«Igual trabajo, igual salario»

“Igual trabajo, igual salario” este ha sido el lema con el que hoy, día de los trabajadores, ha salido el CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) a la calle.

El CSIF es un sindicato español que afilia principalmente a trabajadores y trabajadoras del empleado público español. Es la segunda fuerza sindical en la administración pública y cuenta con una presencia cada vez mayor en el sector privado, siendo la cuarta fuerza sindical de ámbito nacional.

CSIF se autodefine como sindicato «profesional e independiente», en oposición a los sindicatos de clase. Su fin social se limita a la representación y defensa de los intereses profesionales de los empleados y empleadas del sector público y privado sin defender una ideología política concreta.

El objetivo de la reivindicación, y que llega en un momento muy oportuno ya que hace pocos días de las votaciones al Congreso y al Senado, es llegar a las organizaciones políticas. Es bochornoso que en la actualidad, inmersos en un estado de derechos, libertades y bienestar, los ciudadanos aún tengamos que luchar por “soluciones para avanzar hacia la recuperación económica real, un reparto justo de los esfuerzos y devolver a la ciudadanía a la posición que les corresponde en bienestar, igualdad entre hombres y mujeres, justicia social y empleo, tras años de sacrificios”.

En 2008 España entró en una crisis económica de tal envergadura que acarreó a su vez una crisis política y social. La situación de la población activa llegó a unos límites tal, que muchos pasaron a ser desempleados y otros empeoraron considerablemente sus condiciones laborales, teniendo que pluriemplearse para lograr un salario para subsistir.

A pesar que con los años la situación ha ido mejorando, las condiciones de la población activa siguen siendo precaria ya que continúan abiertas grandes brechas que la crisis dejó en el país pasando a ser estructurales de nuestro sistema económico. Entre ella podemos señalar: condiciones laborales desiguales, empobrecimiento, deterioro de los servicios públicos…

Todo ello se acentúa en el caso de las mujeres que además de enfrentarse a ese desastroso mercado de trabajo, también tienen que luchar por desterrar todas las situaciones de desigualdad, discriminación en el empleo y la brecha salarial.

España es el tercer país del mundo con mayor tasa de desempleo en 2019 con un 14%, estando solo con unos peores datos Grecia (18,5%) y Sudáfrica (27,1%).

Si el panorama general lo analizamos por sexo, la situación no es otra que la esperable viendo la realidad que viven nuestras mujeres, y es un 12,3% de población masculina y un 16% de población femenina los que se encuentran en situación de desempleo.

La realidad es aún peor si vemos el desempleo juvenil, ya que a pesar de ser la generación más preparada, el 33,5% de nuestros jóvenes se encuentran en situación de desempleo a pesar tener deseos de trabajar. Existiendo y haciéndose visible también las diferencias por sexo siendo el dato para hombre 31,3% y para mujeres 36,5%.

La conciliación de la vida laboral y familiar continúa siendo un mero anhelo, en un país con unos horarios completamente incompatibles y con una mentalidad en cuanto a los cuidados que deja mucho que desear en aquellas personas poderosas que, siendo políticamente correctas, levantan la bandera de la igualdad.

Referencias:

Huelva Información. (s.f.). (2019, marzo 30). “Igualdad+Dignidad Laboral”, lema de CSIF para el 1º de Mayo. Huelva Información. Recuperado 1 mayo 2019, de https://www.huelvainformacion.es/huelva/IgualdadDignidad-Laboral-lema-CSIF-Mayo_0_1350465228.html

Desempleo. (s.f.). Recuperado 1 mayo 2019, de https://datosmacro.expansion.com/paro


Un Comentario

  1. Muy acertado tu comentario. Además hay que destacar que ningún factor explica la brecha salarial entre hombres y mujeres. Las mujeres tenemos unas cualificaciones tan buenas o mejores que las de los hombres, pero a menudo sus capacidades no son igual de valoradas y sus avances profesionales son muchas más lentos.

    Hay que destacar el convenio 100 de la OIT de 1951, relativo a la igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor, el cual recoge, la igualdad salarial entre mujeres y hombres, e introduce el concepto de trabajo de igual valor.

    En los EE.UU desde la Ley “Equal Pay” de 1963 firmada por el Presidente John F. Kennedy afirmó que es ilegal pagar a hombres y mujeres diferentes salarios por el mismo trabajo.
    A nivel nacional el principio de igual salario está reflejado en las legislaciones de los 28 estados miembros de la UE.
    En España en la Constitución de 1978 (artículo 35) y en el Estatuto de los Trabajadores, su artículo 28 “Igualdad de remuneración por razón de sexo”. Sin embargo, con esta normativa cómo ocurre con otras muchas leyes, todavía estamos lejos de su aplicación real de ahí que las mujeres ganemos de media, un 20% menos que los hombres.

  2. En primer lugar gracias por tu comentario.

    En segundo lugar, señalar que la brecha salarial es inmensa, pues, de acuerdo con datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2016 las mujeres cobramos un salario bruto medio anual de 20.131,4 €, frente a los 25.924,4 € que cobraron los hombres. Esta brutal diferencia de salario entre mujeres y hombres es prácticamente la misma tanto si analizamos años atrás como si miramos nuestra realidad actual. Desafortunadamente esta brecha salarial no desaparece a medida que cumplimos más edad, sino que se traduce en que las mujeres seamos también mucho más pobres cuando nos jubilamos.

    Estos datos aportados, aunque son a nivel estatal, son equiparables en todo el mundo, ya que en todos los países las mujeres somos mucho más pobres que los hombres, lo cual hace que sea más que evidente que vivimos en un mundo patriarcal.

    Por otro lado, respecto a los que citas sobre los jóvenes, me gustaría hacer alusión al conocido como “efecto tijera”, que es llamado así porque al representarlo se dibuja una tijera y se puede explicar porque las mujeres estudiamos en un mayor porcentaje que los hombres; sin embargo, cuando salimos al mundo laboral los porcentajes se invierten, ya que los hombres son contratados en un porcentaje mayor al de las mujeres.

    Por último, sobre lo que comentas de la conciliación, me gustaría mencionar que esta es vista como un problema solo de mujeres, de acuerdo con lo que comenta Teresa Torns en su artículo “De la imposible conciliación a los permanentes malos arreglos”. Además, deberíamos tener en cuenta alternativas a la misma como políticas del tiempo que impliquen la reorganización de las ciudades en cuanto a organización del espacio y el tiempo o la inversión en servicios como guarderías.

    Fuentes:
    Instituto Nacional de Estadística (Recuperado 27 de mayo de 2019):
    https://www.ine.es/ss/SatelliteL=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925408327&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout

    Torns, T. (2005) De la imposible conciliación a los permanentes malos arreglos. Cuadernos de Relaciones Laborales. (23), pp. 15-33.


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