Covid-19, habría que cuestionarse que va a ocurrir con esas mujeres que ejercen trabajos informales cuando comience el aislamiento y la cuarentena elimine la actividad en las calles. La cuestión de la informalidad del empleo es un grave riesgo en toda América Latina. Además de unas altas tasas de informalidad laboral las mujeres se encuentran sin cobertura social y prestaciones como trabajadoras.

El plan de atención a la población más vulnerable frente a la crisis mundial que anunció el presidente de México no consideró acciones para mitigar el impacto desigual que éste tendría en la vida de las mujeres. Por el contrario, el presidente llamó las familias a organizarse para el cuidado de las personas adultas mayores, quienes están siendo las más vulnerables frente a la epidemia; y responsabilizó de estos cuidados, en concreto, a las hijas.

La ausencia de la perspectiva de género en el plan de atención contradice las declaraciones del Secretario de Relaciones Exteriores quien aseguró que desde hace varios meses existía un plan para atender la emergencia ocasionada por el Covid-19 y que éste tenía perspectiva de género. El funcionario evadió detallar en qué consistía esta perspectiva al asegurar que era el Consejo General de Salubridad a quien le correspondía dar esta respuesta.

En este sentido, distintos organismos internacionales alertaron desde días pasados que las medidas de confinamiento en los hogares por el Covid-19 traería a las mujeres mayor carga de cuidados y limpieza, así como mayor riesgo de perder el empleo o el ingreso por sus condiciones precarias, informales y desiguales de trabajo. Además, en México los hombres dedican en promedio 4 horas menos que las mujeres al trabajo no remunerado de cuidados, y las personas de hogares con ingresos más altos dedican menos horas a este trabajo que las de hogares con ingresos más bajos.

Asimismo, estos organismos recomendaron a los gobiernos tomar medidas con perspectiva de género para mitigar esta desigualdad, entre ellas que quienes tengan a cargo el cuidado de otras personas puedan contar con políticas flexibles para atenderles sin afectar su estabilidad en el empleo o sus prestaciones laborales; y que, en caso de que se decrete una cuarentena generalizada, se generen planes de contingencia para que las labores que realizan las mujeres a cargo el cuidado de otras personas puedan ser subsumidos por otras personas sin que esto afecte su ingreso o sus derechos laborales.

Otras medidas son generar esquemas de pagos únicos por causa de fuerza mayor en las instituciones, organizaciones y empresas que no formen parte del salario cotidiano para que las familias puedan enfrentar el aislamiento sin que se vean afectados sus derechos mínimos a la alimentación, a la salud y a la vida digna, entre otros; así como subsidios por parte de los gobiernos para las mujeres y hombres que trabajan en la informalidad o que su sustento dependa de la reactivación de la economía.

A modo de conclusión, la ausencia de políticas de austeridad y de regulación sobre el mercado laboral y la protección social de las trabajadoras traen como consecuencia la informalidad generalizada entre las mujeres mexicanas. Además, el sistema de gobierno mexicano no tiene en cuenta la situación de las mujeres trabajadoras cuando aplica medidas ante el confinamiento, sino que hace un llamamiento para que las mujeres vuelvan al ámbito doméstico y realicen estas tareas sin remuneración alguna.

Webgrafía

Mexicanas, desdibujadas de estrategias gubernamentales ante Covid-19

Los líderes mundiales más negligentes en la batalla contra el coronavirus

PROPUESTAS ECOFEMINISTAS ANTE LA DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO

La transformación de la división sexual del trabajo tuvo lugar en la transición del feudalismo al capitalismo. El control de la reproducción biológica ubica a las mujeres de la clase trabajadora en una situación de desposesión del control de su propio cuerpo reducido a la categoría de reproductora. La reproducción biológica pasa a ser un proceso sociocultural determinado por la ley de acumulación del capital en base a sus necesidades de fuerza de trabajo.

La posición de las mujeres de subordinación y sometimiento ha construido conocimientos relativos a la crianza, la alimentación, la salud, la agricultura, la protección, los afectos, la ética, la educación y la defensa del medio ambiente que permite la vida. Estos conocimientos han demostrado ser más acordes con la pervivencia de la especie que los construidos y practicados por la cultura patriarcal y la economía.

La desigualdad para las mujeres españolas se concentra en el mercado laboral, un ámbito en el que la discriminación viene dada por una división sexual del trabajo que la estadística confirma y que otorga a la mujer el papel de cuidadora principal y al hombre el de sustentador principal de la familia. En nuestro país el 42 % de las mujeres inactivas de 20 a 64 años se dedican a tareas de cuidados, frente a un 5,1 % de hombres, según los últimos datos de Eurostat de 2018, unos valores que se sitúan por encima de la media de la UE, que es del 31 % para las mujeres y del 4,2 % para los hombres.

En este sentido, si observamos la encuesta del INE “Ocupados por sexo y rama de actividad 2019” existen sectores propiamente feminizados como ocurre en la confección de prendas de vestir, hostelería, servicios de alojamiento, servicios de comidas y bebidas, educación o sanidad entre otros, donde la participación de las mujeres es muy alta con respecto a la de los hombres que se dedican mayoritariamente a la programación, consultoría y otras actividades relacionadas con la informática; la construcción, el transporte,…

La economía feminista destaca que este enfoque restringido del concepto de trabajo excluye a las mujeres y carece de una dimensión de género. Esta invisibilidad femenina no sólo es de tipo cuantitativo, es decir, no se trata sólo de que las tasas de actividad femenina en el mercado laboral formal sean bajas. Cabe destacar las claves y propuestas de Puleo y Herrera sobre esta temática.

Alicia Puleo, en su obra “Claves Ecofeministas. Para rebeldes que aman a la Tierra y a los animales” cita que una respuesta está en la educación, pero no es la única porque tiene que estar acompañada de medidas concretas que faciliten la igualdad en el presente cotidiano. Mujeres y hombres han de tener la posibilidad de desarrollar las diferentes potencialidades humanas. Las mujeres hemos probado que éramos capaces de adquirir las habilidades históricamente masculinas, formándonos y saliendo al espacio público. Ahora falta que los hombres se incorporen al ámbito doméstico, que adquieran las habilidades para las labores del cuidado en igualdad.

Yayo herrero, en su ponencia “Propuestas ecofeministas para transitar a un mundo más justo y sostenible”, afirma que la existencia de modelos alternativos a la economía capitalista, que ya están estudiados, sólo quedaría ponerlos en marcha. Visibilización y valoración de los trabajos domésticos y cuidados de la vida ejercidos por mujeres que no tienen otra alternativa laboral a causa de su situación social y económica, y porque son el sustento del trabajo remunerado. O sea que el trabajo que realizamos las mujeres resulta imprescindible para el crecimiento de la economía y el sistema capitalista.

Por último, recordar la historia que Yayo Herrero cuenta sobre el trabajo de las mujeres lavando, secando y planchando los uniformes de los hombres que venían de las minas, los cuales han interpuesto una sentencia al Tribunal Supremo que estima favorable a causa de los efectos nocivos y perjudiciales en la salud de los trabajadores debido a los materiales y condiciones de trabajo. No obstante, la sentencia iniciadas por parte de las mujeres fue denegada, por lo que no han tenido otra opción que recurrir.

Webgrafía

https://www.lavanguardia.com/vanguardia-dossier/20191005/47798897823/espana-igualdad-de-genero-feminista-brecha-salarial-desigualdad-equidad.html

https://www.heraldo.es/noticias/economia/2020/03/07/discriminacion-laboral-la-desigualdad-que-mas-afecta-a-las-mujeres-espanolasdia-mujer-brecha-prevision-1362712.html

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