MUJERES Y ESTRAPERLO

estraperloLas mujeres  han tenido que luchar en muchas ocasiones para sobrevivir y para sacar adelante a sus familias. Reconocimiento que se ha silenciado en tantas ocasiones por haber sido invisibilizado a lo largo de años y años de contar la historia desde un punto de vista androcéntrico.  Seguro que podríamos poner muchos ejemplos  pero  la situación de muchas mujeres con el fenómeno del  estraperlo que se producía en los años cuarenta en muchas zonas de Andalucía es uno de esos ejemplos.  La escasez de algunos artículos de primera necesidad o incluso la inexistencia de estos hicieron que la comarca del campo de Gibraltar, o la  zona más occidental de la provincia de Málaga hicieron del estraperlo con Gibraltar una de las actividades más importantes durante los años cuarenta en los pueblos de estas comarcas.

La diversidad de la demanda implica una división sexual de la actividad,había productos que necesitaban medios de transporte como el cemento o la gasolina que quedó reservado a los hombres mientras que las mujeres traficaban con pequeño volumen de mercancías sobre todo lo que podían transportar con su cuerpo: tabaco,galletas,chocolate, leche en polvo,té,café y azucar entre otros. Este pequeño comercio ocupó a cientos de mujeres de la comarca del campo de Gibraltar,  también de la sierra de Cádiz y de los pueblos de la costa del sol. La diferenciación sexual distingue entre contrabandista y estraperlista para referirse a las actividades de mayor envergadura desarrolladas por hombres y a la de las mujeres conocidas como «matuteras». Para desarrollar su actividad las mujeres que tenían cargas familiares recurrían al apoyo de parientes y vecinas y después dependían de los propietarios de los medios de transporte. Desde la costa eran las mujeres las que se encargaban de hacer llegar los productos hasta los pueblos interiores. Para burlar a la autoridad las mujeres del pequeño estraperlo tenían que entregar parte de la mercancía o acceder a mantener relaciones sexuales. Para eludir los controles ocultaban la mercancía en su cuerpo. La precariedad de las condiciones de vida obligaban a la cooperación de todo el grupo familiar y a la implicación de niños y adolescentes en todas las actividades productivas. La estraperlista lo era por necesidad pero desde el punto de vista del momento transgredía de alguna forma la «norma social» desarrollando una actividad fuera del ámbito doméstico y en espacios propios de hombres y tenían que sentir por la sociedad de la época la sospecha sobre su moral que les venía sobreentendido por el desarrollo de esta actividad que realizaban para sobrevivir. 

 El mercado negro de productos alimenticios se convirtió en una más de las estrategias destinadas a cubrir el déficit de la oferta alimenticia.Se creó un mercado paralelo que fue asumido por la propia administración franquista. Afectó a las personas con menos ingresos que buscaron en el estraperlo una renta adicional. El racionamiento garantizaba unos mínimos niveles de subsistencia.Racionamiento,hambre y estraperlo definen el pulso de la vida durante el primer franquismo. La incorporación de las mujeres al contrabando en el más bajo de los niveles fue un fenómeno reconocido hasta después de la guerra. El tráfico de alimentos en pequeño volumen destinado al abastecimiento será para muchas mujeres la única forma de subsistencia.El estraperlo fue el último recurso para muchas mujeres a las que la guerra había convertido en cabeza de familia y cuya vida se había desarrollado en el ámbito doméstico pasaron a un mundo totalmente masculino. Entre las estraperlistas que pertenecían a los sectores populares más afectados por la guerra y más alejados de la cultura de los vencedores había muchas viudas.  En las ciudades se agudizaba la escasez de alimentos.Las mujeres campesinas llevaban a cabo largos desplazamientos a pié o en tren. La producción en el ámbito doméstico para el autoconsumo familiar formaba parte de las actividades de las mujeres en el medio rural. El desvío de parte de esta producción al mercado clandestino era una estrategia más que garantizaba la subsistencia familiar.

Hace pocos días en un reportaje en televisión se mostraba como aún existen porteadoras, mujeres que en la  frontera   practica el estraperlo por necesidad y para sobrevivir. Esperan durante un gran espacio de tiempo largas colas, para poder hacerse con las mercancías y transportarla durante horas y a grandes distancias.  Después se les paga una miseria por hacer este trabajo. Para algunas mujeres parece que el tiempo no ha pasado. 


Un Comentario

  1. En el libro » En mi Hambre mando yo», que me he leido para otra asignatura, se puede una imaginar el hambre y la pobreza que había en la época Republicana y en la lucha falangista cuando estan invadiendo España y la entrada de Franco al poder. Esa invasión, que dejo destrozada a muchas familias, más si aun contamos que tenían racionados los productos de primera necesidad por la Comiseria General de Abastecimientos (en cantidades que no alcanzaba para evitar la desnutrición. Así por ejemplo, en Jaén en 1942, había una tasa de desnutrición del 35%, por eso no me estraña nada que tuvieran que recurrir al estraperlo para poder subsistir, ya que era necesidad.

    Para ello utilizaron todo lo que podían, las faldas de las mujeres para poner las cosas en las piernas, los carritos de los bebes… creo que es una situación muy entendible.

  2. Muy interesante tu trabajo. Me ha hecho recordar a mi abuela. Mi familia paterna vivía en el Andévalo en una zona minera.
    Mi abuela andaba desde su pueblo -La Zarza- hasta Calañas donde cogía el tren a Huelva. Compraba cosas que le encargaban en el pueblo y luego las transportaba en el tren y de vuelta andando sobre la cabeza. Con esto contribuía a la economía familiar, mi abuelo era minero y tenían siete hijos. A ella la llamaban «cosaria», que imagino que viene de ‘cosas’. Las que portaba. También tenía otra ocupación, además de trabajar en la casa y la huerta, era «plañidera» -mujer a la que se pagaba por ir a llorar a los entierros-. Así y todo, durante aquellos dolorosos años de la posguerra, apenas tenían para ir tirando.
    A todas esas grandes mujeres le debemos los logros que disfrutamos en la actualidad, a ellas y a la fuerza que nos transmitieron.

  3. Me parece muy importante visibilizar tantos trabajo que han realizado las mujeres y las peculiaridades que tenían por el hecho de haberlas hecho ellas. Yo también creo que cada una de ellas nos ha permitido liberarnos un poquito del yugo del patriarcado y me encanta poderlas tener en la memoria colectiva.

  4. Es muy interesante tu enfoque de esta realidad. El aspecto relacionadoconlos abusos sexuales a etas muejres daría para más de una tesis (¡a ver quien se anima! pues aún quedan muchas mujeres mayores que tienen mucho que contar de estas experiencias). Mujeres viudas y con más problemas familiares eran precisamente quienes se veían obligadas a estos trabajos. Araujo lo explica bien aqui: http://dialnet.unirioja.es/servlet/dcart?info=link&codigo=2239261&orden=106234
    Ser objeto de abusos sexuales suponía además ser etiqutadas como «indecentes» o «malas mujeres», lo que facilitaba la continuidad de los abusos y la imposiblidad de contar lo sucedido. En la frontera con Gibraltar la obtención del pase podía condicionarse a relaciones sexuales. En fin… Gracias por tu artículo.


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