La explotación de la mujer en la industria textil

El negocio de la industria textil en la mayoría de los casos se sitúa en los países donde su índice de pobreza es muy elevado, esto con el fin de que las empresas presten malas condiciones laborales no sean descubiertas y castigadas por ello. Es por esto, que es importa visibilizar esta problemática que afecta a nivel mundial la calidad de la vidas de las mujeres trabajadoras en este campo.

Tenemos claridad de donde se fabrica la ropa que usamos, con solo mirar la etiqueta que viene en el interior de la ropa nos percatamos que viene de lugares como China, Bangladesh, India, Vietnam, entre otros. No obstante, no tenemos claridad de las condiciones laborales en las que se fabrica esta ropa, cual fue el proceso en que se vio sometido los recursos naturales, cuales con las condiciones de vida de las personas que hacen estas prendas, el daño medio ambiental a los que se somete el planeta para fabricar estas prendas, la calidad de las prendas.

Las mujeres en esta industria trabajan hasta 12 horas por día, en condiciones inhumanas y ambientes hostiles; además, muchas veces laboran en contra de su voluntad. La industria textil, en la mayoría de los casos, es efectuada por las mujeres; estadísticamente, el 80% de la fuerza de trabajo en esta industria son mujeres jóvenes, de entre 18 y 24 años. Por esa razón, pienso que es necesario hablar y darle visibilidad a la situación que tienen estas mujeres para poder ir cambiando poco a poco sus condiciones laborales.

Algunas de las marcas más famosas que se encuentran beneficiadas por tan dañinos entornos, son: H&M, Mango, y las del Grupo Inditex (Zara, Massimo Dutti, Pull & Bear, Bershka, Oysho, Uterqüe, Lefties y Stradivarius). Estas empresas buscan países proveedores que les permiten conseguir una mejor rentabilidad y una producción a bajo costo, en donde las mujeres encargadas de crear “la ropa que está a la moda” trabajan por salarios denigrantes.

En conclusión, pienso que la industria del vestido es un negocio que beneficia a algunos pero que también perjudica a muchísimas personas, sobre todo mujeres. Por eso ha sido tan importante la creación de organizaciones que luchan por los derechos de estas mujeres, quienes muchas veces por necesidad tienen que trabajar en tales condiciones. Si bien, cada vez existen más líderes femeninas en la industria textil que buscan cambiar la realidad que viven, sin embargo todavía falta mucho camino por recorrer, pues esta transformación se ha de completar por nosotros y nosotras que consumimos, concientizándonos e informándonos sobre dicha situación, y sumándonos a las organizaciones que luchan por erradicar esta terrible realidad de abuso y discriminación.

La industria textil es un negocio que no beneficia a todas sus partes, estos trabajos en condiciones precarias afecta sobre todo a las mujeres. Es por esto, que es importante visibilizar el contexto en la que se mueve esta maquinaria y buscar posibles soluciones desde una pedagogía del consumo, para erradicar la desigualdad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Lowly. (2017). La realidad de la mujeres en la industria textil. Couture. Recuperado de: http://miradacouture.com/la-realidad-de-las-mujeres-en-la-industria-textil/53222/

Robles. M. (s.f.). Mujeres en la industria textil: radiografía de un trabajo patriarcal. Filo.news. Recuperado de: https://www.filo.news/Mujeres-en-la-industria-textil-radiografia-de-un-trabajo-patriarcal-l201902270001.html

SIPSE/Agencias. (2018). La industria textil el nuevo disfraz de la esclavitud. SIPSE.com. Recuperado de:  https://sipse.com/mundo/notas-especiales-industria-textil-trabajo-esclavitud-negocio-trabajadores-personas-sipse-noticias-282491.html

Comercialización de las familias monoparentales

A lo largo de los años, siempre han existido modelos de familia con un solo progenitor adulto al cargo de los descendientes fruto de diversos hechos sociales que, en su mayoría, salvando algunos como la viudedad, estaban condenados. En la época franquista, mientras que una viuda era acogida política y religiosamente en el sistema, una madre soltera era algo desmedido, fuera totalmente de la normalidad, asociado a trastornos, cuando en realidad, comparten un denominador común: la crianza de sus hijos en soledad.

Un factor que ha ayudado al hecho de que se normalice a las familias monoparentales ha sido la lucha constante y la reivindicación bajo la premisa de que todas las familias son válidas. Pero existe otro factor que ha alzado a la fama a este concepto, quizás no tan bueno, y ha sido el análisis y comparación de la realidad de estas familias. Se ha hablado de un mayor índice de exclusión social de los hijos, absentismo escolar y pobreza en el contexto familiar debido a la entrada de un solo sueldo.

Si bien es cierta la necesidad de la regulación de la Ley en este asunto, las familias con una sola madre (en su mayoría), o un solo padre luchan cada día, sin una voz que les envuelva de manera poderosa en su causa, por reclamar ayudas para subsistir y combatir las desigualdades sociales.

En mi opinión, tras analizar este asunto, mi pensamiento ha ido dirigido hacia la siguiente vertiente: muchísimas familias biparentales han crecido en el seno de un contexto familiar donde solo ha colaborado una de las dos partes, madre o padre, y es cierto que, con más dificultades que en una familia donde ser reciben dos sueldos, la familia ha subsistido con éxito sin caer en situación de pobreza o en ninguna forma de marginación social o escolar. Entonces, llego a la conclusión de que alguna vertiente más, ajena a la económica, debe existir para que esto se dé.

No obstante, defiendo que es totalmente imprescindible e inexcusable romper con este limbo jurídico en el que se encuentran, y que estén reconocidas legislativamente ante todos los aspectos con igualdad de derechos que una familia biparental. Para ello, creo que una medida a tomar sería dotar de más renombre y voz a las diferentes asociaciones y fundaciones que luchan por esta labor. El reconocimiento jurídico de este tipo de medidas supondría un enorme avance social y de apertura de mente, ya que, como se dijo en el vídeo, que existan tales índices de familias monoparentales significa que cada vez hay más mujeres libres de elegir su propia vida y elección personal sin tener dependencia de un progenitor.

Por otra parte, se ha demostrado a partir de numerosos estudios, investigaciones y a través de estadística, como uno de cada cuatro jóvenes ha vivido, alguna vez en su vida, en una familia monoparental. Según la investigación longitudinal de Duncan, uno de cada tres nacidos entre 1966 y 1975 ha vivido un tiempo contando solamente con la figura materna. Aunque estos estudios no reflejen la duración temporal, si deja claro que no es algo exclusivo ni puntual, sino que se da mucho más de lo que creemos, por lo que la regulación es todavía más necesaria.

Si bien es cierto que la idea tradicional de madre soltera ha evolucionado, también lo ha hecho el concepto de monoparental, ya que antes se asociaba directamente a la viudedad y actualmente, a los divorcios o a la libre elección personal. Existe un índice mayor que hace referencia al divorcio, por lo que me voy a centrar en esta variable. Creando una visión holística hacia la problemática, creo que este proceso conlleva una serie de procesos que interfieren en la educación del niño mucho más que los económicos (o de manera más directa). En primer lugar, la disolución matrimonial. Es un proceso que afecta tanto a progenitores como a hijos. Con suerte, no suele ser traumático y no interfiere en el contexto personal del hijo, ya que ellos siempre están en medio en este tipo de situaciones. Por otra parte, la separación personal. No es igual la convivencia que lleva a cabo uno mismo cuando falta una persona en el hogar, y por lo tanto, la dedicación al niño tampoco es igual. La mayoría de divorcios ocurren de manera conflictiva en el hogar, ya que se dan debido a un desacuerdo entre las partes, lo cual no favorece a la situación personal del hijo o los hijos, y por supuesto, tampoco a su educación.

En definitiva, existe una vulnerabilidad real hacia este tipo de familias, que, aunque esté cambiando y mejorando en el tiempo, aun arrastra sus connotaciones tradicionalistas con las que nació, lo que nos cuesta bastante en este país de deshacernos. Ante estas dificultades, se debe actuar como un agente de ayuda social a través de la escucha activa y mediando, diseñando planes de actuación y trabajando colaborativamente para ayudas a los hijos/as en todos los ámbitos de su vida, eliminando conductas que puedan darse como la agresividad.

BIBLIOGRAFÍA

Duncan, G., Yeung, J.W. y Rodgers, W. (1994). Les familles monoparentales aux ÉtatsUnis. Dynamique, niveau de vie et conséquences sur le developpement de l’enfant (Population), 6, 1419-1436.

La segregación de sexos en la escuela.

El hecho de la retirada del tabique que hacía que los niños y niñas estuvieran segregados en la escuela fue muy significativo. A partir de aquí se inició el propósito de crear una escuela con mejores condiciones, a fuerza de acabar con la ignorancia y la pobreza.

En la Constitución de 1931 aparecieron aspectos educativos a seguir en la República: escuela única (igualdad, gratuidad, obligatoriedad y pública), laica, con metodología activa, libertad de cátedra, solidaridad humana y enraizada en el medio social y cultural. La Carta Magna también reclamaría avances como la igualdad de la mujer.

A partir del primer gobierno republicano, se inculcaría a las maestras un triple papel en la escuela: perfeccionar el magisterio, introducir la metodología de la Constitución de 1931 y transmitir el modelo de ciudadanas.

Por este entonces, el “alma” de la escuela era por encima de todo los maestros, por encima de la modernización de las infraestructuras, mejoras pedagógicas etc, sin quitarle importancia a estas últimas. Este “alma” se conseguiría con un plan global realista, modificando aspectos como la formación y selección de los docentes. Aquí, el gobierno republicano, no se deshizo de los profesores que habían trabajado antes. El hecho de que no existieran sanciones hizo que las maestras e inspectoras tuvieran una gran experiencia.

Una reforma que tuvo mucha importancia fue el Plan Profesional en 1931 que dividía la enseñanza en tres fases complementarias: la pedagógica, la cultural, la Normal (destacando la coeducación) y la práctica. Esto provocó un reconocimiento total de la mujer en la escuela y su correspondiente autoridad. Sin embargo, a esto le siguió el hecho de denominarles “escándalos de carácter sexual”, lo que tuvo gran difusión.

Como alternativa al funcionariado, existían los Cursillos de Selección para las maestras, lo que permitía completar los conocimientos y la experiencia insuficientes de algunas maestras. Otra alternativa fue, para la formación permanente, los Centros de Colaboración a través de Semanas Pedagógicas además de las Escoles d’Estiu catalanas.    

Otra tarea que se les atribuyó fue la de difundir las propuestas de la  Constitución republicana, formando críticamente a las alumnas, enseñándoles para la vida. A partir de 1876, la Institución Libre de Enseñanza se propuso crear centros a través de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, dónde estaría muy presente la coeducación, la aconfesionalidad, con una pedagogía activa que supondría una educación integral, disfrutando de becas para viajar al extranjero. A partir de esto, la educación de la mujer fue entendida como algo permanente e ilimitada.

Por otra parte, la igualdad legal de la mujer como aportación de la República supuso un gran avance para el movimiento feminista, cuya meta era la independencia personal de las mujeres. La mujer debía ser en la escuela a partir de ahora un “modelo de conducta”, lo que constituía otro importante papel que debían de cumplir dentro del área escolar. Gracias a esto y al sufragio universal, las maestras comenzaron a tomar lugar en         la Administración del Estado.

Finalmente, con la instauración del Franquismo, las maestras republicanas tuvieron que exiliarse, fueron denigradas y hasta encarceladas.

Como conclusión, puedo decir que la República ha sido un periodo que ha traído los mejores aires de innovación, tanto en pensamiento como en actuación a la escuela. En primer lugar, la imagen reconocida y respetada de las maestras. En segundo lugar, los valores pedagógicos instaurados: coeducación, igualdad, libertad, compromiso… En tercer lugar, el gran número de instituciones y programas creados en torno a este avance que supusieron una gran ayuda al progreso de la educación. En cuarto lugar, el reconocimiento y el peso de la mujer maestra en la Administración  Pública del Estado y en la política. Estos años fue un pleno auge de la educación, el cual fue destruido por el franquismo, que hizo que todo esto no quedara más que en el recuerdo y para servir como ejemplo para la práctica pedagógica actual.

¿Por qué capital, si somos humanos? Intereses económicos en el Sistema Educativo.

Educación y economía constituyen el marco general de las grandes preocupaciones del sistema. O debería. Las fases sucesivas que arrastran estas dos variables van camufladas continuamente por una máscara mercantilista, lo que conlleva, a mi parecer, que así se relacionen. Si la educación no estuviera movida por intereses económicos que se resumen en una supremacía constante, éstas no irían necesariamente relacionadas. Pero esto no tiene por qué ser peligroso.

Si analizamos el papel de la teoría del capital humano, nos damos cuenta que ésta teoría en torno a la educación y el sistema productivo-mercado laboral, genera al fin y al cabo diferencias entre los trabajadores. Hasta aquí todo bien. Te formas más, aumenta tu productividad, y por lo tanto, eres diferente a las demás personas que tengan menos o más formación que tú. Ahora bien, consecuencia de esto es que si tú quieres aumentar tu nivel económico social, te debas formar. ¿Y cómo es conocida la formación en un sistema mercantilista? Como educación formal. Es más, como educación meramente formal. Ahora es cuando las importantísimas e imprescindibles educación no formal e informal comienzan a pasar a un segundo plano. La gran lacra de la educación hoy en día. Si este es uno de los motivos por los que no se tiene en cuenta, ¿por qué seguir defendiéndolo?

Por otro lado, dejar clara mi creencia de que dicha teoría es una simple TEORÍA, que no tiene en cuenta aspectos como el contexto social, familiar, étnico etc. Esto conlleva a que constituya directamente desigualdades sociales. La explicación es muy sencilla: la teoría explica la evidente relación entre nivel de cualificación y nivel de ingresos. Pero entonces, ¿cómo se explica dicha teoría que existan mujeres que por el simple hecho de ser mujeres, tengan menor salario? ¿Y personas que por pertenecer a otra etnia o raza tengan peores condiciones y esto haga que tengan menor salario? Después de esto queda claro que la necesidad de tener en cuenta dichas variables no entran en el constructo de esta teoría.

Supongo que la solución que para que esto no ocurra se reduce a que es totalmente necesario incluir en el currículo educativo, desde edades tempranas y de manera transversal, la educación para la igualdad en todas sus vertientes, desde la preventiva, como la intervencionista. No obstante, la Ley señala la intención de incluir para ello acciones formativas en la comunidad educativa y medidas para el Sistema Educativo sin regular, por otra parte, en ninguna de ellas, la forma y manera de cómo serán incluidos, ni la modificación de Órdenes y Decretos ya existentes, así como Instrucciones educativas, que dan lugar a Protocolos oficiales vigentes

Frente a ello, se exponen soluciones como el reforzamiento de políticas internas, evaluación de las situaciones de las mujeres (tanto como en el ámbito social como en el educativo), llevar a cabo “leyes estrictas”, establecer un mecanismo de denuncia y de investigación, impartir formación sobre la temática, llevar a cabo iniciativas de comunicación y sensibilización, imponer sanciones disciplinarias, implicar activamente a los hombres y promover una cultura sensible a las cuestiones de igualdad y género en los parlamentos.

Por su parte, es importante destacar que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo incluye, dentro del ámbito de la Igualdad de Género, un apartado dedicado a la participación de las mujeres en la toma de decisiones, desde el ámbito privado (el hogar) hasta el público (parlamentos nacionales), incluyendo los comités internacionales, los parlamentos, las administraciones públicas y la judicatura, lo cual se pretende incluir (a largo plazo), en el Sistema Educativo.

Esto es apoyado por la resolución sobre la participación de la mujer en la política aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011, la cual es de gran interés ya que reafirma y destaca los siguientes textos en los que se contemplan principios, medidas y aspectos sobre la igualdad en la toma de decisiones de las mujeres: 

– Carta de las Naciones Unidas.

– Declaración Universal de Derechos Humanos.

– Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.

– Plataforma de Acción de Beijing.

– Naciones Unidas para la Igualdad entre los Géneros y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres).

– Resolución 1325 (2000) del Consejo de Seguridad, de 31 de octubre de 2000.

– Resolución 58/142, de 22 de diciembre de 2003.

– Resolución 1325 (2000) del Consejo de Seguridad.

¿Modelos web cam prostitución o trabajo formal?

El modelaje webcam es un tipo de trabajo sexual que se ha consolidado durante los últimos veinte años. Surge a partir de la introducción de la cámara web, las plataformas de transmisión de video en vivo y la entrada de jóvenes adultos a la navegación en internet a principio de los años 2000. Se caracteriza por la transmisión en vivo de un show erótico por parte de un modelo webcam, usualmente individual y mayoritariamente femenino, a través de unas plataformas web centradas y diseñadas para este tipo de entretenimiento. A cambio de esto, la modelo webcam recibe una propina por parte del cliente en forma de una moneda virtual llamada token, que luego es convertida a su valor en dólares y de la cual la modelo recibe una comisión. Estos shows son transmitidos usualmente desde la residencia de la modelo, aunque es común encontrar estudios que sirven como lugares de trabajo en los que las modelos encuentran todo lo que necesitan para trabajar: cámaras, computadores, internet con banda ancha, habitaciones adaptadas para las transmisiones y personal capacitado para asesorarlas.

El modelaje webcam, consolidado como pionero en actividades de intercambio monetario/sexual, tuvo sus inicios en 1996 como un espacio doméstico que buscaba transmitir un registro de la vida sexual de un grupo de mujeres llamadas las JenniCams (Preciado, 2020). El reconocimiento de este espacio se hizo visible a nivel mundial, transformándose en un fenómeno que con el paso del tiempo incrementó a tal punto detener un 400% más de modelos webcam con relación a su comienzo (Bustos, 2017).

Con lo anterior, dio como resultado la aparición de plataformas, aplicaciones, comunidades virtuales con el objetivo de crear un publico para los servicios que ofrecen las y los modelos web cam, se crea unas ofertas y unas demandas por medio de una cámara Web. De esta forma, estas practicas sexuales cibernéticas se posiciona en nuestra actual sociedad y se deja a un lado las practicas sexuales clásicas, en donde tiene como finalidad crear diversas experiencias.

Algunas modelos Web Cam consideran que su profesión es igual a cualquier otro trabajo ya que cumplen con horarios, prestan un servicio por el cual es remunerado, cumplen con metas, tiene un lugar de trabajo, tienen reglas, tienen un jefe, coordinadores, pagan impuestos, esto es lo que exponen algunas modelos Web Cam de América Latina, por otra parte algunas personas de este mismo gremio consideras que es prostitución ya que están vendiendo su intimidad por medio de paginas web.

Con las anteriores ideas expuestas, me gustaría saber su postura de las siguientes preguntas: ¿Qué considera usted por Modelaje Web Cam?, ¿Es el modelaje Web Cam prostitución o trabajo formal ?

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Arango Gaviria, Luz Gabriela. 2011. «Género, trabajo emocional y corporal en peluquerías y salones de belleza». La Manzana de la Discordia 6 (1): 9-24. Cali: Centro de Investigaciones y Estudios de Género, Mujer y Sociedad, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad del Valle.

Barahona, María José, y Luis Mariano García. 2006. «La prostitución: descripción, tipología y factores». Trabajo Social Hoy, 47: 67-91. Madrid: Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Madrid.

ECONOMÍA FEMINISTA: El futuro de una nueva economía

En los últimos años se ha empezado a hablar con más fuerza del término «economía feminista», que se caracteriza por ser capaz de integrar la lucha de las mujeres en el feminismo dentro de las dinámicas que se generan en el mercado económico. Estas dinámicas guardan una estrecha relación con las mujeres, en la medida en la que se generan en los mercados de trabajo procesos excluyentes y discriminatorios sobre las mismas. El sector femenino se enfrenta, aún en nuestros días, a condiciones de trabajo injustas y no acordes a su nivel formativo, donde las mujeres destacan sobre los hombres obteniendo en mayor medida titulaciones universitarias y de estudios superiores.

Entre las características principales en las que se desarrolla el empleo femenino, se encuentran los salarios más bajos que los hombres, «anotando un total de 11.487 euros las mujeres frente a los 17.577 euros de salario medio de los varones, lo que supone una brecha «inédita» en las últimas décadas» (Ortega, 2022).

Por otro lado, la temporalidad también estaría muy relacionada con el empleo femenino, pues la carga que soportan las mujeres en el ámbito doméstico les afecta a la hora de buscar trabajo, especialmente si hay niños/as o personas mayores que requieran de especial atención. Si además de esto, se añade el hecho de que en muchos hogares se sigue presuponiendo que el trabajo del hombres es el principal y el de la mujer un complemento o secundario, no es de extrañar que muchas mujeres renuncien a trabajar fuera del hogar o adapten la búsqueda de trabajo hacia empleos a tiempo parcial. Esta situación a largo plazo va a perjudicar la reincorporación de las mujeres al mercado laboral y ya es observable a través de las cifras, » la diferencia en términos de temporalidad respecto a los hombres se ha multiplicado por diez. Así, si en el último trimestre del 2019 había 27.700 mujeres más en contratación temporal, en el mismo período del 2021 había 272.500 más» (Ortega, 2022).

Por toda esta situación de precariedad que sufren las mujeres en el mundo laboral, la economía feminista plantea apostar por una nueva economía que tenga en cuenta a las mujeres, «una corriente de pensamiento heterodoxo preocupada por visibilizar las dimensiones de género de la dinámica económica y sus implicancias para la vida de las mujeres» (Rodríguez, 2015).

La teoría de la economía feminista ha hecho grandes aportaciones para lograr el reconocimiento de los cuidados no remunerados o invisibles que desarrollan las mujeres de todo el mundo, y que se ha demostrado que son fundamentales para el buen funcionamiento del sistema económico. Ha puesto sobre la mesa la desigualdad en la que esta basado el sistema económico capitalista actual a través de «la noción de «economía del cuidado» que propone, que ha contribuido a actualizar el debate feminista sobre las formas de organización de la reproducción social y a reconocer el impacto de estas en la reproducción de la desigualdad» (Rodríguez, 2015).

En conclusión, el objetivo fundamental de esta teoría económica es ir en contra de la reproducción del capital y de la sociedad consumista que ha creado el capitalismo. Pone el foco en saber identificar y afrontar la desigualdad de género como única forma de lograr una verdadera igualdad socioeconómica. «Pretende la reproducción de la vida. La preocupación no está en la perfecta asignación, sino en la mejor provisión para sostener y reproducir la vida» (Rodríguez, 2015).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ortega, A. (2022, Febrero 21). La brecha salarial entre mujeres y hombres escala al 34,6 %. La Voz de Galicia. https://bit.ly/3sOkBMb

Rodríguez, C. (2022). Economía feminista y economía del cuidado. Aportes conceptuales para el estudio de la desigualdad. NUEVA SOCIEDAD, 256. https://bit.ly/3Pckh3e

UNA SOCIEDAD CONSUMISTA

La sociedad actual en la que vivimos la mayoría de las personas de este mundo se caracteriza por una absoluta tendencia a comprar y a acumular objetos materiales que en muchas ocasiones no necesitamos o incluso ya tenemos, es decir, ya no solo nos hacemos con los productos que cubren nuestras necesidades básicas sino que estamos yendo mucho más allá. 

Analizando a las personas que crean mi entorno más cercano, incluso a mí misma, me doy cuenta de que nos estamos convirtiendo en consumidores/as compulsivos/as, que no podemos parar de comprar y abastecernos de cosas que realmente no nos hacen falta. Tener el último móvil, 10 pares de pantalones distintos, incontables camisetas o televisión en el salón y en el dormitorio entre otros caprichos de los que nos hacemos dueñas/os. Lo peor de todo llega cuando te das cuenta de que dejamos de utilizar las cosas sin que lleguen a estropearse o romperse y las desechamos para conseguir objetos nuevos, que nos acerquen al resto de la sociedad y no se nos aleje del grupo al que queremos pertenecer, a esto lo conocemos como obsolescencia percibida, en otras palabras, cambiamos de artículo cuando este pasa de moda y ya no nos gusta.

Dejando a un lado el consumismo de las personas físicas, nos podemos adentrar en la acción que realizan en este sentido las empresas proveedoras de productos que más solemos utilizar, además de cambiar cada año o cada poco tiempo el aspecto de sus objetos más cotizados, se encargan de hacer que dichos objetos duren un tiempo estimado, a esto lo conocemos como obsolescencia programada. Artículos como los teléfonos móviles o las televisiones están programados para dejar de funcionar llegado el momento y tienes que deshacerte del producto y comprar uno nuevo, pues tanto móviles como televisores, ordenadores o tablets se han convertido en parte de nosotros y sin ellos muchas personas no serían capaces de vivir de la misma forma que lo hacen ahora. 

Además todo esto desemboca en una distribución de los productos desmesurada, los transportes de los artículos que más usamos no pueden abarcar a toda la población y por tanto hace falta que trabajen muchas personas y que sus sueldos sean bajos para que los empresarios consigan el mayor dinero posible y seguir manteniendo un flujo de consumo óptimos.

Como conclusión a esta reflexión, la tendencia al consumismo, nos está llevando a derrochar y extinguir la mayoría de los recursos naturales que tenemos en este momento ya hemos consumido 1/3 de los recursos existentes, generamos toneladas de basura que contaminan los ecosistemas, crean nuevos super-tóxicos y están destruyendo el planeta. Por ejemplo, algunos datos que sacamos del vídeo que pondremos a continuación es que el 99% de las cosas que consumimos diariamente será basura en menos de 6 meses o que en Estados Unidos generan 2 kg de basura por persona y día y aunque se esté intentando sensibilizar a las personas sobre la necesidad del reciclaje y las consecuencias de estos hábitos esto no nunca es suficiente.

¿POR QUÉ HAY MÁS HOMBRES TRABAJANDO SI LAS MUJERES ESTAMOS MÁS PREPARADAS EN LA ACTUALIDAD?

Desde siempre para las mujeres ha sido más difícil que para los hombres encontrar un trabajo remunerado, y aunque hace varios años las mujeres no estaban tan preparadas, en la actualidad el número de mujeres con carrera universitaria es mayor que el de hombres, los puestos de trabajo a los que tienen oportunidad de acceder siempre son más precarios, temporales, y con un bajo rango. 

Además de la dificultad para encontrar trabajo aun estando más preparadas, en las mujeres, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que se nos proporcionó en clase, es más frecuente la inactividad que en los hombres, y por supuesto es más alta la tasa de paro. Si hablamos de datos según la OIT la población activa de mujeres solo alcanza el 49% al contrario que la de hombres que ha llegado al 75%. Otro dato que cabe destacar es que para las mujeres es más frecuente acabar en empleos feminizados, como la limpieza, o incluso en trabajos no remunerados como la limpieza del hogar.

¿Por qué se dan estos casos si estudiando los datos del INE podemos ver que casi l 40% de las mujeres tienen estudios superiores, mientras que en los hombres este porcentaje apenas pasa del 30%? Pues desgraciadamente que exista una brecha de género entre el empleo de mujeres y hombres tiene varias razones, las cuales son consecuencia de una sociedad machista y patriarcal: 

En muchos casos se piensa que las mujeres aunque estén más preparadas, suelen ser menos productivas que los hombres.

La inexistencia de una conciliación familiar eficaz.

La mayor tendencia de las mujeres a los trabajos de cuidados (por la educación que se les proporciona). 

A la menor contratación de las mujeres, le podemos sumar también la media jornada no voluntaria , es decir, en mucha mayor medida que los hombres las mujeres son contratadas en empleos a tiempo parcial, según el INE esto es debido sobre todo a las obligaciones familiares y a los cuidados de hijos e hijas o enfermos.  

Por no hablar de las diferencias existentes en los salarios medios de las mujeres y de los hombres. En España, aunque por una parte estamos aún lejos de la media europea y no alcanzamos su nivel en los sueldos, peor es que haya mujeres ganando casi tres euros menos de media por hora que los hombres y que además en muchas de estas circunstancias estén realizando el mismo trabajo. 

REFERENCIAS

Instituto Nacional de Estadística (2017) La vida de las mujeres y los hombres en Europa. https://www.ine.es/prodyser/myhue17/index.html?lang=es

Organización Internacional del Trabajo. (2018). La brecha de género en el empleo: ¿qué frena el avance de la mujer? https://www.ilo.org/infostories/es-ES/Stories/Employment/barriers-women#intro.

TECHO DE CRISTAL Y BRECHA DE GÉNERO: Dos lastres que soportan las mujeres.

En general, realizando un análisis comparativo entre países, en prácticamente todos ellos nos encontramos con que la situación del empleo femenino sigue una serie de patrones que se repiten. Las condiciones y el acceso al empleo suelen ser más desfavorables para las mujeres que para los hombres, lo que se debe a muchos factores que se relacionan principalmente, aún en pleno siglo XXI, con la vida familiar de las mismas. Atendiendo a la información que ofrecen varios estudios sobre las características del empleo de las mujeres, se ha encontrado una relación entre la variable de la menor actividad laboral femenina y el conflicto que supone la conciliación de la vida laboral por el papel principal asignado a las mujeres en el cuidado de los hijos/as a cargo y en la realización de las tareas domésticas.

Si analizamos la situación laboral de las mujeres atendiendo a los distintos regímenes del bienestar en los que se encuentran inmersos los diversos países, en el modelo nórdico (Dinamarca, Finlandia, Noruega, Islandia y Suecia) existe una mayor igualdad en las relaciones de género y en ellos, el Estado ha asumido mayor responsabilidades en cuanto al trabajo no remunerado que realizan sobre todo mujeres. En estos modelos, «el Estado proporciona apoyo a las familias a través de ayudas familiares, legislaciones favorables a la conciliación de la vida familiar con el trabajo, o servicios públicos directos como guarderías, residencias de ancianos y centros de día, entre otros.» (Lewis, 2000, Borchorst, 2000, Esping-Andersen, 2000). Con todas estas medidas, las mujeres en este régimen del bienestar ostentan una tasa de participación en el mercado laboral mucho más elevada que la media europea.

Por otra parte, en la categoría de los países mediterráneos ( España, Italia, Grecia y Portugal) se da la tendencia contraria, siendo las familias las que asumen en primer lugar los cuidado de sus miembros. Existe en ellos una cultura tradicional que asume como obligación implícita el mantenimiento de la propia familia, lo que supone la menor implicación del Estado en la protección de dichas unidades familiares. Cuentan, además, «con una transformación más reciente en el papel de la mujer en el trabajo familiar, y esto lleva a observar un crecimiento más tardío de las tasas de actividad femeninas que no llegan aún a los niveles medios europeos» (Lewis, 2000, Borchorst, 2000, Esping-Andersen, 2000).

Los lastres más importantes que las mujeres siguen arrastrando en el ámbito laboral a día de hoy son la brecha salarial y el techo de cristal. Se puede definir la brecha salarial de género como «el porcentaje resultante de dividir dos cantidades: la diferencia entre el salario de los hombres y las mujeres, dividida entre el salario de los hombres» (ONU Mujeres,2021). En definitiva, el porcentaje resultante muestra cuanto más de salario cobran los hombres con respecto a las mujeres. Sin embargo, si esta cifra sale negativa, es que las mujeres cobrarían más.

En cuanto al techo de cristal, se define como «una metáfora que hace referencia a las barreras invisibles pero infranqueables que impiden que las minorías y las mujeres asciendan a la cima de la escalera empresarial, independientemente de sus calificaciones o logros” (Samaniego, 2022).

En cifras, «en España hay casi 9,5 millones de mujeres trabajando, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) por casi 11 millones de hombres» (Samaniego, 2022). A pesar de que las mujeres cuentan con un mayor nivel formativo, esto no se corresponde con lo que ganan ni va acompañado de una mayor presencia en los puestos de responsabilidad. El INE recoge la triste realidad de que tan solo «el 6,1 % de los presidentes de las empresas del Ibex 35 son mujeres. Es decir, tres mujeres han logrado superar ese techo de cristal en las grandes empresas del país» (Samaniego, 2022).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BORCHORST, A. (2000): “Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres” en VILLOTA de, P. (ed.)
(2000): La política económica desde una perspectiva de género. La individualización de los derechos
sociales y fiscales en la Unión Europea, Alianza, Madrid

ESPING-ANDERSEN, G. (2000): Fundamentos Sociales de las economías postindustriales, Ariel, Barcelona.

LEWIS, J. (2000): “Política familiar y mercado de trabajo: el caso de Gran Bretaña desde una óptica
europea” en MARUANI, M., ROGERAT, C. TORNS, T (dirs. ) (2000): Las nuevas fronteras de la
desigualdad. Hombres y mujeres en el mercado de trabajo, Icaria, Barcelona.

ONU Mujeres (2021). Conoce más sobre brecha salarial: causas, cifras y por qué hay que combatirla. https://bit.ly/38ktNAz

Samaniego, J (2022, Marzo 8). ¿Qué es el “techo de cristal” y por qué aún se combate hoy en día?. WTW. https://bit.ly/3FxVMca

¿HUBO CONCILIACIÓN FAMILIAR EFECTIVA DURANTE EL COVID-19?


La conciliación personal, laboral y familiar es una de las tareas pendientes en España y en el resto de países. En general, las mujeres son las encargadas de realizar los trabajos domésticos y de cuidados en el núcleo familiar, y aunque exista un reparto de dichas tareas, las mujeres les siguen dedicando más tiempo que los hombres. Si miramos las estadísticas que nos proporciona el INE en ningún país de Europa hay una conciliación familiar efectiva entre hombres y mujeres, ni en el cuidado de los hijos e hijas ni en la realización de las tareas domésticas. Estos datos son generales, pero si nos preguntamos en qué medida el confinamiento que vivimos en España y en el resto del mundo nos llegó a cambiar, o si nos hizo personas más cercanas a la igualdad, la respuesta es: no.

Muchas personas han creído que por la existencia del teletrabajo durante la pandemia, hombres y mujeres habrían dedicado el mismo tiempo y la misma atención a la conciliación familiar. Es decir que los hombres habrían atendido a los hijos e hijas de igual manera que las mujeres, que los hombres limpiarían y cocinarían de igual manera o que las mujeres le dedicarían el mismo tiempo a su carrera profesional que los hombres.

Durante los meses de confinamiento que sucedieron en la pandemia por COVID-19 fue muy difícil para muchas personas organizar la vida familiar y laboral, según los datos que se recogen en una investigación publicada por la revista de sociología Prisma Social, para más de un 45% de personas participantes, la conciliación familiar empeoró durante el confinamiento y para más de un 70% fue difícil armonizar su trabajo, cuidar de su familia y disfrutar su tiempo libre.  Es importante destacar, que en ese intervalo de tiempo, las clases no fueron presenciales, sino que fueron online, por lo que no había opción de dejar a los hijos y las hijas en el colegio o con algún familiar (ya que no estaba permitido trasladarse de las viviendas) y fueron en su mayoría las mujeres las que se vieron obligadas a quedarse en casa y teletrabajar, impidiéndoles así separar el tiempo dedicado a su carrera profesional y a su familia. Aunque sí que había muchos hombres teletrabajando, esto era debido a una imposición de las empresas y no a una decisión de quedarse para el cuidado y la atención de los hijos e hijas. 

Teniendo en cuenta que las mujeres siempre han realizado más tareas en el hogar que los hombres y que esto ha seguido siendo así durante el confinamiento, podemos decir sin equivocarnos que no se ha conseguido alcanzar ni durante el confinamiento, ni en ningún otro momento, que hombres y mujeres dediquen el mismo tiempo a los trabajos domésticos, al cuidado de hijos e hijas, a su carrera profesional y a su tiempo libre y de ocio.

REFERENCIAS

Teijeiro, J., Vila-Couñago, E., Gradaille, R. (2021). Conciliación y confinamiento con hijos/as con necesidades específicas de apoyo educativo: El rol materno. Prisma Social, 94-118. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7898394.

Instituto Nacional de Estadística (2017) La vida de las mujeres y los hombres en Europa. https://www.ine.es/prodyser/myhue17/index.html?lang=es.